Salta cuenta en su historia con varias voces prodigiosas y la de Juan Fuentes es una de ellas. Así, y tras el cierre de un ciclo en buenos términos, con Los Huayra, el artista desplegará un puñado de nuevas canciones en el escenario del Teatro Provincial.
Antes de reunirse con el público, hoy a las 21 en Zuviría 70, dialogó con Salta/12 y afirmó que hoy disfruta de vivir el mientras tanto y que el silencio es la parte que más le gusta de la música.
-¿Cómo transitás este nuevo inicio de tu carrera, esta vez como solista?
-Hay como una ensalada de sensaciones. Por un lado, la incertidumbre de imaginarme todo lo que puede llegar a pasar con estas canciones, con este disco… hasta dónde puede llegar. La ilusión, que sigue intacta. Yo creo que desde que tenía 14 años, tengo la misma ilusión hoy: cada vez que escucho la canción por la radio, cada vez que veo un cartel en la calle. Siento que volvía a esas cosas, a comentar una nota del diario, a fijarme cuántas veces se reprodujo tal cosa. Me parece que eso es muy lindo y muy inocente, y lo estoy disfrutando. Me agarró en una etapa en la que disfruto el mientras tanto, entonces siento que ya es muchísimo eso. Vengo disfrutando de todos los procesos del disco, desde la primera llamada que tuvimos con Andrés Giménez hasta cuando vi los carteles.
-Señalás la importancia de vivir el momento y en el disco aparece el tema de la finitud. En ese sentido ¿de que forma te vinculás con tu rol de compositor, que también es novedad?
-Uno de los descubrimientos pandémicos que tuve es el hecho de empezar a hacer mis propias canciones. Por supuesto, de la mano de Juan Blas Caballero, de Andrés Giménez que, con tanta generosidad, me acompañaron en alguna de las canciones, pero fue un descubrimiento porque yo siempre fui solamente intérprete y disfruté mucho toda la vida de serlo. Ahora ocurrió esto: empezaron a surgir las canciones y al proceso también lo viví como venía diciendo, disfrutándolo descubriendo cosas, porque es como juego, como cuando un chico va descubriendo cosas y va jugando cada vez más y de una manera más sofisticada. A la vez, también vas disfrutando más de lo que va pasando. Entonces, desde el comienzo del armado de este disco, ya desde el comienzo de ser solista empecé a disfrutar del mientras tanto porque yo creo que el éxito está ahí, en ir disfrutando de la vida mientras va pasando porque quizás por poner metas y por fijarse solamente en eso uno muchas veces no disfruta el mientras tanto.
-¿El disfrute es una meta en sí?
-Me puse como meta, como estilo de vida tratar de que el éxito no sea solamente mucha gente aplaudiendo, muchas reproducciones o muchos seguidores. Para mí, el norte del éxito va un poquito más allá, que es tratar de disfrutar lo que me va pasando. Me pasaron un montón de cosas importantes. Ayuda a que se haga mucho más llevadero todo esto.
-¿Cuando cerraron el ciclo con Los Huayra atravesaste un replanteo musical, pero además personal?
-Me ocurrió, pero hace mucho tiempo. Hace como seis años que les vengo diciendo a los chicos que quería hacer mi carrera solista. Y, por supuesto, ellos lo tomaban muy bien, y el momento me parece que fue justo porque también creo que estoy en la edad de empezar este proyecto, por las ganas que tengo.
No sabía que este proyecto iba a estar lleno de descubrimientos. Lo que sí sabía era que iba a tener que pedir mucha ayuda a gente idónea en muchísimas de las cosas que yo no sé, porque soy un porcentaje muy chico solamente de todo esto que es subir y cantar, pero para poder subir y cantar me tiene que ayudar mucha gente que sabe mucho y que es muy generosa y me acompaña.
Entonces, en ese caso yo ya tenía medio todo pensado e ideado cuando les dije a Los Huayra de empezar mi carrera solista. Eso estaba hablando de hace muchos años, no fue un viraje, así de repente. Estaba todo pensado, tenía un equipo de gente que creía que me podía ayudar y con la pandemia se terminó de armar todo.
-Es decir que la pandemia en lugar de paralizarte te impulsó…
-Sí, y de una manera meteórica. Cuando empezó la pandemia solo estaba lleno de dudas y de preguntas. Y durante la pandemia apareció la compañía, la oficina, pero antes de eso apareció Andrés Giménez a decirme que me había escuchado cantar y si quería hacer un disco. La verdad es que de la mano de él salimos para adelante y fuimos sacando todas las canciones y haciendo todo esto.
-Ayer tocaste en Jujuy, esta noche actuarás en el Teatro Provincial ¿cómo imaginás el reencuentro con el público del lugar donde naciste?
-Estoy desesperado ya por cantar en el escenario. El show lleva un poco del comienzo mío como solista, canciones hermosas como Fiel a tu corazón o Déjame que sueñe y las canciones con las que recién comencé. Por supuesto, las del disco, no todas. También de Los Huayra. Cada vez que subo a un escenario la gente me exige que cante canciones de Los Huayra, a mí me encanta cantarlas también. Hay un poquito de todo y se armó un show muy lindo y completo, con todo lo que yo quiero mostrar. Va por todas las etapas de mi vida como cantante.
