Engels llamó a Francia el laboratorio de experiencias políticas, donde los acontecimientos se desarrollarían de la forma más radical, desde la Revolución de 1789, pasando por la Revolución de 1848, hasta llegar a la Comuna de París. Chile es el país que acumuló las experiencias políticas más expresivas de América Latina, mereciendo este título para nuestro continente.
A fines del siglo XIX, Chile fue el escenario del surgimiento de las primeras formas de organización obrera, debido a la existencia de las minas y las primeras formas de clase obrera. A principios del siglo XX, en el Colegio Santa María de Iquique, en el norte de Chile, tuvo lugar la primera gran masacre del siglo.
A finales de la segunda década del siglo se fundaron los Partidos Socialista y Comunista. A principios de la década de 1920, Luis Emilio Recabarren, fundador del PC en Chile y Argentina, fue candidato a la presidencia del país.
En la década de 1930, Chile era el único país de América Latina que tenía un gobierno de Frente Popular, con ministros de las dos centrales sindicales en ese momento. En la década de 1950, Salvador Allende fue un candidato lanzado por los partidos socialista y comunista a la presidencia de Chile. Candidato que volvió a postularse tres veces más, antes de ser elegido primer presidente socialista de Occidente, en 1970.
Chile lideró así el único intento de construir el modelo socialista a través del proceso electoral, de 1970 a 1973. Como reacción violenta a este intento, Chile tuvo la dictadura militar más simbólica del período en todo el continente, bajo el general Augusto Pinochet.
Derrotado en un plebiscito convocado por él mismo, Pinochet no pudo seguir en la presidencia de Chile, según la Constitución impuesta por él mismo, en pleno estado de sitio. Así comenzó, en 1990, la transición democrática, que tuvo características particulares en Chile.
Una coalición de partidos democristianos y socialistas jugó un papel protagónico en los gobiernos post-dictatoriales militares en Chile, pero manteniendo la política económica neoliberal heredada, así como la Constitución del régimen pinochetista, con algunas modificaciones. Fue, asi, una transición que mezcló la democracia liberal como sistema político con la economía neoliberal.
La acumulación de contradicciones no resueltas solo estalló en 2019, luego de un ciclo de diversas movilizaciones masivas, en gran parte llevadas a cabo por estudiantes. Con grandes movilizaciones en todo el país, desde demandas contra el aumento de los precios del transporte, rápidamente se convirtieron en movilizaciones que comenzaron a reclamar una Asamblea Constituyente, que liquidaría los legados del período pinochetista, así como la superación del modelo neoliberal.
El estallido de la pandemia interrumpió esas manifestaciones, no evitando la continua erosión del apoyo del gobierno de Sebastián Piñera (foto). Hasta que las manifestaciones se reanudaron y dieron lugar a la convocatoria de una Asamblea Constituyente y las elecciones presidenciales de 2021.
Era una nueva generación de dirigentes, que conforman la nueva izquierda chilena, organizados en torno al Frente Amplio, que agrupa a un gran número de nuevas organizaciones. La nueva izquierda convocó a un referendo para definir su candidato a la presidencia de Chile, con el candidato del Frente Amplio Gabriel Boric -quien había sido líder estudiantil- triunfando sobre el candidato del Partido Comunista.
Mientras tanto, se convocó la Asamblea Constituyente, se eligieron los diputados constituyentes, la gran mayoría de los cuales provenían de nuevas generaciones de líderes. Se inició la construcción de la nueva institucionalidad chilena, paralelamente a la elección del nuevo presidente del país.
Las encuestas señalan que Gabriel Boric, el candidato del Frente Amplio, con el candidato de extrema derecha, José Antonio Kast, deben llegar a la segunda vuelta. Boric es favorito para triunfar en la segunda vuelta. Les siguen los candidatos Yasna Provoste (exConcertación) y Sebastián Sichel, apoyado por Piñera.
La consolidación de Kast como candidato de la derecha se da paralelamente al deterioro de la imagen de Piñera, que se refleja en la trasferencia de votos de Sichel hacia aquél. La aprobación por la Cámara de Diputados del impeachment de Piñera acelera esa tendencia, fortaleciendo todavía más a Kast como el candidato de la derecha en la segunda vuelta.
Desde que Chile terminó con el voto obligatorio, la participación electoral se ha reducido mucho, a menos de la mitad, con especial ausencia del voto de los jóvenes. Esta vez se espera una mayor participación, pero el resultado electoral del 21 de noviembre en la primera vuelta y del 19 de diciembre en la segunda dependerá, en gran medida, de su porcentaje.
Chile retoma así su carácter de laboratorio de experiencias políticas en América Latina, con una elección ejemplar, no solo porque está liderada por una nueva izquierda, sino porque tiene paralelamente el desarrollo de la Asamblea Constituyente.