El cóctel te abrocho
Con 17 años de vida, hablar del 8 (es decir, del bar 878) es hablar de Buenos Aires, de sus cócteles y de sus comidas, de sus noches festivas y de encuentros en pareja. Y si bien con la pandemia la coctelería porteña vivió el mayor desafío de su historia, hoy este bar se muestra no solo renovado sino además combativo, con grandes novedades por contar. La primera, la más interesante, es su “proyecto a granel”, desarrollado por el equipo de barra con el bartender Juan Cruz Oviedo a la cabeza. A granel es una idea política: literalmente significa desmarcarse (dejando por un rato a las marcas multinacionales de lado) para desarrollar junto a productores locales un porfolio propio de productos exclusivos que sólo se consiguen en 878.
Tienen un gin (elaborado con Sur Gin), varios whiskies (con La Orden del Libertador), un vodka, un aguardiente de Malbec (hecho con Arnaldo Etchart), un delicioso brandy y un bitter aromático. Con ellos elaboran cócteles (entre $490 y $690) que recorren ingredientes de Argentina en un imaginado viaje por la ruta 40. Un par de ejemplos: el Gimlet Salteño que lleva el aguardiente de Malbec, vino torrontés y cordial de cayote; o el Fruto de Mendoza, suerte de Old Fashioned con brandy, vino viognier en cocción con damascos, orejones y pasas y vermut La Fuerza. Lo mejor: todas estas bebidas se pueden también comprar para llevar: tan sólo hay que ir con una botella vacía y la llenan de los tanques y barricas donde las guardan. “Pagas menos, cuidás el medio ambiente y te llevás una bebida de alta calidad”, explica Julián Díaz, propietario junto a Florencia Capella de este bar.
El resto del bar sigue ahí, con remodelaciones bienvenidas, con mesas en la vereda, con cócteles clásicos y modernos, con la misma pasión por los ricos vinos (bancos, rosados, tintos, naranjos) y con una cocina que nunca falla (milanesa de solomillo, kimchi y boniato a $1190; provoleta sobre fainá crocante con tomates y albahaca a $950, entre otros).
El 8, ese lugar al que siempre dan ganas de ir.
878 queda en Thames 878. Horario de atención: martes a domingos, de 19 al cierre. Hora feliz (tragos especiales entre $300 y $380) en la semana de 19 a 20.30. Instagram: @878bar.
Premiado y recoleto
Bartenders de saco y camisa, densas arañas con caireles, la barra reluciente, la más íntima biblioteca –lugar secreto ya conocido– al fondo: tras tantos meses de reglas y aislamientos, el ADN de Presidente Bar se mantiene intacto, pero todo el resto presenta novedades. La más evidente es su horario: si bien el lugar nació pensando en los brillos de la noche y de las lentejuelas, ahora abre a las 11 am y sigue de corrido hasta la madrugada siguiente, cambiando de pieles a lo largo del día. “Cuando pensamos Presidente, lo hicimos imaginando que podía abrir de día”, confiesa Seba García, socio, bartender, rostro y potencia detrás de este premiado bar de Recoleta.
Sus palabras se comprueban: mientras que otros bares pierden magia a la luz del sol, la preciosa casona donde está Presidente se amolda a cada momento. Suma mesas en la vereda para un café de especialidad (desde $200, a cargo de la gente de @cafecito.tcs) y opciones que van desde una Avo Toast ($360) o el desayuno con café, dos medialunas y jugo de naranja a $300. Ya de mediodía es posible seguir con brusquetas de salmón o jamón crudo ($1160) y, por qué no, un Negroni muy bien servido (la barra de coctelería está disponible desde que abren a la mañana). Luego, con la caída del sol, surge el Presidente más famoso, el que ganó premios y elogios en estos años: bajan luces, cambia la música, el equipo de bartenders –con Roy a la cabeza– ocupa sus puestos y Marcelo (@machesushi) comienza a despachar sus sashimi, rolls de sushi (desde $1290) y platos como pulpo con chimichurri de palta ($2100) o el ojo de bife con batatas acarameladas ($1890).
La carta de cócteles mantiene su estructura con opciones como un delicioso Home Club (JW Black Label, cordial de pepino y lavanda, perfumado con mezcal, $680) un fresco Gimlet de mandarina (Tanqueray, aceite de mandarina) a $790. Al pasar de las horas sube volumen de los parlantes y no extraña que algunos comensales tiren unos pasitos de baile sin moverse del lugar.
Es el Presidente de los brillos, de la Recoleta, del alto perfil y los brindis glamorosos.
Presidente Bar queda en Av. Pres. Manuel Quintana 188. Horario de atención: martes a domingos de 11 al cierre. Instagram: @presidentebar.
Un parque temático
Un nombre doble que refiere a un lugar también doble. En 2013 Nicky Harrison abrió sus puertas: adelante, a la vista, se mostraba Nicky, un restaurante de líneas simples y despojadas; detrás, oculto, surgía Harrison, el bar de coctelería ambientado en una Nueva York de los años 20. Y si bien la combinación fue muy efectiva, Nicky quedaba en deuda con Harrison: el restaurante no estaba a la altura del bar. “En estos años aprendimos mucho; el lugar merecía un renacer”, cuenta Andrés Rolando, socio junto a Pablo Fernández de lugares emblemáticos de la ciudad como Uptown, Trade y Bourbon, Brunch & Beer. Así, este año cerraron Nicky Harrison por unos meses para reabrir ahora con aires nuevos.
Los mayores cambios se ven en la parte delantera: el anteriormente blanco salón es ahora un bistró repleto de tapizados azules, sillones mullidos, líneas doradas, arañas en el techo. La nueva carta se apoya en sabores nikkei, con varios ceviches (con pesca blanca, mariscos y leche de tigre con wasabi a $1700) y tiraditos como el White and Purple (pesca blanca con reducción de maíz morado, boniato en tempura, vieiras y ají amarillo a $1600). Hay niguiris como el sabroso Pink 2 (salmón sellado con manteca japonesa y sal Maldon a $1400) o el Wagyu Truffle (con carne wagyu con manteca de trufas negras, $1700); y hay rolls como el Miso Ebi Douchi, con langostinos crocantes y palta, cubierto de pesca blanca, sellado con miso, furikake y negui, $1550).
Atrás, sigue estando el querido Harrison: actualizaron la entrada, se sumó un cuarto de tarot, pero ahí está la carta de cócteles impresa en un viejo diario neoyorquino y ahí están los bartenders de tiradores negros (con el gran Martín Tumino a cargo) preparando en vajilla cuidada un Smuggle Barrel (Bulleit Bourbon, licor de banana, limón y coco, $750) o un Golden Punch (ron Havana 3, Tía María, limón, Angostura, $750), entre más opciones
Nicky Harrison cambió mucho, pero la sorpresa al pasar de un ambiente al otro se mantiene intacta. Un parque temático como feliz juego de adultos.
Nicky Harrison queda en Malabia 1764. Teléfono: 11-4831-0519. Horario de atención: lunes a sábados de 20 al cierre. Instagram: @nicky.bsas / @harrison.bsas.