La deforestación de la Amazonía de Brasil alcanzó niveles sin precedentes en octubre con la pérdida de 877 km2 de cobertura forestal. Los datos publicados por el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales (INPE) ponen bajo la lupa los ambiciosos compromisos anunciados por el gobierno de Jair Bolsonaro durante la cumbre climática de la ONU en Glasgow.
Contradicciones
Hace unos días el gobierno de Brasil se comprometía a eliminar la deforestación ilegal en el territorio para 2028, adelantando dos años la meta climática. El gigante sudamericano alberga un 60 por ciento de la selva amazónica. Sólo en octubre de 2021 el país perdió 877 kilómetros cuadrados, un 5 por ciento más de lo que se deforestó ese mismo mes en 2020 cuando se perdieron 836 kilómetros cuadrados de vegetación nativa.
En lo que va del año las actividades ilegales de minería y ganadería llevaron a la deforestación de unos 7.880 km2, un número similar al que se registró en 2020 con la pérdida de 7.890 km2 de zona boscosa. Según los datos del INPE, el estado de Pará fue el de mayor deforestación en octubre, con 501 kilómetros cuadrados, seguido por Amazonas con 116, Mato Grosso con 105 y Rondonia con 100.
Para las organizaciones defensoras del medio ambiente el último reporte del INPE contradice el discurso de los funcionarios de Bolsonaro en la COP26 que aseguraron que las tasas de deforestación vienen en caída por la intensificación de las acciones de control y vigilancia para frenar la devastación de la Amazonía. "Las emisiones ocurren en el suelo del bosque, no en las plenarias de Glasgow ", dijo Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, una red que reúne a más de 70 organizaciones ecologistas.
Una política antiambientalista
A su vez, desde la ONG Greenpeace indicaron que los anuncios del gobierno brasileño en Glasgow no modifican la realidad que se vive en el territorio donde los incendios sin control y la violencia contra pueblos indígenas va en aumento.
"Mientras el Gobierno federal intenta vender a Brasil como potencia verde en la COP26, la deforestación en octubre rompió otro récord y ha sido impulsada por la política antiambientalista del presidente y del ministerio de Medio Ambiente, con el apoyo de parte del Congreso nacional", señaló Rómulo Batista, portavoz de la campaña Amazonía de Greenpeace. Según consigna el matutino Folha de Sao Paulo, cuando se le consultó al ministro por el aumento de la deforestación de la Amazonía, Leite no respondió, “según sus colaboradores porque estaba involucrado en las negociaciones financieras del mercado de carbono”.
Además, organizaciones indígenas repudiaron el discurso de la Leite en la COP26. Treinta organizaciones firmaron un comunicado en el que rechazan las declaraciones del ministro de Medio Ambiente por ser "alejado de la realidad" y "distorsionado". En uno de los pasajes de su discurso, Leite dijo "reconocer también que donde hay mucho bosque hay también mucha pobreza".
En el comunicado las organizaciones señalaron que "tal afirmación es diametralmente opuesta al propio concepto de sostenibilidad, como si una supuesta solución a la grave crisis ambiental que azota al país fuera, en realidad, la profundización de un proceso ya acelerado de deforestación y desmantelamiento de la gobernanza ambiental de Brasil".
A su vez, reprocharon que el gobierno no acredito a ningún integrante del movimiento indígena. En cambio, la delegación gubernamental que estuvo compuesta por militares, agroindustriales y otros actores de la industria, lo que "revela las verdaderas intenciones del gobierno en la COP".
Gobernar y deforestar
Desde el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM) remarcan la falta de control sobre la tala ilegal del bosque puede perjudicar los compromisos realizados en la cumbre climática. “En las dos últimas semanas hemos visto al gobierno brasileño decir en la COP26 que tiene la deforestación bajo control”, afirmó Ane Alencar, la directora de ciencia del IPAM citada por Folha. “El verdadero Brasil es el que muestran los satélites”, añadió.
“El hecho de que la deforestación haya aumentado incluso con más lluvias de las previstas demuestra que las actuales acciones del gobierno federal no están funcionando”, aseguró Alencar.
Desde la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil en 2019 los índices de deforestación llegaron a níveles inéditos en la última década. Ese mismo año fueron talados más de 10.100 kilómetros cuadrados de árboles nativos de la Amazonía. La cifra llegó a 10.900 kilómetros cuadrados en 2020.
El ultraderechista defiende la explotación de recursos naturales en la región boscosa, incluso en los territorios resguardados por pueblos indígenas. Además flexibilizó el control de actividades como las mineras y madereras, éstas últimas en general se realizan de forma ilegal en la Amazonía.