“Llegar a la presidencia de Colombia no es un fin, es un medio para seguir empujando las luchas”, afirma Francia Márquez Mina, que con su candidatura sacudió el tablero político de su país. Abogada, dirigente social y defensora del medioambiente, Márquez busca convertirse en la primera presidenta mujer y afrodescendiente en un país donde el racismo va desde lo más sutil hasta lo estructural. Desde las expresiones racistas hasta el despojo de territorios ancestrales. “El racismo estructural define las condiciones en las que la gente racializada debe vivir. Vemos como el modelo neoliberal y el capitalismo salvaje necesitan de esas formas de opresión para mantenerse”, explica en diálogo con Página/12.
“Cuando a mí estos hombres blancos de élite me vienen a decir que no tengo los méritos para ser presidenta, pues que me digan ellos cuál es la experiencia que tienen. Su experiencia es de corrupción, su experiencia es de condenar a pueblos enteros a la muerte, a la guerra”, dice Márquez en una conferencia en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, junto a la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Victoria Donda.
"Tenemos todo por ganar"
“Nosotros no tenemos nada que perder porque ya nos han arrancado todo. Parte de ese todo es que nos siguen expropiando la condición humana. Tenemos todo por ganar y hay que hacer un camino”, remarca la precandidata a la presidencia de Colombia. Desde su niñez hasta la actualidad, la protección de su comunidad y el territorio ancestral llevaron a Márquez Mina a encabezar movilizaciones para exigirle una y otra vez al gobierno que frene el despojo de los pueblos afrodescendientes e indígenas.
“Certificaron que no éramos comunidad negra y por tanto no teníamos que ser consultados y yo me vi metida en la política”, cuenta la líder del Movimiento Soy Porque Somos en referencia a las circunstancias que la llevaron a la política. Porque “políticamente están definiendo que mi comunidad, que ha estado en un territorio desde 1636, tiene que ser desalojada para privilegiar a una empresa multinacional que llegó”, relata.
“Para privilegiar el desarrollo. Siempre nos han sacrificado por el desarrollo. En nombre del desarrollo esclavizaron a nuestros ancestros y ancestras. En el nombre del desarrollo nos han racializado y en el nombre del desarrollo el patriarcado ha hecho lo que quiere con nuestros cuerpos y con nuestros territorios. Ahí me tocó tomar partida”.
Disputar el poder
En 2014, Francia Márquez encabezó la Marcha de los Turbantes, Movilización de Mujeres Afrodescendientes por el Cuidado de la Vida y de los Territorios Ancestrales. Junto a más de 100 mujeres caminaron cerca de 300 kilómetros desde el corregimiento de la Toma en el Cauca hasta la capital Bogotá para exigirle al gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos que retirara los títulos mineros concedidos tras una violenta incursión en el territorio ancestral.
“Como mujeres negras dejamos a nuestros hijos al cuidado de otras personas para caminar, para parar la minería que estaba envenenando con mercurio el territorio. En un territorio donde tenemos niñas y niños con mercurio en la sangre. Con niveles de cinco partículas de mercurio en el cuerpo de niños que tienen 10 u 8 años”, recuerda la candidata.“Eso también es parte del exterminio físico, eso es parte del racismo ambiental. No en todos los lugares se envenenan esos territorios. El veneno se vierte en esos territorios racializados. Entonces ahí me di cuenta de que había que disputarse el poder, había que participar porque eso no iba a parar”.
Ese mismo año, Francia Márquez conoció a la líder indígena hondureña y defensora del medioambiente, Berta Cáceres, quien en 2016, un año después de haber recibido el Premio Medioambiental Goldman fue asesinada en su casa. En 2018, Márquez Mina ganó la misma distinción. “Para mí fue muy doloroso cuando la asesinaron. La lucha que ella hacía era la misma lucha que nosotros hacemos y terminaron asesinándola. No es fácil, pero asistimos a eso. Nuestras luchas siempre están trazadas por los riesgos y pues ahí nos ponemos de frente”, explica a Página/12. Márquez recordó las palabras de Cristina Bautista, gobernadora indígena asesinada en el departamento de Cauca. “Si callamos nos matan y si hablamos también, entonces hablamos porque no tenemos de otra”.
"Soy porque Somos"
En este sentido, la candidatura de Francia Márquez se enmarca en la necesidad de su pueblo. “Un pueblo que está cansado de que no lo dejen respirar, cansado de que le quiten sus sueños. Este es el sueño de los jóvenes que todos los días los asesinan y que justifican sus asesinatos llamándolos criminales,terroristas y vándalos”, dice la líder de Soy porque Somos en referencia a la muerte de jóvenes que se manifestaron durante el estallido social.
“Creo que Duque se ha empecinado en hacer trizas la paz y sostener una política de muerte que ha venido fomentando el uribismo hace 20 años, incidiendo incluso en la política exterior cuando deberíamos respetar la autonomía de cada estado”, afirma Márquez a este diario. “Aquí estamos resistiendo, pensando en cómo en esta apuesta por ganar las elecciones podemos confrontar este sistema de muerte y despojo hacia una Colombia digna, en paz, justa e igualitaria. Sobre todo una Colombia que reestablezca sus relaciones con todos los países de la región”.