Falta poco para que se cumpla un año del histórico regreso de Evo Morales Ayma a su patria, luego de dejar su país con su vida literalmente en peligro y de pasar su exilio en tierra argentina. El líder boliviano está de visita y son muchas las actividades que suma en su agitada agenda. Entre las más destacadas, esperadas y seguidas por un público fervoroso, estuvo la que protagonizó ayer en el Centro Cultural Kirchner, junto al ministro de Cultura, Tristán Bauer, la periodista María Seoane y los dirigentes gremiales Hugo Yasky y Sergio Palazzo. Trabajo y cultura fueron los ejes que articularon el encuentro de la red intercultural sindical Radar de los Trabajadores y las Trabajadoras, y que dispararon reflexiones sobre el mapa geopolítico actual y la esperanza de futuro, los desafíos que hoy afrontan las organizaciones y los proyectos políticos para disputar sentido, y un fuerte llamado a la unidad de los sectores populares. También el recuerdo de aquellos días agitados que vivió el expresidente en su exilio, y anécdotas que se remontan más atrás, a tiempos como los de la histórica cumbre del No al Alca en Mar del Plata.
A cargo de la moderación del encuentro, la especialista en comunicación política y medios digitales María Fernanda Ruiz recordó el año compartido en suelo argentino, la forma en que Morales encabezó desde aquí el proceso de recuperación democrática, en un trabajo mencomunado con representantes sindicales y sociales locales. "La única queja que recibimos de su parte fue que abríamos la oficina a las 7 y no a las 5, como él hubiera querido", recordó entre risas, pintando uno de los aspectos que caracterizan al expresidente boliviano: de su presidencia son recordadas las reuniones de Gabinete que comenzaban de madrugada, y las pocas horas de sueño que siempre guardó el dirigente del MAS.
Un agradecimiento
El grito de ¡Viva la Patria Grande!, el saludo de ¡Jallalla!, un "olé, olé, olé" futbolero y las banderas wiphalas flameando recibieron a Evo Morales. Del mismo modo entusiasta fue despedido, recibiendo además el regalo de un cuadro fileteado con la leyenda: "Trabajo es cultura". Evo volvió a agradecer a la Argentina: "Yo retorné con vida gracias a ustedes, al presidente Alberto y a la vicepresidenta Cristina. Y fue aquí que decidimos que Lucho (Luis Arce) iba a ser presidente", recordó.
El líder boliviano repasó un concepto muy simple, pero --cada vez más-- central, que suele plantear en sus intervenciones: "Me di cuenta que la lucha es por quién controla los recursos naturales. Si son del pueblo, bajo la administración del Estado, o de los privados, bajo el saqueo de las trasnacionales", marcó con claridad. "Y en Bolivia no nos perdonaron que los llamados indios hayamos encabezado la recuperación de nuestros recursos naturales. El Imperio no acepta que haya otro modelo económico, mejor. Ese es nuestro pecado, haber garantizado una esperanza", resumió. Y recordó con orgullo: "El 1° de mayo de 2006 no me tembló el pulso para nacionalizar los hidrocarburos".
El recuerdo fue también para "el hermano Néstor Kirchner". "Cuando nacionalizamos, ¿qué dijeron las trasnacionales? 'No vamos a invertir'. Dijimos: si quieren ser socios, si quieren prestar servicios, bienvenidos. Si no, que se vayan. Aquí no necesitamos patrones, somos dueños. Néstor me llamó: Evo, convoca a la prensa, vamos a hablar telefónicamente frente a ellos. Ya, Presidente. Y ahí, frente a la prensa: 'Evo, si las petroleras no quieren invertir, nosotros, Argentina, vamos a invertir en Bolivia", evocó.
Sobre sus días residiendo en Argentina, Evo se hizo tiempo para bromear: "Yo le decía al hermano Hugo (Yasky): si Lucho no ganaba, me iban a tener como secretario general de la Central General de Trabajadores". "Nuestros pueblos necesitan nuevos líderes, enamorados del Pueblo y no de la plata", finalizó.
Un pedido de perdón
"Me sumo al pedido de disculpas del presidente Alberto Fernández. Perdón Evo, a vos y a tu pueblo, porque el gobierno de la Argentina no envió médicos ni maestros, envió gases lacrimógenos y municiones para reprimir y asesinar a tu pueblo", le dijo el ministro Bauer. Recordó el momento en que lo conoció, cuando fue a registrar la partida del tren del Alba, rumbo a la Cumbre de las Américas, y además de a Maradona le presentaron allí a un joven dirigente, "el futuro presidente de Bolivia".
Como integrante de Radar de los Trabajadores en representación del Suterh, Seoane marcó la importancia de estos encuentros, y del trabajo de esta red, que pone en relación a las comisiones de Cultura de los diferentes sindicatos. "La cultura del movimiento obrero es lo más difícil de cambiar a lo largo de la historia, sus tradiciones, su archivos, su militancia, su organización solidaria. Y la naturaleza de la clase dominante es estigmatizante. Que los trabajadores estén unidos en sus tradiciones, en su historia de lucha, en sus memorias, es lo único que puede hacerle frente al neoliberalismo", analizó la directora general de Contenidos de la revista Caras y Caretas del Grupo Octubre.
Un sueño posible
Tras una presentación que incluyó el recuerdo de la foto que lo muestra junto a Luis Alberto Spinetta, ambos de guardapolvo blanco, en la Carpa Blanca de los 90, Yasky relevó el presente y el futuro de la región, con una mirada esperanzada. "Cada vez que en un país de América latina gobernó la derecha, hubo algo que empezó a hacerle mover el piso, y fue la resistencia popular", advirtió. Y citó a Alvaro García Linera al recordar que las propuestas de las supuestas "nuevas derechas" "siempre huelen a un guiso recalentado, al que a veces se le tiene que echar un poco de pimienta, como está haciendo ahora este candidato de raro peinado nuevo. Es un intento de sacarle el gusto a podrido".
"Si hay algo que las oligarquías odiaron y no perdonan es que en Bolivia se haya constituido el Estado Plurinacional", observó el diputado y secretario general de la CTA sobre la transformación que produjo el gobierno de Morales. Y analizando el presente de Chile y Brasil de cara a las próximas elecciones, de Colombia y de Perú, aseguró que "en América Latina hay condiciones para soñar con eso que quedó inconcluso desde los tiempos de Kirchner, Chávez, Correa. Podemos demorar más o menos, pero no renunciamos a esa Patria Grande que le sigue diciendo al poder central que no hay un patio trasero, que aquí hay pueblos que quieren contruir sus destinos".
"La cultura neoliberal es una cultura de la dominación. La nuestra es la cultura de la solidaridad, de la inclusión. Ellos fomentan la cultura del individualismo, de la meritocracia, para que nosotros perdamos de vista lo colectivo. Fomentan la destrucción de la autoestima del pueblo argentino, y en esto tienen mucho que ver los medios hegemónicos", observó a su turno Palazzo, recordando el reciente anuncio de la gran inversión de hidrógeno verde en la Argentina, y el modo en que se encararon las preguntas y se recortaron las respuestas en un canal de noticias.