El Festival Callejón ya es un clásico del barrio de Almagro. La maratón de artistas mujeres va por su cuarta edición y se propone compartir el pensamiento, la acción y la mirada de las creadoras de Buenos Aires a través de diversas disciplinas. Después de un año en formato virtual a causa de la pandemia, el teatro, la danza y la música volverán a reunirse en estos tres días de encuentro festivo y presencial –4, 5 y 6 de noviembre– con sede en el Espacio Callejón (Humahuaca 3759).

Al igual que en ediciones anteriores, la curaduría quedó en manos de Sebastián Francia y Ramiro Bailiarini. Este año la grilla redobla la apuesta con dos co-producciones propias: La rana del Ibicuy de Nadia Sandrone (jueves y viernes a las 22.30) y Mujer diamante de Natacha Visconti (jueves y viernes a las 20.30; sábado a las 22). Además, se podrá disfrutar de la puesta Ryan, kilómetro 1, work in progress de Hermano Motor, de Ana Schimelman (jueves y viernes a las 19; sábado a las 20). Otro clásico es el bar del Callejón, que durante el intervalo entre los espectáculos se transformará en un auditorio íntimo para escuchar la música de Nina Suárez Bléfari y Rosalba Menna.

“Para mí el Festival es una forma re copada de conocer gente a través del trabajo y dentro de un mismo espacio. Había participado de la edición anterior que fue virtual, pero esto es distinto: para mí la posta es estar presentes. Y está bueno enmarcarse en algo que va más allá de tu propia obra. Creo que eso tiene mucho que ver con la curaduría de Seba y Rami, porque no sólo convocan a las creadoras sino que además producen los proyectos”, dice Schimelman, que en 2019 fue seleccionada en una convocatoria del Centro Cultural Rojas con su ópera prima Las cuerdas, obra que este año hizo algunas funciones en Callejón.

-¿De qué se trata Ryan, kilómetro 1?

Ana Schimelman: -La obra narra el viaje por el desierto de un hombre que va en auto a arrojar las cenizas de su padre a un río de México. La travesía es como una historia de aventuras o una road movie teatral. Hay una trama familiar y el auto tiene mucha personalidad. Ellos son más que un hombre y un auto, son como hermanos. Todos los personajes son interpretados por el mismo actor (Federico Pereyra) y también hay un músico (Gabriel Waisbein) con gran presencia en la escena.

Natacha Visconti participó de la segunda edición en 2019 pero como bailarina (Polvaredal, de Laura Figueiras y Carla Rímola). En esta oportunidad presentará Mujer diamante, un solo de danza que empezó a crear junto a la intérprete Yésica Alonso antes de la pandemia. “Es un trabajo que empezó como algo muy íntimo, un proceso de mucha exploración e investigación. Realmente nos tomamos el tiempo para eso, fue la idea desde el inicio. Nos preguntamos acerca de las capacidades que tiene el cuerpo para desigualarse, es decir, para ser diferente a sí mismo. La propuesta es crear pequeños mundos poéticos y, a partir de ahí, un universo mucho más complejo, vasto, en movimiento y constante transformación. Se trata de volvernos un poco menos predecibles”, adelanta Visconti.

-Muchas veces la danza no encuentra su espacio en las grillas. ¿Cómo se inscribe en este festival y qué rol tiene lo independiente?

Natacha Visconti: -La danza, muy agradecida, porque no es lo más habitual en las programaciones. En el mismo Espacio Callejón, por ejemplo, hay más propuestas de teatro que de danza dentro de la grilla ordinaria. Me parece que está bueno y ayuda a tejer esos cruces para que todo sea más heterogéneo y plural. Lo bueno es que no se trata de un festival de teatro, de danza o de música sino del encuentro entre artistas mujeres. En relación a lo independiente, son trabajos elaborados dentro del circuito entonces hay algo en este modo de producir que el Festival intenta potenciar y alimentar. Son trabajos que vienen de un lugar muy experimental y se toman el tiempo para esa búsqueda.

La rana del Ibicuy es una obra inspirada en la madre de la autora y se vale de los recursos del teatro, el documental y la poesía para construir un lenguaje personal. El proyecto surgió después de que Sandrone participara como actriz en Muy bodas de sangre, un biodrama trágico dirigido por Vivi Tellas y Agustina Comedi en el ciclo Modos Híbridos. “En esa investigación me encontré con un montón de nodos y tuve la necesidad de repensar la estructura familiar, el desarraigo, la maternidad prematura. Creo que a partir de habilitarnos a las mujeres –desde un lugar de igualdad que tienda hacia lo colectivo– emergen nuevas formas, nuevos lenguajes y nuevas búsquedas”, dice Sandrone.

-¿Qué rol tiene el arte a la hora de visibilizar y exponer las estructuras patriarcales que persisten hoy en la sociedad?

Nadia Sandrone: -Creo que amplifica las voces y pone en escena la producción de creadoras en un momento de transición en todo el mundo. Es fundamental que existan estos espacios donde una pueda arrojarse a investigar, a crear o abrir un nuevo espacio-tiempo desde donde repensar las formas de relacionarnos incluso con nuestro quehacer artístico. En el teatro, por ejemplo, la autoridad estuvo durante mucho tiempo en el texto y los demás lenguajes estaban subordinados, pero hoy están a la misma altura a la hora de producir sentido. Creo que es una época muy exquisita para repensar el lugar del teatro hoy, y el Espacio Callejón me parece una plataforma amorosa porque nos da el puntapié para atrevernos a esa búsqueda.

Las tres coinciden en la emoción que genera el regreso a la presencialidad y la importancia de la palabra “festival” en estos tiempos. Las tres comparten sus experiencias del retorno a las salas y la alegría que sienten no sólo desde el lugar de creadoras sino también de espectadoras. “Creo que hay algo que nos pasa a muchas: hoy todo te conmueve, es muy impresionante”, dice Sandrone, y Visconti agrega: “Yo estoy yendo mucho al teatro y nunca me sentí tan bien siendo público. Con la pandemia se puso en valor ese encuentro”. “Antes quizás naturalizábamos demasiado lo que era ensayar, entrenar o ir al teatro, pero reencontrarse con ese acontecimiento después de tanto tiempo fue muy fuerte”, concluye Schimelman.

* Las entradas para el Festival Callejón pueden conseguirse a través de Alternativa Teatral o en la boletería del teatro.