El expresidente Mauricio Macri se presentó este mediodía en el Juzgado Federal de Dolores para prestar declaración indagatoria en el marco de una causa en la que se investiga el presunto espionaje ilegal a familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan y protagonizó un lamentable momento cuando le arrebató un micrófono a Nicolás Munafó, cronista del canal de noticias C5N.
Visiblemente molesto por tener que presentarse a declarar ante el juez subrogante Martín Bava, el exmandatario olvidó su discurso a favor de la libertad de expresión y bajó un micrófono de la señal de noticias que suele tener una postura crítica ante su gestión.
"Cómo de la boca para afuera Macri habla de periodismo independiente, las libertades y demás, pero cuando le quería preguntar si iba a declarar, me agarró el micrófono y lo tiró al piso. Terminó en el agua!", relató el movilero de C5N a quien Macri le sacó el micrófono.
El expresidente llegó a Dolores minutos antes de las 12 y después del mediodía ingresó al juzgado encabezado por el magistrado Bava. A diferencia de la semana pasada, cuando encabezó un acto antes de presentarse ante la Justicia, en esta ocasión se dirigió a esa dependencia judicial acompañado solo por un puñado de seguidores y dirigentes del PRO, como la ex vicepresidenta Gabriela Michetti.
Según informaron fuentes judiciales, Macri presentó este miércoles un escrito donde pidió ser sobreseído.
El repudio en las redes
El comportamiento del expresidente genero un fuerte repudio en las redes sociales, quienes cuestionaron su postura en contra de la libertad de expresión. "Macri le arrancó el micrófono al cronista de C5N. Libertad de expresión y coso", repudió la diputada del Frente de Todos, Cecilia Moreau.
En el mismo sentido se manifestó el diputado oficialista Carlos Heller, quien cuestionó la "actitud autoritaria de Macri" y expresó su "solidaridad con todos los trabajadores de prensa de C5N".
"Sacar el micrófono de un periodista, sea cual sea el cubo o logo, es lo mismo que golpear la manito para que se baje un grabador cuando el sticker no gustaba o cuando escupían fotos o a otros colegas. Pero después la libertad de preguntas, de trabajo y de expresión, de la zaraza", publicó la cronista Marcela Ojeda.