El gobierno anunció un aumento de 12,11 por ciento en las jubilaciones, pensiones y otras prestaciones sociales a partir de diciembre. De este modo, el incremento acumulado en el año llegará al 52,7 por ciento. El gobierno destacó que “con este aumento las prestaciones de la Seguridad Social logran un incremento anual por encima de la inflación”, pero eso recién en enero se sabrá cuánto aumentaron los precios durante 2021. Por ahora, la inflación acumulada en los últimos 12 meses suma 52,1 por ciento.
El anuncio se oficializó luego de que el presidente Alberto Fernández encabezara una reunión en la Casa Rosada con los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Trabajo, Claudio Moroni, y la titular de la Anses, Fernanda Raverta. “Desde que asumimos dijimos que íbamos a trabajar todos los días para que las jubiladas y jubilados le ganen a la inflación. Y hoy estamos muy contentos de comprobar, tal como lo aseguramos cuando se discutía la ley, que la nueva fórmula es mucho mejor que la que había sancionado el gobierno de Macri”, indicó Raverta.
El nuevo incremento alcanzará a más de 7,1 millones de jubilados y pensionados y a casi 9 millones de niños y adolescentes (4,4 millones mediante la Asignación Universal por Hijo, y 4,3 millones por las Asignaciones Familiares).
Con el nuevo reajuste trimestral, el haber mínimo será hasta febrero de 29.062 pesos y el haber máximo de 195.557 pesos. A su vez, las Asignaciones Universal por Hijo, familiares y por Embarazo aumentarán a 5.677 pesos.
Por otra parte, el salario familiar por hijo (y también la asignación para quienes están en el monotributo) será, dependiendo del ingreso total familiar, de 5677 pesos, 3828, 2314 y 1192 pesos. La Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), equivalente al 80 por ciento del haber mínimo, pasará a ser de 23.249 pesos y la pensión por invalidez de 20.343 pesos.
La evolución de los haberes se da a partir de la ley de movilidad previsional sancionada en 2020, que cambió la fórmula para calcular los incrementos. A partir de la norma, los ajustes no son en función de la inflación sino en base de la evolución de los salarios y de la recaudación de los impuestos con los cuales se financia la Seguridad Social. En el caso de los salarios, el indicador que se toma es el más alto al comparar la Remuneración Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), que mide el Ministerio de Trabajo, y el Índice de Salarios que releva el Indec.
Entre 2009 y 2017 el Ripte superó en un 15 por ciento al índice de salarios del Indec, aunque en las 14 observaciones semestrales, en 5 fue superior el valor del Indec. Por eso, según expertos en seguridad social, la presencia de los dos indicadores es más beneficiosa para los jubilados.
La única diferencia entre esta ley y la que estuvo vigente bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner es que la actualización no es semestral, sino que habrá aumentos trimestrales, es decir, cuatro en el año. El primero fue en marzo (+8,07 por ciento), el segundo en junio (+12,12), el tercer en septiembre (+12,39 por ciento) y ahora llegará el cuarto.
También fueron trimestrales los aumentos con la fórmula del gobierno de Cambiemos (2017-2019) y durante todo 2020, que la movilidad estuvo suspendida y los aumentos se otorgaron por decreto.
El gobierno informó que “si por el contrario, hubiese continuado la fórmula de la Ley N°27.426 de 2017 de Juntos por el Cambio, la variación interanual de los haberes sería de más de 4 puntos inferior, sería del 48 por ciento”. Desde el Ejecutivo también se destacó que la suba anual es mayor a la inflación, pero eso todavía no se sabe con precisión porque habrá que esperar los datos de inflación de noviembre y diciembre. En los primeros 10 meses del año la suba de precios lleva acumulado un incremento de 41,8 por ciento y para no superar el 52,7 por ciento en el año la inflación no debería superar el 3,7 por ciento mensual en promedio en los dos últimos meses del año.