Juntos y también revueltos, Acorazado Potemkin y Bestia Bebé compartirán fecha este sábado 6, a partir de las 20, en una de las nuevas plazas que le legó la pandemia a la escena porteña: el Teatro Broadway. No será la primera vez que coincidan en un escenario. “Con Bestia tocamos en el festival Music is My Girlfriend, en 2013 o 2014”, recuerda Juan Pablo Fernández, frontman de los Potemkin. “También estuvimos en eventos como el Festipulenta, y Lulo (baterista del trío) trabajó con ellos en varios discos. Hace tiempo que queríamos hacer algo juntos y ahora el aforo en los teatros permitió que se hagan espectáculos de mayor convocatoria. Es muy emocionante tocar en un lugar así, y para la gente representa una alegría. Se apropian del espacio, nos hacen sentir importantes”.
Tom Quintans, cantante y guitarrista de Bestia Bebé, recuerda lo que tuvo que pasar con sus compañeros. “2021 fue medio loco. En el verano pudimos tocar en Buenos Aires, e hicimos muchas fechas por esto de la capacidad. Dos funciones equivalían a una”. Pero cuando creyeron que la actividad volvía a tomar forma, el coronavirus les recordó que seguía activo. “Después retomamos, aunque no con la normalidad de antes. Fue un año de incertidumbre, de tocar y no saber cuándo se iba a dar esa posibilidad. Cada vez que había una ventana, la aprovechamos lo más que pudimos”. Fernández añade: “En general, los grupos independientes salimos mejor de las crisis porque ya trabajamos en red. Los vínculos con la gente son más sólidos, más comprometidos, con el equipo, el sello. Cada uno tiene su lugar y todos cuidan del otro. Las coyunturas se pasan. Esto fue algo único, y fue importante saber correrse del escenario”.
Durante la pandemia, el cuarteto tuvo la oportunidad de lanzar su más reciente álbum, Gracias por nada. “Lo grabamos antes de que pasara esto”, dice Quintans. “Iba a salir en mayo de 2020, terminó apareciendo en octubre. Fue complicada la promoción, que fue virtual, y la venta la hicimos por Internet”. Si bien Potemkin pudo presentar en vivo su último disco, Piel, se quedó con las ganas de seguir tocándolo. “No hicimos nada hasta que encontramos espacios muy precisos y parecidos a los shows que siempre hicimos, como el streaming en Niceto”, explica Fernández. Cuando aparecieron oportunidades de juntar a la mayor cantidad de gente posible no lo dudamos, porque había que saber parar y guardarse, pero también había que saber volver a encontrarse con la gente. No sólo hubo grupos que no aguantaron, tampoco lo lograron comercios, trabajos, parejas, y en muchas familias se perdieron seres queridos”.
Este año Potemkin pudo regresar al
estudio para hacer una versión “rioclashense” de “La internacional”,
himno del movimiento obrero. “La hicimos porque nos invitaron a un encuentro
sindical internacional hizo por streaming en
Montevideo”, comparte Juan Pablo. “Nos la propuso el periodista
Martín Graziano. Mezclamos la versión que se le atribuye a Quilapayún con la
letra que cantan los partidos de izquierda, con las primeras estrofas de la que
cantaban los anarquistas en la República Española. Si Myriam Bregman la
quiere usar, sería una alegría. Pero no hay un disco conceptual por eso.
Estamos trabajando desde enero en material nuevo. Ojalá pronto comencemos
a demearlo”. Sobre el futuro de Bestia Bebé, Quintans adelanta: “La idea es poder hacer las giras que tuvimos que suspender
en España, Chile, Perú y México. Centraremos nuestro 2022 en eso”.