En los años sesenta, Argentina y el mundo eran un hervidero de actividad cultural y política motorizada por diferentes corrientes del pensamiento crítico. En esos tiempos, un joven Miguel Teubal comenzó su largo camino de agitación de las ideas y de acción. Fue construyendo una sólida carrera como economista especializado en historia del pensamiento económico y temas agrarios, mientras a la par cultivaba su faceta menos conocida de compositor de música clásica contemporánea.
Es posible preguntarse qué tienen en común las dos predilecciones que cruzaron la vida de Miguel. Si bien no hay una respuesta precisa, solamente se puede decir que su inteligencia y su creatividad tal vez se potenciaban.
Con una fructuosa, dilatada y diversa trayectoria en las ciencias sociales, siempre intentó combinar la investigación académica rigurosa con un fuerte compromiso con las luchas sociales de su momento histórico, muchas de ellas realizadas con su compañera Norma Giarracca. Su vida es un claro testimonio de la época que habitó y los distintos contextos que transitó en cierta forma se pueden percibir en su vasta obra y en su acción concreta. En sus últimos años fue columnista eventual del suplemento económico Cash del diario Página/12, al cual siempre agradecía porque le había dado espacio para difundir su pensamiento crítico y heterodoxo.
Trayectoria
Su formación de grado y posgrado tuvo lugar en la Universidad de California, Berkeley, entre finales de los '50 y '60. En esos tiempos, no sólo se nutrió del floreciente pensamiento heterodoxo de izquierda sino también de un ambiente político vigoroso y de los movimientos sociales que proliferaban tanto en el Norte como en el Sur Global. Se adentró paulatinamente en los estudios desde la economía agraria y la teoría de la renta.
A comienzos de los '70, ingresó al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) como Investigador Científico bajo la dirección del Dr. Julio H. G. Olivera. En ese mismo período también dictó clases y colaboró con la renovación del Programa de Estudios de la Carrera de Economía en la Universidad Nacional del Sur (UNS) en Bahía Blanca. Por participar en esa experiencia fue parte de las “listas negras” de los aparatos represivos y tras el golpe cívico-religioso-militar de 1976 tuvo que exiliarse junto a su familia. La recuperación de esta experiencia quedó plasmada en el libro “Enfoques heterodoxos en el pensamiento económico. La carrera de Economía en la Universidad Nacional del Sur en los setenta” que compiló en 2017 junto a Carlos Fidel.
Durante el exilio, Miguel trabajó en la Universidad Autónoma de México (UAM) Unidad Azcapotzalco y allí se introdujo en el estudio de los complejos agroindustriales y la situación de hambre estructural de una vasta porción de la población. Reflexionó sobre las paradojas de la abundancia y la carencia, la concentración económica y sus impactos materiales en el acceso a la alimentación.
Estas miradas fueron nodales en las investigaciones tras el retorno a Argentina en 1982, donde sus análisis se centraron en la crítica al modelo económico neoliberal concentrado y desigual, las emergentes en las tendencias hegemónicas de la globalización agroalimentaria, el agronegocio y el neoextractivismo en el sistema agroalimentario. Por su parte, el problema de la tierra y de los bienes comunes en el marco del modelo extractivo implicó para Miguel un abordaje tanto estructural como sociopolítico, en donde tenían especial importancia las luchas sociales que buscaban otros universos terrenales y mundos posibles.
El 17 de noviembre a las 18hs, la editorial de la Universidad Nacional de Quilmes presentará una recapitulación de la obra de Miguel en el libro Globalización, sistemas agroalimentarios y la lucha por la tierra en América Latina (Antología) que es parte de la colección Territorio y acumulación: conflictividades y alternativas.
El libro es una selección de textos de su vasta obra. Fue el último trabajo de Miguel, que comenzó a inicios de 2020 y culminó en diciembre de ese año, pocos días antes de su muerte el 19 de enero de 2021. A ello dedicó lecturas, charlas y búsquedas en su enorme y abarrotada biblioteca. En este proceso revivió su biografía y recapituló sus inmensos aportes a las ciencias sociales acompañado de algunos colegas y de su hijo Julián, quien tuvo un rol central. La tarea que realizó Miguel antes de fallecer fue una labor ardua y laboriosa pero la disfrutó muchísimo.
* Docente investigador consulto UNQ.
** Grupo de Estudios Rurales IIGG-UBA.