Desde Berlín
Si bien en las calles se vive un clima distendido y la actividad volvió casi por completo a la normalidad salvo por el uso de barbijos, aforos reducidos y sobre todo la exigencia de la llamada norma 2 G (sólo vacunados o recuperados de la enfermedad para entrar a casi cualquier espacio cerrado desde academias a restaurantes, peluquerías a gimnasios), las cifras siguen escalando con la mayor incidencia desde el inicio de la pandemia.
Alemania registró el jueves un número récord de nuevas infecciones, con 50.196 casos en 24 horas. De hecho el Instituto Robert Koch, máximo referente por aquí, informó que el número de casos confirmados por cada 100 mil habitantes era de 249, el más alto desde el inicio de la pandemia, con situaciones alarmantes en las regiones de Sajonia (521), Turingia (469,2) o Baviera (427).
Así, nuevamente en una situación que se vuelve crítica, teniendo en cuenta además que comienza la antesala de los días más fríos del año, la presión por restablecer rápidamente medidas de protección adicionales no se hace esperar. La canciller Angela Merkel pidió una coordinación urgente con los estados federados.
El futuro canciller Olaf Scholz se enfrenta a su primera crisis, aunque no se espera que tome posesión del cargo hasta diciembre, cuando terminen las negociaciones entre su partido, el SPD, los ecologistas y los liberales. Decididos a no esperar hasta esa fecha, los socios del posible futuro gobierno de coalición presentaron en el Parlamento un paquete de medidas que incluye una nueva campaña de vacunación, la vuelta de las pruebas gratuitas y la imposición de restricciones a quienes no se vacunen.
Y Scholz, ministro de Economía del gobierno saliente, instó este jueves a los diputados: "Tenemos que tomar medidas necesarias y muy numerosas para pasar este invierno. Debemos poner a nuestro país al abrigo este invierno". Al pedir la reapertura de los centros de vacunación, quien se perfila como futuro canciller alemán advirtió: "Un muy, muy importante número de aquellos que no están vacunados se contagiarán (...) Es lo que esperamos".
Las propuestas, si se aprueban, deberían entrar en vigor a finales de mes. Sin embargo, los tres partidos descartaron hacer obligatoria la vacunación, incluso para el personal sanitario.
Está previsto que las pruebas rápidas de coronavirus vuelvan a estar disponibles pronto de forma gratuita de manera más amplia en las calles. Algo que deprime un poco, ya que de alguna manera, el símbolo de que la situación estaba totalmente en remisión es que desaparecieron estas tiendas como de campaña en las esquinas principales de la capital alemana, quedando algunos pocos centros de testeo en sitios neurálgicos como estaciones de trenes o centros comerciales o culturales.
Hospitales y vacunación
"Ahora mismo tenemos una verdadera situación de emergencia", señaló el médico alemán Christian Drosten, jefe de virología del hospital Charité de Berlín ante la situación de las unidades de cuidados intensivos en el podcast de la NDR "Das Coronavirus-Update". Según él se espera "un invierno muy estresante" y también considera concebibles nuevas restricciones de contacto. Medidas obviamente que él y todos, como aclara en dicha entrevista, pensaron que ya habían quedado atrás.
Por su parte, muchos culpan de esta situación a quienes aún no están vacunados y abogan por medidas más duras que los presionen a hacerlo. Sobre todo, hay muchos casos de jóvenes que se oponen. Lo concreto es que un 67,1 por ciento de la población ha recibido la pauta completa de la vacuna y un 69,7 por ciento al menos la primera dosis.
¿Otra Navidad trunca?
Precisamente en estos días comienzan (¿o comenzaban?) a abrir sus puertas en toda Alemania, las actividades más esperadas de esta época del año donde las ciudades se ponen de fiesta. Mercados y decoración navideña, puestos de venta de vino caliente (gluhwein), pistas de patinaje sobre hielo e incluso la posibilidad de tirarse de trineos en el centro de la ciudad en la Potsdamer Platz.
Por ahora todo sigue adelante, mismo el Carnaval, que en Alemania se celebra justamente por estos días de noviembre en honor a Baco, el Dios del vino, con Colonia como el epicentro de la movida. Una tradición que llegó de la mano de los Romanos que poblaron el Sur y el oeste, y que es de las actividades turísticas más promocionadas.