El gobernador de Nueva Jersey, el demócrata Phil Murphy, fue reelecto por un estrecho margen, lo que supone un respiro para el partido y para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tras la derrota de su candidato en Virginia. Con el 90 por ciento de los votos escrutados, Murphy obtuvo un 50,03 por ciento frente al 49,22 por ciento del republicano Jack Ciattarelli, una diferencia de menos de 20 mil votos pese a que los sondeos preelectorales le daban a Murphy una abultada ventaja de ocho puntos, según el recuento elaborado por el New York Times.
Las encuestas previas daban una clara ventaja al gobernador saliente, basándose sobre todo en la aprobación de sus estrictas políticas sanitarias para combatir al coronavirus, pero finalmente parece que ha sido la política fiscal, campo de batalla de Ciattarelli, la que le restó muchos apoyos. Un triunfo demócrata se daba por descontado en Nueva Jersey porque en las últimas presidenciales Biden logró 16 puntos más que Trump, y porque en el estado los votantes demócratas registrados superaban a los republicanos por más de un millón.
Esto da una idea del desgaste sufrido por los demócratas, una situación que medios locales atribuyen al aumento del costo de vida y que fue confirmada por el propio Biden al referirse a los resultados de Virginia: "La gente está enojada y con incertidumbre sobre muchas cosas, desde el covid a los empleos y el costo de la gasolina".
"Los sondeos vaticinaban entre 8 y 12 puntos de diferencia a favor de Phil Murphy, por lo que es una sorpresa" este resultado, dijo el profesor de ciencia política de la Universidad de Rutgers de Nueva Jersey, Saladin Ambar. "Es muy difícil, en un Estado donde los impuestos, y en particular los de la propiedad, son un gran problema para los demócratas, mantenerse en el puesto de gobernador", explica, al señalar que la última vez que un demócrata fue reelegido en este puesto remonta a 1977.
Pero, según el analista, el gobernador Murphy también fue "víctima" de la baja popularidad del presidente estadounidense, enfrascado desde hace semanas en interminables negociaciones con su propio partido para aprobar dos gigantescos planes de inversión.