El obispo Oscar Ojea, titular de la diócesis de San Isidro, fue reelecto como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), para el período 2021-2024. En la Comisión Ejecutiva estará acompañado por el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, que ahora se desempeñará como vicepresidente primero después de haber sido vicepresidente segundo, y por el titular del arzobispado de Bahía Blanca, Carlos Azpiroz Costa, elegido en la ocasión para ocupar el cargo de vicepresidente segundo. La secretaría general será desempeñada en este período por el obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey. Los obispos completaron también la ronda de votación, eligiendo además a los titulares de las comisiones que se encargan de abordar temas específicos.
Los comicios se produjeron este martes en el marco de la 119° Asamblea Plenaria de los obispos, que desde el lunes se realiza en Pilar. Con los designaciones se ratifica en la conducción a un grupo de obispos que tienen una clara afinidad con los lineamientos que, desde El Vaticano, traza el papa Francisco.
El pasado mes de setiembre Ojea había presentado su renuncia al obispado de San Isidro ajustándose a la normativa eclesiástica que dispone que los obispos resignen su cargo al cumplir 75 años. Sin embargo, pocos días después, el papa Jorge Bergoglio usó de sus atribuciones para confirmar al titular de San Isidro en su cargo, en un hecho que fue leído como un gesto de respaldo a quien ahora resultó reelegido en la responsabilidad que ya había asumido en el 2017.
Ojea nació en Buenos Aires el 15 de octubre de 1946, fue ordenado sacerdote en 1972, designado obispo auxiliar de Buenos Aires en 2006 y es obispo titular de San Isidro desde el 30 de diciembre de 2011.
Marcelo Colombo, electo como primer vicepresidente, nació en Buenos Aires el 27 de marzo de 1961 y realizó su trayectoria pastoral mayoritariamente en la diócesis de Quilmes como directo colaborador de quien fuera su obispo, Jorge Novak. En 2009 fue designado obispo de Orán y, posteriormente, en 2013, obispo de La Rioja, donde se encargó en forma directa de trabajar por la beatificación del obispo mártir Enrique Angelelli. En el 2018 el papa Bergoglio lo nombró arzobispo de Mendoza.
Ojea y Colombo formaron parte en el período anterior de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, equipo integrado también por el cardenal de Buenos Aires, Mario Poli, y el titular de Chascomús, Carlos Malfa, este último como secretario general. Estatuariamente ni Poli ni Malfa podían aspirar a la reelección porque ya habían cumplido dos mandatos en la función.
Quien accede ahora a la vicepresidencia segunda es Carlos Azpiroz Costa, arzobispo de Bahía Blanca, nacido en Buenos Aires el 30 de octubre de 1956, sacerdote de la Orden de Predicadores desde 1987 y obispo desde 2015. Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata y por ello directo colaborador del arzobispo Víctor Manuel “Tucho” Fernández, nació en Buenos Aires el 23 de julio de 1955, es sacerdote de la Orden de San Agustín desde 1981 y obispo de 2012.
De la elección, realizada por voto secreto, participaron casi un centenar de obispos y las principales designaciones alcanzaron rápidamente los dos tercios de los sufragios exigidos estatutariamente para las dos primeras rondas.
El elenco de los nombrados se completó con las designaciones de quienes estarán al frente de las comisiones episcopales. En Pastoral Social fue confirmado Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora, y en Cáritas continuará Carlos Tissera, obispo de Quilmes. El cardenal porteño Mario Poli estará al frente de la comisión de Educación y el arzobispo platense Víctor Fernández conducirá la comisión de Fe y Cultura. El obispo de San Luis, Gabriel Barba, presidirá la comisión de Comunicación Social, y el obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, será responsable de Catequesis. La Liturgia ha sido confiada a Ariel Torrado, obispo de 9 de Julio, y los Ministerios a César Fernández, obispo de Jujuy. En otras dos comisiones estarán Luis Zordán, obispo de Gualeguaychú, en Vida consagrada, y Jorge Vázquez, obispo de Morón, en Vida, Laicos y Familia.
De esta manera, sin mayores sobresaltos ni novedades, los obispos confirmaron con su elección la línea pastoral de quienes vienen conduciendo la labor de la jerarquía de la Iglesia católica.
Antes de la votación, el plenario episcopal dedicó un tiempo al “intercambio pastoral”, espacio en el que los obispos comparten información y perspectivas respecto de la situación social y política desde la mirada eclesiástica. Por el momento se desconoce si habrá un pronunciamiento colectivo de la jerarquía, pero el hecho se considera poco probable atendiendo a la realización de los comicios legislativos el próximo domingo.