La madre de Mirtha Liliana González Ayala, asesinada y descuartizada en el Barrio 31 de Retiro en 2019, aseguró en el juicio que el crimen de su hija fue “planificado”, que su exyerno “le tendió una trampa para matarla” y que espera que se haga “justicia”.
María Lucía Insfrán Ayala, madre de la víctima y querellante, fue la principal testigo de la segunda jornada del debate, iniciado el lunes de la semana pasada vía Zoom. El proceso tramita ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 14 y tiene como único imputado a la expareja de la víctima, Waldo Servian Riquelme, de 35 años.
Insfrán Ayala narró a los jueces Silvia Estela Mora, Hugo Norberto Cataldi y Domingo Luis Altieri que su hija, quien estuvo 15 años en pareja con el imputado, era víctima de violencia de género. “Este hombre es un doble personaje. Cuando estábamos era muy amable, pero con ella era la otra cara de la moneda”, dijo la testigo.
Consultada por Pablo Rovatti, abogado del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación que la representa, Insfrán Ayala afirmó que Servian Riquelme “no le daba derechos de mujer” a su hija. “A veces se emborrachaba y se burlaba de ella”, contó, y añadió que, por el relato sus otras hijas y hasta de uno de sus nietos, hijo de la pareja, sabía que el acusado le pegaba a la joven.
“El último tiempo le pegaba mucho. El nene, mi nieto, decía que Lili tenía muchos hematomas”, señaló la mujer, que ahora está a cargo de la crianza de los hijos de la pareja, un varón y una niña de 14 y 10 años. “Una vez le pegó y le rompió la ceja y a mí me dijo que se golpeó en el colectivo, pero era mentira. Él le pegó. Otra vez le tiró el celular y lo rompió todito”, relató. Días antes del crimen, Ayala contó a una hermana que Servian Riquelme “casi la estranguló cuando estaba durmiendo” y que, por eso, ella dormía con sus hijos.