Al menos 25 personas murieron y otras 40 resultaron heridas en un ataque suicida con explosivos seguido de un tiroteo en un hospital militar de Kabul, un incidente que los talibanes atribuyeron al grupo yihadista Estado Islámico de Khorasan (ISIS-K). Las fuerzas de seguridad especiales de los talibanes dieron por finalizado el asalto a media tarde del martes, luego de matar a cuatro atacantes y capturar con vida a otros dos después de horas de intenso combate.
Doble explosión y tiroteo
"Por desgracia, tenemos 25 muertos en el ataque contra un hospital militar", dijo un miembro de los talibanes que pidió el anonimato, y que situó el balance de heridos en al menos 40. Según señaló el vocero del ministerio de Interior, Qari Sayed Khosty, el ataque empezó con una explosión inicial frente a la entrada del hospital Sardar Mohammad Daoud Khan, situado en el centro de la capital y con capacidad para unas 400 camas. Una segunda explosión tuvo lugar en los alrededores del centro sanitario, ambas seguidas por disparos.
"Al menos seis atacantes estuvieron involucrados en el ataque, cuatro de ellos han muerto mientras que dos fueron capturados con vida", afirmó un oficial talibán. La fuente precisó que las autoridades "aún están recopilando información sobre las víctimas", aunque indicó que hay civiles y miembros de las fuerzas de seguridad entre los muertos y heridos.
El ataque tuvo lugar mientras cientos de personas se encontraban en el edificio, lo que provocó escenas de pánico. "La gente gritó 'el ISIS está ahí' y escuchamos tiroteos", dijo Amanudhin, un empleado del hospital de 28 años. El empleado, que huyó con una paciente en silla de ruedas, afirmó que "estábamos en el piso séptimo y nos encerramos en una pieza, había heridos en todas partes".
Desde dentro del hospital, otra fuente médica narró el atentado. "Escuchamos una fuerte explosión a la altura del primer control del hospital. Nos dijeron que fuéramos a habitaciones seguras. También escuché disparos", relató. "Todavía puedo escuchar disparos de arma dentro del edificio del hospital. Creo que los atacantes están yendo habitación por habitación, como la primera vez que fue atacado", agregó.
Qari Saed Khosty, funcionario del ministerio del Interior afgano, dijo que las fuerzas especiales de los talibanes acudieron al lugar para proteger la zona después de que "una bomba" estallara. Las calles alrededor de la fuertemente protegida "Zona Verde", donde se ubicaban las antiguas sedes de embajadas occidentales, fueron cerradas al tráfico y los talibanes realizaron operaciones de búsqueda.
El hospital Daoud Khan es el principal centro hospitalario militar de Kabul, y se encuentra a unos pocos metros de la embajada de Estados Unidos y del ministerio de Salud afgano. Este nosocomio sufrió en marzo de 2017 un ataque reivindicado por el ISIS que causó más de treinta muertos y decenas de heridos, después de que un atacante suicida se inmolara. Durante horas, los atacantes fueron habitación por habitación disparando a los pacientes o apuñalándolos cuando se quedaban sin munición.
Los talibanes culpan al ISIS-K
Hasta el momento ningún grupo se ha atribuido la autoría del ataque del martes, pero los talibanes culpan al ISIS-K, la rama regional del Estado Islámico, basándose en "información inicial" y, según remarcaron en un comunicado al finalizar el ataque, los yihadistas "fracasaron" en su operación suicida.
"El ataque fue controlado en 15 minutos y los combatientes del ISIS murieron en la entrada y el patio del hospital", aseguró el vocero talibán Bilal Karim, tratando de restarle importancia a la acción enemiga. Karim señaló que los talibanes pusieron fin al ataque en 15 minutos tras haber enviado por helicóptero "fuerzas especiales" al techo del edificio.
"El ataque fue iniciado por un terrorista suicida en una motocicleta, que se inmoló en la entrada del hospital", dijo un responsable talibán que no quiso revelar su identidad. Aunque ambos son grupos sunnitas radicales, el ISIS y los talibanes están enfrentados por la estrategia a seguir en Afganistán.
El ISIS-K ha reivindicado ataques en al menos ocho de las 34 provincias afganas desde que los talibanes se hicieron con el poder el 15 de agosto. El mayor atentado del grupo yihadista en los últimos meses, con unos 170 muertos, tuvo lugar el pasado 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul, cuando miles de afganos trataban desesperados de huir del país en alguno de los vuelos de repatriación.
Además un ataque suicida del ISIS contra una mezquita chiita dejó al menos 80 muertos y unos cien heridos en Kunduz el pasado ocho de octubre. La tragedia ocurrió cerca del lugar donde se celebraba el funeral de la madre del viceministro de Información de los talibanes, Zabihullah Muyahid.
El vocero talibán Bilal Karim había salido el martes al cruce de las informaciones publicadas por el diario The Wall Street Journal sobre el ingreso de antiguos miembros de los servicios de inteligencia y las unidades de élite afganas entrenados por Estados Unidos en las filas de ISIS-K para hacer frente a los talibanes. Karim remarcó en ese sentido que el grupo yihadista es incapaz de llevar a cabo tareas de reclutamiento en Afganistán y negó su presencia en el país, según pudo recoger la agencia afgana de noticias Jaama Press.
Analistas y expertos señalan que el ISIS-K se ha convertido en la mayor amenaza a la seguridad del gobierno talibán en Afganistán, al estar detrás de ataques casi diarios contra los fundamentalistas. En respuesta a estos ataques, los talibanes han lanzado una serie de operaciones militares, que todavía continúan, y han matado o detenido a decenas de yihadistas.