Los mensajes de odio a través de las redes sociales, así como los ataques antisemitas y las frases amenazantes tienen consecuencias legales para quien los emite. Un hombre que agredió con expresiones de ese tenor a la periodista Miriam Lewin, titular de la Defensoría del Público, deberá cumplir con una probation que le exige hacer un recorrido de 90 minutos en el Centro Ana Frank alusivo al contexto del nazismo y del Holocausto; asistir también al Museo del Holocausto y realizar una visita de dos horas; publicar un pedido de disculpas en su muro de Facebook que permanezca por lo menos seis meses a la vista habilitado para ser compartido y en el que "deberá leerse de forma clara e inequívoca la posición de condena a las violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen nazi".
La decisión fue tomada por el juez José Raúl Béguelin, en función de propuestas de ambas partes, y después de desarchivar la denuncia original de Lewin que la fiscala porteña Paola de Minicis había desestimado.
Eduardo Colzani es el autor de los mensajes agraviantes y antisemitas, y deberá cumplir con las medidas estipuladas para que finalmente se extinga la acción penal en su contra. Si incumple, será sometido a un juicio común.
Un antecedente similar reciente es el de la resolución que les dio la razón a la primera dama Fabiola Yáñez y a Estanislao Fernández, hijo del presidente Alberto Fernández, que iniciaron acciones contra el director del portal Agencia Nova, Mario Casalongue, por discriminación, violencia de género, difusión de imágenes íntimas, hostigamiento digital y desobediencia. Casalongue recibió 25 días de prisión en suspenso, tiene prohibido nombrar a Yáñez por dos años, no puede contactar a la familia presidencial y debe cumplir con 50 horas de tareas comunitarias en una entidad de bien público, realizar un taller sobre violencia de género en el Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi) y asistir a otro sobre sobre discriminación ante la Defensoría General.
Colzani había escrito a través de Facebook a Miriam Lewin esta frase: "Si tenés dignidad renunciá y si no tenés una duchita con ziklon B no te vendría mal". Fue en julio de 2020, tras asumir al frente de la Defensoría del Público, cuando la funcionaria empezó a recibir este tipo de amenazas. Esta en particular ocurrió después de una entrevista en la que habló sobre denuncias contra el conductor de radio y televisión Baby Etchecopar por expresiones misóginas y discriminatorias. Etchecopar empezó a arengar a su audiencia así: "Escríbanle a Miriam Lewin así aprende".
La primera denuncia contra Colzani, que hizo la DAIA, fue rechazada por inconsistente por la fiscalía, que a tampoco se privó de decir que el mensaje en cuestión era simplemente de alguien que "piensa de otra manera" y el planteo judicial "implicaría censurar un pensamiento diferente".
Luego tomó las riendas el Llamamiento Judío Argentino y en una nueva presentación Lewin señaló que la resolución había sido arbitraria y recordó que el zyklon B fue la sustancia con que el "régimen genocida encabezado por Hitler asesinó en cámaras de gas a cientos de miles de hombres, mujeres y niños por su sola pertenencia u origen judío". Consideró como inadmisible la conclusión de la fiscalía de equiparar el mensaje de Colzani con una simple opinión. "Hay en la expresión denunciada una clara alusión hasta apología del procedimiento industrial de exterminio, que el nacionalsocialismo aplicó basado en una pseudo teoría que calificaba como 'inferiores' a los judíos, homosexuales, gitanos y otros grupos étnicos y sociales", sostuvo Lewin.
Además de tener una carga ofensiva hacia ella como judía, contra su dignidad e integridad, contaban con una carga amenazante y todo se agravaba más teniendo en cuenta que ella misma --como es conocido-- es una exdetenida desaparecida que estuvo secuestrada en el centro clandestino de detención de la ESMA, durante la última dictadura cívico militar. La fiscalía, en su momento, no tomó ninguna medida ni analizó la aplicación al caso de la Ley contra la Discriminación.
Finalmente Colzani pidió la suspensión del juicio a prueba y ofreció medidas reparadoras y cumplir pautas de conducta durante seis meses que fueron aceptadas por Lewin. Tendrá que fijar domicilio, asistir a citaciones de la fiscalía o controles, hacer la visita guiada en el Centro Ana Frank, asistir a la visita también al Museo del Holocausto y publicar su pedido de disculpas donde quede clara la condena a todo aquello que había intentado reivindicar.