Otra vez con gorras coloradas (¿una cábala, tal vez?), Diego Santilli cerró su campaña de la mano del radical Facundo Manes. El candidato de Juntos, que confía en repetir el resultado de las PASO, hizo eje en la seguridad, con centro en el asesinato del kioskero en Ramos Mejía. "Pedimos que no nos maten más por un par de zapatillas y nos
respondieron que no podían hacer nada porque esto pasa en todas partes
del mundo", lanzó Santilli, para luego prometer que no permitirá que haya más excarcelaciones y que endurecerá las penas.
Las características de los actos del PRO parecen tomadas de un molde: el escenario 360, el público ordenado, hasta los cantitos se repiten. Hubo uno calcado al acto del miércoles de María Eugenia Vidal: "Volveremos, volveremos, volveremos otra vez. Volveremos a ser gobierno en el 2023", se volvió a escuchar (de vuelta, el cantito no alude al gobierno de Mauricio Macri sino a un nuevo futuro de promesas). También tuvo un moderador, que en este caso fue el intendente de La Plata, Julio Garro.
Solo algunas pequeñas diferencias se vieron en el Club Atenas de La Plata: los gorros con visera rojos que identifican al candidato colorado. Esta vez, los radicales no le cantaron a Patricia Bullrich que "con Milei no se habla", como ocurrió en el cierre de Vidal (lo que muestra una interna que se vendrá a futuro por la inclusión o no de la ultraderecha). Pero sí cantaron que serán gobierno "como en el 83".
La primera oradora fue Graciela Ocaña, que pidió un aplauso para los que murieron por covid. "La vicepresidenta cobra una jubilación de privilegio", fue el tópico que repitió. Se escuchó lo mismo --casi como en un guión-- en el cierre de Vidal. La repetición de ciertos temas (el vacunatorio VIP, el adoctrinamiento en las escuelas, etcétera) fue una de las características de la campaña de Juntos, así como la apelación a la indignación. Nada de eso faltó en el acto de cierre.
Todavía jugando de invitado, Manes entró con un tema de Charly García: "Cerca de la revolución". "En la Argentina tenemos que hacer una revolución del conocimiento, con un país abierto al mundo, con paz social, exportando valor agregado en todo lo que producimos. Para eso tenemos que invertir en la primera infancia", sostuvo Manes. Quizás un llamado a reparar la ausencia de vacantes en el sistema de educación pública porteña. "En Juntos vamos a luchar contra la inseguridad. No nos conformamos con tratar los síntomas. Vamos a tratar las causas de la inseguridad", aseguró Manes, aunque luego Santilli iría por otro camino enteramente distinto.
Para cerrar, sacó una boleta de Juntos: "Este papelito es el médico que dio todo en la pandemia. Este papelito es del policía honesto. Este es el alma de un argentino que quiere reconstruir entre todos nuestro país", gritó. "Al gran pueblo argentino salud, educación, seguridad, progreso, menos pobreza, siglo XXI. ¡Una nueva Argentina!", cerró y se unió en un abrazo con Santilli.
-- Oooooooh. Vamos a volveeeeeer --coreó la tribuna, en una curiosa apropiación del cantito del kirchnerismo durante el gobierno de Mauricio Macri.
Santilli le agradeció al ex presidente, así como al jefe del gobierno porteño. Y arrancó su discurso hablándoles a los votantes: "Recorrimos más de 30 mil kilómetros y entendimos el sacrificio que hacés para llegar al fin de mes. Y el 12 de septiembre dijiste algo distinto. Dijiste que hay que cambiar. Que queremos un nuevo camino. Queremos que estén al lado nuestro, ahí cerca". Nuevamente, aparecieron todos los tópicos clásicos del PRO: la cercanía con el vecino, la idea de que los escuchan y los entienden. Poco ha cambiado en el diseño electoral de la última década. Incluso el escenario busca mostrar un candidato que no se pone "por encima" del resto, como explicaba Jaime Durán Barba en sus instructivos de campaña.
Luego llegó el momento de atacar: "Le pedimos trabajo al Gobierno y nos respondieron con platita, como si pudieran comprar nuestra dignidad. Y respondieron con viajes de egresados y militantes controlando los comercios", lanzó Santilli. "Pedimos que no nos maten más por un par de zapatillas y nos respondieron que no podían hacer nada porque esto pasa en todas partes del mundo. No es así. Les pedimos justicia y nos respondieron liberando un tipo que tiraba bolsos en un monasterio lleno de plata. ¿¡Hasta cuándo?!", gritó. "¡No paran de lastimarnos! Lastimaron a los chicos cuando destruyeron la educación. Lastimaron a nuestros adultos mayores cuando lastimaron su jubilación", sostuvo el candidato, quien quizás olvidó la reforma previsional que impulsó el gobierno de Macri en diciembre de 2017.
Hubo también tiempo para la demagogia punitiva: "Queremos ver a los delincuentes presos, a donde tienen que estar. ¡Vamos a terminar con la puerta giratoria!", dijo Santilli. "Este 14 de noviembre se discute qué país queremos. Si queremos un país con trabajo o con planes, con libertad o con opresión", fueron otros de los tópicos que expuso. "Vamos a ir a discutir los temas que a vos te importan. No los que les importan a los políticos", sostuvo Santilli, que hace más de tres décadas que está en política, pero se puso afuera de "los políticos". Cerró así una campaña con la que confían, de mínima, repetir el buen resultado de las primarias.