A los obispos católicos más conservadores de los Estados Unidos no les produjo ninguna satisfacción el encuentro extenso y cordial que sostuvieron el presidente norteamericano Joe Biden y el papa Francisco en el Vaticano el pasado 29 de octubre. Y en el marco del enfrentamiento que esos jerarcas eclesiásticos sostienen tanto con el mandatario estadounidense como con la máxima autoridad de la Iglesia Católica, no tuvieron ningún recato en hacer públicas sus críticas de manera agresiva y usando como soporte las redes sociales.

Si bien por sus posiciones respecto de temas eclesiales Francisco es comprendido como un enemigo irreconciliable para el sector ultraconservador de la jerarquía católica de Estados Unidos, el presidente Biden es atacado fundamentalmente por su posición en favor del aborto.

Un informe realizado por el periodista Brian Fraga para el National Catholic Reporter (NCR) de Estados Unidos pone en evidencia parte de esos comentarios, algunos de ellos de tono muy ofensivo.

El obispo Thomas Robin, de Providence (Rhode Island), que el 27 de octubre había le había pedido a Francisco vía Twitter, que enfrentara a Biden “sobre este tema crítico” del aborto, después del encuentro vaticano escribió que “me temo que la Iglesia ha perdido su voz profética” y se preguntó “¿Dónde están los Juan Bautistas que se enfrentan a los Herodes de hoy?”. Tobin se encuentra dentro del grupo de obispos que han condenado a Biden por su posición en favor del aborto y pidieron que se le impida acceder al sacramento de la eucaristía. El mismo obispo había escrito antes que “el apoyo del presidente (Biden) al aborto es una vergüenza para la Iglesia y un escándalo para el mundo”.

El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, escribió que a medida que el Partido Demócrata “se mueve más hacia la izquierda, Biden evoluciona con él” y sostuvo además que dentro de esa posición política el tema del aborto “es el más destacado y podemos ver como (Biden) avanza cada vez más hacia el aborto”.

El informe del periodista Fraga rescata además manifestaciones del cardenal Raymond Burke, un ultraconservador que también se opuso a la aplicación de las vacunas contra el coronavirus y luego fue afectado por la enfermedad. El cardenal, que había sido designado en 2008 por Benedicto XVI como Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica (equivalente a la Corte Suprema de un país), fue destituido de ese cargo en el 2014 por Francisco, después de que Burke comparara a la Iglesia con “un barco sin timón”.

Ahora el cardenal pidió a sus seguidores que recen por “la Iglesia en Estados Unidos y en todas las naciones, para que sea fiel y clara en la defensa de la santidad de la Sagrada Eucaristía y en la salvaguarda de las almas de los políticos católicos que violan gravemente la ley moral”. En 2009, el mismo Burke le había pedido a la Universidad de Notre Dame que no le otorgara un título honorífico al entonces presidente Barack Obama debido a que también él apoyaba el aborto. En 2004 había advertido que, por el mismo motivo, no le otorgaría la comunión al candidato presidencial demócrata John Kerry.

Burke entiende que la Iglesia no debe cambiar sus posiciones porque considera que se trata de “una enseñanza inmutable”. Y argumentó que el Código de Derecho Canónico establece que se debe negar la comunión eucarística a los políticos católicos que sostengan la legalidad del aborto.

Richard Strickland, obispo de Tyler (Texas) no solo se sumó a la posición de Burke, sino que le agradeció sus manifestaciones y manifestó que se trata de “una clara declaración de la enseñanza católica”. Pidió también oraciones “por el arrepentimiento de todos aquellos que apoyan el asesinato de niños por nacer”.

Por su parte José Gómez, arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, tuiteó que “el aborto y la eutanasia conciernen a la pregunta más fundamental en cualquier civilización humana: ¿quién puede vivir y quien no, y quién decide esa pregunta?”. En su condición de presidente de la Conferencia Episcopal el arzobispo Gómez tiene bajo su responsabilidad supervisar el avance de una propuesta una comisión episcopal que, después de la elección de Biden como presidente, propuso una declaración de “coherencia eucarística” que va en el mismo sentido de crítica a la posición del presidente norteamericano.

Todo lo anterior pone de manifiesto también que el sector ultraconservador de la jerarquía católica de Estados Unidos es uno de los grupos que, dentro del catolicismo, lidera la ofensiva contra Francisco, mientras desarrolla estrategias pensando en la futura sucesión de Jorge Bergoglio al frente de la Iglesia Católica.

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