Un retrato de la vida de una de las activistas históricas del feminismo y del lesbianismo en Argentina es lo que propone el documental Ilse Fuskova, dirigido por Liliana Furió y Lucas Santa Ana. Ilse hoy tiene 92 años y un camino recorrido que sentó el germen de las nuevas luchas por los derechos las de las mujeres que se produjeron en el nuevo milenio. Fue azafata, periodista, se pronunció feminista en 1978, en plena dictadura cívico-militar, y en 1986, al regreso del Encuentro Latinoamericano de Mujeres de Bertioga, se reconoció como lesbiana, luego de poner fin a su matrimonio de tres décadas. Su visibilidad en los medios masivos de comunicación en los años '90 instaló en la sociedad la problemática de un grupo de mujeres que vivían su sexualidad al margen del sistema. Impulsora junto a Carlos Jáuregui de la Primera Marcha del Orgullo en la Argentina, Ilse Fuskova es reflejada en este film como ejemplo de lucha y de militancia activa. Ilse Fuskova se estrena este jueves en el Cine Gaumont y en Cine.ar TV (en este último caso a las 20 y repite el sábado a las 20).
Liliana Furió y Lucas Santa Ana son dos documentalistas con gran conocimiento de la historia de la luchas por los derechos de la comunidad LGTBIQ+, con documentales como Tango Queerido (2016) y El puto inolvidable, la historia de Carlos Jauregui (2016). Ambos aportan en esta biografía de la precursora feminista una historia social a través del relato de la vida de una militante que hoy sigue inspirando con su pensamiento y acción a las nuevas generaciones.
"La idea de esta película nació un poco fortuitamente", dice Furió en diálogo con Página/12. "Ilse Fuskova es una gran referente y tiene que ver no sólo con los logros de derechos que hemos conquistado dentro del colectivo LGTBIQ+ sino que desde lo personal a mí me tocó directamente, porque yo también tuve una historia de haber estado muchos años casada, igual que ella, haber tenido hijos y salir luego del clóset. Entonces, encontré su historia en un momento en el que yo no me sentía cómoda en un espacio hétero al salir del armario ni tampoco en un espacio netamente lésbico, en que en aquel momento te miraban un poco raro si habías estado casada con un tipo", describe la codirectora. Por eso, para Furió fue una revelación Ilse Fuskova. Se la encontró en 2015. La abrazó y le preguntó: "Ilse, ¿dónde hay algo de tu trayectoria?". Y Fuskova le contestó: "No hay nada". Y ahí le propuso el documental. A menos de un año de aquel encuentro, Furió se encontró con Lucas Santa Ana. "Aunamos esfuerzos y nos embarcamos en este proyecto que adoramos", completa la codirectora.
-¿Qué significó la figura de Ilse en el movimiento feminista y en la cultura lesbiana y qué bases fundacionales dejó?
-Hay que decir la precedieron otras y otres que ya venían como, por ejemplo, María Elena Oddone, que fue una precursora realmente enorme. Hubo otres que precedieron a Ilse en cuanto a las luchas feministas, incluso lésbicas. Pero ella tiene como valor agregado, por llamarlo de alguna manera, que se atrevió a salir de una manera absolutamente clara, valiente, reivindicativa a todos los medios que se le pusieron adelante en un tiempo en que costaba mucho que las mujeres, incluso los varones pudieran plantarse. Sobre todo la trama lésbica estaba muy oculta, muy invisibilizada y había mucho temor, porque había mucho miedo de que pudieran ser expulsadas de los trabajos, de las familias. Entonces, esa actitud de Ilse absolutamente valiente y valerosa de no importarle las consecuencias y salir a decir y reivindicar nuestros derechos la hace única.
-¿Crees que para ella fue muy difícil la lucha contra la censura de otras épocas?
-Claro que fue difícil y ella pagó sus costos. Justamente se enfrentó a eso.
-¿La idea fue trazar su historia de vida pero también un poco y en paralelo con la vida del país, como por ejemplo, el auge o el crecimiento del feminismo en la recuperación democrática en los ‘80?
-Hay una historicidad de una vida, que arranca en 1929 y un poco la película va arrancando desde ahí. Ella nació en el '29 y, a través de sus propios archivos fotográficos, nos va contando un poco ese derrotero de padres europeos migrantes. Luego también hay un recorrido por la época oscura de la dictadura en nuestro país, y el advenimiento de la democracia. Ilse va representando la historia de casi un siglo de nuestras luchas.
-La vida de Ilse no fue fácil, como lo demuestra la temprana decisión de la familia en no dejarle usar el apellido de origen cuando se enteraron que era lesbiana. ¿Cuánto cambió la sociedad a nivel mundial en aquel comentario “De eso no se habla, eso no se hace”?
-Por suerte y gracias, en gran medida, a luchadoras y luchadores enormes que hemos tenido, hoy es otra cosa. Hoy sí se habla, aunque no podemos apoltronarnos en derechos adquiridos con mucha lucha o con muchos años de trabajo porque tenemos todo un frente conservador -y casi diría fascista- que lamentablemente no se circunscribe solamente a nuestro país, sino que es un movimiento mundial que en dos minutos, si llegaran a tomar el poder, se cargarían todos los derechos que hemos adquirido con tanta lucha y trabajo. Me parece que es un llamado. Esto es importante decirlo: hay que tomar conciencia. Por ahí, muchas de las generaciones no conocen a Ilse ni a cientos de referentes que hay que dar a conocer porque esto tiene una historia y no se llegó porque un grupo de adolescentes se iluminaron en 2017. Hay que pensar que el Encuentro Nacional de Mujeres viene desde 1986 y es un movimiento único en el mundo.
-¿Crees, entonces, que hoy las nuevas generaciones tienen el grado de libertad suficiente que no había en otras épocas para expresar públicamente su identidad y su orientación sexual?
-Sin duda que tienen mucha más libertad, pero cuánto falta todavía. Pero en el gobierno de Macri, que hubo un viraje a la derecha, al conservadurismo más rancio, subieron los casos de discriminación, incluso los ataques en un porcentaje espantoso. Claro que hoy las pibas, los pibes pueden ir de la mano, pueden expresarse desde otro lugar, pero todavía hoy hay que tener muchísima atención y cuidado, seguir sosteniendo los trapos y seguir teniendo en claro que la red es fundamental para cuidarnos entre nosotres. Eso es muy importante decirles a las pibas y a los pibes.
-¿Cómo observás el crecimiento del movimientos feminista en estos años y cuánto influyó Ilse para que el actual movimiento LGBTiq sea reconocido de una manera que nunca antes sucedió?
-El aporte de Ilse es enorme. Soy bastante reacia a hacer comparativas. Me parece que cada ser humano es un mundo y hace lo que puede con lo que le es dado, con lo cual yo creo que justamente la riqueza de Ilse se vio potenciada por todo un montón de luchadoras y luchadores que la precedieron, que la acompañaron y que la suceden hoy en día. Pero claramente la voz de Ilse, esa impronta, esa manera de comunicarlo, todo su activismo, el poner el cuerpo de una manera tan valiente y la exposición fueron fundamentales. Esto está clarísimo. Y si alguien tiene dudas que venga a ver la peli que se va a dar cuenta.