Una señora se levantó de su silla, tomó el micrófono envalentonada e hizo la primera pregunta, la que rompió el hielo entre las partes: “¿Cuál fue la entrevista que más lo impactó?” Estaba dirigida a Mario Rapoport y tenía como fin responder a un aspecto central del libro Historia oral de la política exterior argentina, que el renombrado economista e historiador presentó el sábado pasado en el stand del Grupo Octubre de la Feria del libro, acompañado por Leandro Morgenfeld y el politólogo Carlos Escudé. Rapoport retomó el micrófono y respondió: “Una que me impresionó mucho fue la de Jorge Taiana, porque él nos relató toda su vida: sus inicios, su militancia política, sus padecimientos en la cárcel durante la dictadura, y su actuación política posterior. Otro testimonio valioso fue el de un personaje que prácticamente había desaparecido de la historia: Juan Carlos Puig. Tuvimos la suerte de poder entrevistarlo, porque fue el canciller en Estados Unidos durante el gobierno de Cámpora, y nos explicó en forma extraordinaria cómo la Argentina podía tener una posición autonómica frente a Estados Unidos sin romper el molde de las relaciones esenciales con Occidente”.
Fue casi al final de una sustanciosa mesa que tuvo como anclaje el segundo tomo del libro, la política exterior argentina entre 1966 y 2016, que continúa cronológicamente el análisis abierto en el primer volumen (1930-1966). “Lo que me interesó en esta búsqueda fue entender la historia de vida de los personajes. No solo sus actuaciones como tomadores de decisiones políticas en lo externo, sino también sus orígenes y su militancia política. Y esto me hizo ver con mucha claridad que hay grandes vinculaciones entre todos ellos, y que todos tienen o tenían opiniones sobre otros momentos históricos, no solo en los que ellos participaron como protagonistas. Y esto es muy importante para no creer que los funcionarios de los distintos gobiernos tienen una sola imagen, que es la reflejan cuando actúan, sino que tienen muchas imágenes. Esto me parece fundamental para entender nuestra política interna”, sostuvo Rapoport, ante una nutrida concurrencia.
“A mí me tocó hacer la última entrevista, la de Cecilia Nahón (embajadora en Estados Unidos entre febrero de 2013 y diciembre de 2015), y creo que fue nodal porque tocó tres temas claves de la relación bilateral en la Argentina y Estados Unidos durante su gestión: el conflicto con los fondos buitre, las disputas comerciales con EE.UU. y el memorándum con Irán”, agregó el historiador, profesor e investigador Leandro Morgenfeld, que formó parte del equipo de entrevistadores capitaneado por Rapoport, quien también resaltó otra entrevista: la que le realizó a Nicanor Costa Méndez, ministro de Relaciones Exteriores durante la guerra de Malvinas. “En su intervención, se ve porqué pidió la ayuda desesperada de la Unión Soviética y China, al ver que Estados Unidos, al revés de lo que pensaba el gobierno de Galtieri, se pliegaba a Inglaterra. Eso llevó a pensar a Méndez que Alexander Haig era un idiota, que no sólo no conocía las islas y la realidad de la guerra, sino que tenía actitudes totalmente despectivas ante nosotros. Esto lo obligó a abrazarse con Fidel Castro y a aceptar la participación argentina en el movimiento de países no alineados. Esas volteretas de la política exterior argentina son, de alguna manera, las volteretas de nuestra política interna”, planteó Rapoport, al referirse a otro de los testimonios que, junto a los de Luis María de Pablo Pardo, Lucio García del Solar, Raúl Alconada Sempé, Rafael Bielsa y Miguel Angel Cárcano, entre muchos otros cancilleres, vicecancilleres y embajadores de todos los signos políticos, fueron construyendo este gran relato oral.
“Entre todos estos personajes –prosiguió el historiador–, empecé entrevistando a Cárcano, que no solo fue canciller de Arturo Frondizi, sino que había participado en el tratado Roca-Runciman, y esa entrevista me abrió la idea de que tenía que seguir en ese rumbo. Esto abrió un mundo nuevo que es la historia oral, aunque ella sea, paradójicamente, el origen de los estudios históricos. La Biblia, el Corán, los principales libros religiosos, son testimonios orales”, indicó Rapoport, cuyo doctorado en historia proviene de la Sorbona de París. “La historia oral es para dar voz a quienes no tienen voz, a aquellos sectores populares que no pueden expresarse de otra manera, y el caso de los diplomáticos es bastante parecido, porque ellos tampoco puede expresarse abiertamente en los medios, salvo que respeten las ideas políticas de su gobierno. Por eso, uno de ellos me dijo ‘qué suerte que me entrevistaste, porque pude decir cosas que en su momento no podía decir’. De modo que las suyas también son voces silenciadas. Este libro va a ayudar a entender mucho mejor, a través de estos testimonios, los cambios radicales que se producen en este país dependiente, que necesita tener muchos más márgenes de autonomía que los que actualmente tiene. Me parece que lo esencial es entender esta realidad”, cerró el economista con una idea matriz que viene siguiendo en sus últimos libros. El Cono Sur. Una historia común; El viraje del siglo XXI; y la monumental Historia económica, política y social de la Argentina, 1880-2003, entre los más significativos.