En Jujuy es impresionante cómo me reciben. Y en Salta es mi lugar, están mi familia, mis amigos y mi gente. Siento que tengo incondicional de todas esas personas que también estaba cuando tocamos con Los Huayra. Por supuesto uno sigue haciendo música y más allá de la nostalgia que puede llegar a haber, la gente sigue en el apoyo incondicional, yo lo siento todos los días. Y la banda que se armó ahora es preciosa, en la que los chicos me acompañan con la misma humildad, genialidad y generosidad. Me acompañan y me ayudan y me hacen sentir una espalda enorme y fuerte para encarar todos los escenarios.
-Apostaste al cambio…
-Los cambios son para la gente que se anima a cambiar. Los cambios siempre son para mejorar. Nadie cambia para que le vaya peor. Puede haber gente que desacredite tu cambio, pero uno siempre cambia para mejorar. En este caso yo cambié con la intención de mejorar y hoy en día, que se abren todas las cortinas, puedo ver que es todo maravilloso, espectacular, que estoy disfrutando del día a día, que era lo que yo necesitaba desde hace muchos años.
-¿Es complejo hacer canciones en una provincia de grandes autores, como el Cuchi Leguizamón o Eduardo Falú?
-Yo me animo a componer para compartir, no para competir. Entonces creo que el disco es casi como una autobiografía porque se ven todos los ritmos que me gustan, la forma de vivir y de cantar que tengo yo. Es bastante folklórico, lleva un poquito de mucha otra información que me llegó de la música como el pop y otras pero siempre sobre ese eje. Era en realidad lo que yo venía buscando desde toda mi vida: poder presentar un primer disco que realmente sea mi carta de presentación, con el que me sienta identificado cada vez que escucho una de las canciones, sea cual sea.
-¿De qué manera trabajaste sobre esa variedad de estilos?
-Las zambas parecen zambas viejas, la chacarera parece una chacarera chaqueña, La chaya parece una chaya medio rockera. Todo eso me pinta a mí de punta a punta. Esa era la sensación que yo quería mostrar cuando soñaba con un primer disco.
Las letras también son importantísimas, por ejemplo, la de la canción “Es con mi voz” cuenta de dónde vengo, cómo comencé cantando: me inicié como mariachi de mesa en mesa en La Casona con Los Pregoneros y después desplegar las alas con los vientos. Los vientos son Los Huayra. Y ahí levanté vuelo y hoy en día me vuelvo a encontrar con la gente de una manera diferente. He recorrido el mundo y lugares de todo este país, y todo con mi voz. Siento que cada vez que respiro traigo el aire adentro mío y cuándo vuelve a través de mi voz siento que pasan un montón de cosas y que puedo contar todo lo que me pasa.
Por eso se llama así el disco, porque con las limitaciones y los logros que pueda llegar a tener, toda mi vida fue con mi voz.
-Hablás de tu voz, pero no es la única que suena en el disco. En “Alcanzar mi verdad” cantás a dúo con León Gieco...
-Este es un disco pandemial. Y el dueto con León fue muy especial porque tuvimos un montón de charlas, porque él también participó en la composición. Gracias a Andrés Giménez, que es como un hijo de León. En ese momento, grabé también sus partes para mandárselas como guía. Creía que me iba a devolver solamente la canción cantada, pero cuando llegó había puesto una armónica que parece una locura y un verso que escribió que pinta de punta a punta todo lo que me pasaba. Entonces León parece un brujo, un mentalista, como si se hubiera metido adentro mío y me hubiera sacado toda la información para ponerla en esa canción.
Es una sensación de logro total, porque siento que León es uno de los pocos que quedan que son un ícono de las dos músicas, del rock y del folklore.
-En el tema “Cuando estamos lejos” hay un verso que dice “el silencio nos habla cuando sobran las palabras”. ¿Cómo te relacionás con la ausencia de sonido?
-El silencio es la parte que más me gusta de la música. El momento del silencio es cuando uno piensa y se imagina todo lo que musicalmente fue creando. En un arreglo musical, cuando hay un silencio ahí uno conecta todo: cosas de la infancia, tristezas, alegrías. Siento que el silencio es la parte más importante de la música y de un show. También puede ser la parte más importante de una charla.
Me vínculo todo el tiempo con cosas que son sumamente importantes para mí como el silencio y el tiempo. Están en varias de las canciones donde yo también escribo. Siento que ambas cosas son inmanejables. Podría estar desarrollando lo que siento del silencio y del tiempo hasta el sábado que viene. Los explico y trato de descifrarlos en varias de las canciones.
-¿A dónde crees que te llevará tu música, este disco autobiográfico, en el futuro?
-Imagino que el desarrollo y la continuidad de todo esto va a ir creciendo. Siento que puedo ir creciendo también como artista y como autor, en un montón de aristas porque es el primer disco que hago y son mis primeras experiencias como escritor y como artista. Ojalá que pueda seguir disfrutando del mientras tanto como ahora. Ojalá también pueda subirme a la mayor cantidad de escenarios posibles, porque es la única manera en que puedo mostrar todo esto.
Siento que son unos primeros escalones un poquito pesados, porque la verdad, con todo lo de la pandemia fue bastante cuesta arriba, ojalá que nunca llegue a una meseta. Ojalá que toda la vida sea así por más pesado que sea.