Un informe realizado por el Instituto Soberanía reveló que la mayoría de los efluentes industriales vertidos en el río Paraná, desde Villa Constitución hasta Timbúes, sobrepasan los parámetros normales aproximados de contaminantes que se pueden encontrar en el río. Se tomaron muestras de líquidos vertidos por decenas de caños que asoman en las barrancas, muchos de ellos se ven actualmente por la histórica bajante del Paraná. En los análisis detectaron presencia de coliformes, un grupo de especies bacterianas que tienen ciertas características bioquímicas en común e importancia relevante como indicadores de contaminación del agua y los alimentos. "Algunos de los resultados preliminares son alarmantes", apuntaron desde el equipo cuyo referente es el diputado provincial Carlos Del Frade, quien presentó esta semana un pedido al Poder Ejecutivo para que informe qué controles realiza en las empresas.

El pasado 15 de agosto, el equipo sobrevoló el litoral del Paraná entre Villa Constitución y Timbúes. Tomaron imágenes que demuestran los cambios de color que se producen entre los efluvios de las empresas asentadas en la costa y el contacto con el agua del río. El 5 y 19 de octubre tomaron muestras para analizar y determinar los componentes de estos residuos y en qué proporción lo contaminan. 

"Los desagües en algunos casos son obras regulares, en otros casos chorrean directamente desde la barranca, se pueden observar caños, vertientes de cemento y hasta verdaderas cataratas de desechos. Existen cerca de 75 vertientes industriales y cerca de 25 cloacales", precisaron, para luego adelantar que la mayoría de los efluentes industriales sobrepasan los parámetros "normales aproximados” de contaminantes que se pueden encontrar en el Paraná, con presencia de coliformes totales, bacterias cuya presencia en el agua indica contaminación microbiana reciente, sin informar de su origen y una deficiente calidad del agua. 

También hallaron rastros de coliformes fecales, familia de coliformes que están presentes específicamente en el intestino y por lo tanto pasan a las heces de humanos y animales. Y escherichia coli, bacteria de origen fecal que pertenece al grupo de las bacterias coliformes fecales. Es un indicador específico de contaminación fecal en el agua, responsable de gastroenteritis. La especie de bacteria coliforme es el mejor indicador de la contaminación fecal y de la posible presencia de patógenos.

Según el informe, en niveles normales el Paraná tiene cada 100 ml de agua: coliformes totales (de 3 mil a 4 mil), coliformes fecales (entre 200 y 350), escherichia coli (entre 200 y 350) . En un resumen de los resultados de las muestras tomadas en algunas de las empresas de la región, Cargill, Dreyfus Lagos, Cofco, Renova, Fábrica Militar y Yeruba, se encontraron entre 23 y 48 mil coliformes totales.

"Si bien los resultados son preliminares, y estamos en proceso de avanzar con la detección de sustancias más complejas de detectar y analizar, es concluyente el daño que estos residuos sin tratar (o mal tratados) hacen al medio ambiente y a la salud humana. Muchos de estos caños y desagües se encuentran cerca de las tomas de agua de las ciudades de la región, pero también donde miles de santafesinos y santafesinas pescan, se bañan o utilizan el río para esparcimiento", señala el informe que fue presentado el pasado miércoles en el auditorio de Empleados de Comercio, donde se difundió el documental "Los 100 caños, enemigos ocultos del Paraná"

En sus conclusiones, destacan que el Instituto Nacional del Agua estima que entre finales de octubre y noviembre el Paraná podría llegar a su nivel más bajo desde que comenzó la sequía. "Si la bajante se mantiene por largos períodos, como se prevee, no solo habrá un problema de cantidad de agua, sino también de calidad. Al estar las aguas tan bajas, la concentración de contaminantes y la probabilidad de bacterias es mayor", advirtieron.