En la previa del veredicto que se conocerá este viernes contra dos policías imputados por el homicidio de Michel Campero, cometido en 2014 tras el robo de una moto, el fiscal Gonzalo Fernández Bussy planteó que los acusados buscaban "aplicar su ley, su venganza". Los querellantes del Centro de Asistencia Judicial (CAJ) aseguraron que se trató de una "cacería" y que los agentes, padre e hijo, dispararon unas seis veces a lo largo del recorrido de la persecución. Ambas partes repasaron los elementos reunidos durante el debate para dar cuenta de que "no hubo un enfrentamiento", sino que fue la versión que intentaron instalar los policías desde el inicio de la investigación. Tras ello, pidieron que sean condenados a prisión perpetua. Mañana se conocerá la decisión del tribunal. 

Tras una semana de juicio oral y público, a más de siete años del crimen del chico que tenía 18, ayer fue el turno de los alegatos de clausura. En la apertura del debate, el  fiscal repasó los hechos del 6 de enero de 2014, en Granadero Baigorria, cuando Omar Jesús Dal Lago volvía a su casa junto a su familia en una moto y se acercó otro rodado con dos personas -Campero iba atrás- para robarle la motocicleta. Ayer, recordó el accionar posterior a ese robo por parte de los ahora acusados por homicidio, que llegaron al juicio en libertad. "No llamaron al 911 o fueron a la comisaría", sino que "Dal Lago (hijo) fue hasta su casa, le avisó a su padre, Omar Guillermo Dal Lago -que era jefe de la brigada de Orden Urbano-, lo que había pasado, buscaron sus armas reglamentarias y empuñándolas subieron a un auto en una búsqueda de aplicar su ley, su venganza", dijo. Ambos estaban de franco.

Tras esa persecución resultó víctima Michel. Si bien los efectivos hablaron de "repeler disparos", Fiscalía y querella negaron que haya sido así. Al lado del joven había "una réplica de arma que era un encendedor", aclaró el fiscal. Aunque también la defensa habló de un arma encontrada en otro lugar, el fiscal planteó: "Extraño ¿no? No encontraron una sola vaina (de ese arma). ¿Será que no había disparos que repeler?". 

Tanto el fiscal como la querella se refirieron al testimonio de Marisabel Bauer, la madre del joven. "Esto le causó una muerte en vida", dijo Fernández Bussy sobre las palabras de la mujer en el primer día del juicio. Y cerró utilizando otra de sus frases: "Una vida vale más que una moto". La querella sumó que "el daño causado era evitable". 

Al mismo tiempo, negaron que se haya tratado de un hecho en legítima defensa o en cumplimiento del deber, como planteó la defensa de los acusados durante el juicio. "No hay normativa que ampare lo que hicieron", dijeron los querellantes.