El primer ministro de Irak, Mustafa al Kazemi, sobrevivió a un intento de asesinato con drones cargados de explosivos que fueron lanzados contra su residencia, en medio de tensiones entre el gobierno y algunos partidos chiítas y milicias iraquíes pro-Irán que rechazan los resultados de los comicios del pasado diez de octubre. Al Kazemi dijo este domingo que "conoce bien" a los responsables del ataque y señaló que serán "perseguidos" y "expuestos". Estados Unidos y la ONU condenaron "enérgicamente" el intento de asesinato.

"Mi casa fue blanco de una agresión cobarde y, gracias a Dios, los que trabajan conmigo y yo estamos bien", dijo al Kazemi en una breve intervención publicada en su cuenta de Twitter. El primer ministro agregó que "los misiles y los drones nunca construyen patrias ni futuro" y aseguró que trabajará para "construir" la nación "mediante el respeto del Estado y sus instituciones".

"Perseguiremos a los que cometieron el crimen, los conocemos bien y los expondremos", manifestó más tarde al Kazemi al término de una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros. El líder iraquí indicó que los perpetradores habrían sido los mismos que el pasado mes de junio asesinaron a tiros a Nibras Farman, un destacado oficial del Servicio de Inteligencia Nacional que fue tiroteado por hombres desconocidos en el este de Bagdad.

Fuerzas de seguridad derribaron el domingo dos drones pero un tercero impactó en la residencia del premier en la Zona Verde, el área fortificada de Bagdad que alberga también las embajadas, dijo un vocero del ministerio del Interior, Saad Maan. Fotos distribuidas por la oficina de al Kazemi mostraron daños en la residencia después del ataque, incluyendo ventanas rotas, una puerta de madera arrancada de las bisagras y grabados tirados por el suelo.

El ataque contra al Kazemi se produce en un momento de tensión en Irak tras los choques violentos entre manifestantes partidarios de las milicias iraquíes y policías durante una manifestación el viernes en Bagdad contra los resultados de las elecciones legislativas del diez de octubre. Los enfrentamientos dejaron un saldo de dos muertos y más de un centenar de heridos, muchos de ellos policías, lo que provocó una airada condena de los líderes de las milicias proiraníes de Irak, que en los pasados comicios perdieron casi dos tercios de sus escaños y rechazan los resultados.

Bronca de las milicias chiítas

Casi un mes después de las elecciones legislativas, en las que llamó la atención la participación más baja de la historia democrática de Irak (43 por ciento), los resultados definitivos de los comicios todavía no han sido anunciados ante el aumento de las quejas y la exigencia de un recuento manual de los votos por parte de los grupos chiítas.

Los resultados preliminares, anunciados al día siguiente de las elecciones, apuntaron al influyente clérigo chiíta Muqtada al Sadr como vencedor, con 73 escaños. El éxito electoral de al Sadr, enemistado con las milicias y las figuras próximas a Irán, contrastó con la debacle del brazo político de estos grupos armados, el Bloque Fatah, que perdió casi dos tercios de los asientos y pasó de ser la segunda formación más votada en 2018 a formar parte de los colistas.

Ante esta situación, centenares de simpatizantes de las milicias acampan en la Zona Verde para denunciar los resultados electorales, algo que ha ido acompañado de amenazas al propio al Kazemi. La reacción de las milicias al ataque de este domingo fue la de poner en duda la veracidad del intento de asesinato del premier, del que llegaron a mofarse.

"Según información que tenemos confirmada, ninguna persona en Irak tiene ni siquiera las ganas de echar a perder un dron en la casa de un primer ministro", ironizó en un mensaje en su cuenta de Telegram el vocero del movimiento Kataeb Hezbollah, Abu Ali al Askary. La cara visible de esta milicia, considerada terrorista por Estados Unidos por presuntamente atacar instalaciones norteamericanas, señaló que "el papel de la víctima ya es un método obsoleto" y agregó que "hay muchas formas menos costosas y con más garantías" para "perjudicar" a al Kazemi.

Reacciones dispares

Al Sadr condenó el ataque "terrorista" contra al Kazemi y dijo que sus autores buscaban devolver a Irak al caos y al terrorismo. Según el clérigo, profundamente contrario a la influencia que ejerce Irán a través de las milicias en la política iraquí, el acto tuvo como objetivo "la seguridad y estabilidad del país y su retroceso al caos para que sea dominado por las fuerzas del no Estado", afirmó en su cuenta oficial de Twitter.

Por su parte el presidente iraquí, Barham Saleh, pidió "unificar posturas frente a los malvados que están al acecho a la seguridad de esta nación y su pueblo", algo que también urgieron diversos países y organismos árabes.

En el plano internacional el presidente estadounidense, Joe Biden, condenó el intento de asesinato contra al Kazemi y dijo que su gobierno ayudará a las fuerzas de seguridad iraquíes a identificar a los responsables. "Me alivia saber que el primer ministro no resultó herido y elogio el liderazgo que ha mostrado al llamar a la calma, la moderación y el diálogo para proteger las instituciones del Estado y fortalecer la democracia que los iraquíes tanto se merecen", aseguró Biden en un comunicado.

El mandatario demócrata expresó que "los perpetradores de este ataque terrorista contra el estado iraquí deben rendir cuentas" y condenó "en los términos más enérgicos a quienes utilizan la violencia para socavar el proceso democrático de Irak". El líder estadounidense anunció que dio instrucciones a su equipo de seguridad nacional para "ofrecer toda la asistencia apropiada a las fuerzas de seguridad de Irak mientras investigan este ataque e identifican a los responsables".

En tanto el vocero de la Cancillería iraní, Saeed Khatibzadeh, rechazó el ataque contra al Kazemi y acusó indirectamente a Estados Unidos. Khatibzadeh dijo que estaba al tanto de "conspiraciones que apuntan contra la seguridad y los progresos de Irak". Agregó que incidentes como el de hoy "están en el interés de quienes han invadido la estabilidad, la seguridad, independencia e integridad territorial de Irak en los últimos 18 años".

Por su parte el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó "enérgicamente" el ataque que tuvo como objetivo al primer ministro y pidió a los iraquíes "que ejerzan la máxima moderación y rechacen toda violencia y cualquier intento de desestabilizar al país".