La capital de Catamarca es el único municipio que tiene planta de tratamiento para la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU). En el resto del territorio los basurales son a cielo abierto. Hasta hoy no existe un plan provincial de GIRSU.
Uno de los casos resonantes de este problema es Tinogasta. Cuando uno va por la turística Ruta del Adobe (RN 60), el paisaje se va volviendo un mar de plástico literalmente. Los fuertes vientos de la zona trasladan kilómetros de bolsas y botellas de plástico que van quedando prendidos a la flora semidesértica o se acumulan en montículos entre la arena. La contaminación se extiende a la RN 40 y a la RP 3.
Según Omar Pereyra, secretario de Servicios Públicos, la municipalidad de Tinogasta genera entre 8 y 10 toneladas diarias de residuos, por lo que al mes se recolectan aproximadamente 3.000 toneladas.
Un informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo, destaca que Argentina produce en promedio, 1,15 kilos de desechos diarios por habitante, lo que equivale a casi 45.000 toneladas diarias para el total de la población (una tonelada cada dos segundos) y alrededor de 16,5 millones cada año.
En tanto, el secretario de Planificación de Tinogasta, Abel Martínez, señaló a Catamarca/12 que al inicio de la gestión tenían dos problemáticas asociadas al ambiente, “pudimos avanzar con el tratamiento de las redes cloacales y ahora nos queda el tema pendiente poder avanzar con lo que es el tratamiento integral de los residuos sólidos”. La actual gestión transita la mitad de su segundo mandato.
Sin embargo, Martínez aclaró que “ningún municipio del interior tiene resuelto el tema de la planta de tratamiento y menos el abordaje integral de la problemática de residuos”.
Desde la Secretaría de Ambiente de la Provincia se firmó este año un convenio con la Universidad Tres de Febrero para diseñar programas GIRSU, una labor que requiere personal técnico especializado.
A la falta de inversión, se suma también que no se hacen campañas fuertes para la concientización ciudadana.
En este sentido, Martínez fue claro con la situación actual: “Hoy es una gran falencia porque no se está haciendo ningún tipo de tratamiento de residuos, simplemente se los acopia, no se hace ni separación en origen que podía ser una recolección diferenciada, donde ya en el hogar la familia podría separar lo orgánico de inorgánico, plástico, vidrio. O sea, se recolecta todo junto, se deposita en una zona de basura a cielo abierto, todo junto y obviamente el único tratamiento que por decirlo de algún modo se hace, es el movimiento con maquinaria y la compactación en el basural. Sin ningún tratamiento, sin ninguna recuperación, ningún reciclado. Creo que así más o menos estamos trabajando la mayoría de los municipios”, remarcó.
En tanto, este medio consultó sin éxito al director de Gestión Ambiental de la Provincia, Diego Magariños, sobre las políticas respecto al tratamiento de residuos que llevan adelante, así como si existe una estadística de cuánta basura se genera en Catamarca.
21 millones en maquinaria
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié y el gobernador Raúl Jalil, firmaron un convenio en octubre por el cual Tinogasta adquirirá equipamiento por más de 21 millones de pesos.
El equipamiento comprende carro abierto basculante, chipeadora de ramas, enfardadora simple, punto verde fijo, minicargadora, tractor y trituradora de vidrio.
Cabandié expresó en su momento que “esta es una política ambiental que estamos desarrollando en todo el país para que los municipios puedan mejorar la recolección, tratamiento y reciclado de residuos, entre otras acciones”. Y agregó que “el equipamiento sirve para tener una ciudad más limpia, generar empleo y cuidar el ambiente. Tiene un triple impacto en las comunidades”.
Al respecto, Martínez dijo a este medio que “Este equipamiento es un primer paso, va a permitir eliminar los microbasurales que hay en la ciudad, y comenzar la cadena de recuperación de valor. El sueño es poder lograr un plan integral de tratamiento de residuos, poder lograr una planta de tratamiento donde se pueda hacer la recuperación de todo lo que se pueda reciclar y la remediación ambiental donde hoy se usa de basural y que ya se produjo un daño ambiental”, admitió el funcionario.
Basurales a cielo abierto
En Argentina existen 5000 basurales a cielo abierto, lo que significa, en promedio, más de dos basurales por municipio, señala el informe del Ministerio de Ambiente, a la vez que advierte que es uno de los principales problemas ambientales del país.
El informe advierte que los basurales a cielo abierto carecen de medidas mínimas de seguridad, por lo que puede encontrarse todo tipo de residuos, incluso patogénicos y peligrosos. Tampoco cuentan con la impermeabilidad de los suelos donde se emplazan o la distancia adecuada respecto de las napas freáticas, los cursos de aguas superficiales, los centros urbanos u otras áreas susceptibles de recibir los impactos derivados de estas instalaciones.
"Los basurales a cielo abierto resultan un foco de contaminación", sostiene el informe, tanto por la generación de líquido lixiviado como por la emisión de gases de efecto invernadero.
Generalmente la basura se entierra o se quema, en este último caso se suma "la emisión de sustancias tóxicas, aumentando la concentración de contaminantes atmosféricos como óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre o metales pesados, como el mercurio, el plomo, el cromo o el cadmio", afirma el informe.
Desde Ambiente Nación existen algunos programas, como al que accedió Tinogasta y también el municipio de Valle Viejo. Se trata de un Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto. Esta iniciativa se sostiene en una inversión de más de $30 mil millones.
La mayoría de los 5000 basurales a cielo abierto que existen son formales, es decir, "son el modo oficial en que los gobiernos locales eliminan su basura", advierte el informe.