Valentina Kogan y Felipe Del Mestre comparten algo más que la vida dedicada al deporte, ambos fueron diagnosticados con diabetes a la edad de nueve y 13 años. Los síntomas fueron los mismos: pérdida de peso y deshidratación. Eso llevó a que quedaran internados para regularizar los valores de la glucemia y desde entonces, todo cambió.

“Fue un verano en el que me sentía raro, estaba descompensado, con vómitos, tenía mucha sed. Estaba de vacaciones con mi familia y siempre le pedía plata a mi viejo para tomar algo, él pensaba que era para un licuado, una coca, pero me tomaba botellas de 2 litros de agua”, afirmó el wing de Los Pumas Seven.

Del Mestre aseguró que tendía a ser más grande en lo físico que sus compañeros y de repente pasó a ser el más chico a causa de esta enfermedad: “Hasta mi rol en el equipo se había modificado”.

-¿Te afectó la autoestima este cambio?

-Creo que no porque siempre tuve una cualidad de adaptarme bastante, entender qué es lo que pasa y aceptarlo como sea. Me modificó mucho la manera de tomarme las cosas y aceptar el rol que me toca. Siempre la peleé de atrás, entonces cuando empecé a jugar mejor y a tomar un rol más protagónico en el club, fue algo sorpresivo. También me sirvió en el juego porque me puedo adaptar a diferentes roles y porque puedo aprender distintas maneras, me sirvió como un método de supervivencia.

Del Mestre contó que su familia fue el pilar fundamental para tomarse la patología como algo natural. Tal es así que muchas personas que lo conocen no saben que tiene diabetes: “Yo no contaba mucho pero la medalla me dio la palabra para poder salir a hablar de esto, para demostrar que se puede. Hace cinco años soy jugador de alto rendimiento, y sí es verdad que tenés un extra porque hay que medirse y estar atento a los niveles de azúcar antes de entrenar y de jugar, pero también te organiza y te predispone. Tenés que llevar el medidor, tener la insulina a donde va y tener algo dulce para comer por el tema de la hipoglucemia. No es fácil, pero hay que encontrar la mejor manera para cada uno”.

-¿Nunca te frustraste con la enfermedad?

-Y la verdad que nunca lo entendí así. Con 13 años me puse a laburar con lo que me tocaba. Es difícil controlarse pero los hábitos del día a día te van forjando la voluntad. También podés elegir en qué momento comer algo que te guste mucho. Creo que eso me hizo ser un deportista muy disciplinado. Obviamente no es lo mismo que no tener nada, pero mi familia me lo hizo muy fácil para que lo tome así.

El camino a Tokio

Felipe Del Mestre estuvo muy cerca de quedar fuera del plantel que viajó a los Juegos Olímpicos. ¿Por qué? Estuvo casi un año entrenándose solo en Mar del Plata ya que por considerarlo población de riesgo por el coronavirus, los médicos de la Unión Argentina de Rugby no podían dejarlo volver a los entrenamientos.

“Nunca me había sentido diferente por tener diabetes, esta fue la primera vez que me sentí así. Me dejaron volver cinco meses antes de Tokio y tuve que empezar de nuevo para ganarme el lugar. Me vieron muy bien en la gira a Dubai en abril y cortando clavos me metí en el equipo. Viajaban 14 y jugaban 13 y en el plantel éramos entre 20 y 25. Quería irme con la sensación de que había dejado todo para estar ahí”, afirmó el wing que ganó la medalla de bronce con Los Pumas Seven en julio pasado.



Valentina Kogan, quien viajó a Tokio como integrante de la Comisión de Atletas, también contó cómo fue su experiencia para adaptarse a esta enfermedad: “En el momento lo viví traumáticamente, porqué me pasa a mí, porqué me pasa esto. Recuerdo el aprender a inyectarme con una aguja con la que practicábamos con una naranja porque decían que la piel del cítrico era parecida a la piel humana”.

Su historia en el handball comenzó de manera repentina. “Me federé a los 18 años en la Sociedad Alemana de Gimnasia de Los Polvorines y en dos meses me citaron para la Selección juvenil argentina. Que haya sido así me ayudó a no tener idea de donde estaba”, confesó la directora ejecutiva del Club de Corredores.

-¿Cómo te manejaste con el tema de la diabetes en la Selección?

-Al principio no lo dije ni a mis compañeras ni a los entrenadores. Pasé por un debate interno, una presión que nunca había tenido, pensé que me podían dejar afuera de una lista por eso. Hice los primeros pasos con esa disyuntiva, ese miedo que después pude vencer, eran mis propios prejuicios de que eso me iba a jugar en contra.

-¿Cómo fue contarlo?

-Me acuerdo de que las chicas todo el tiempo me preguntaban, estaban atentas y el entrenador me decía que le diga lo que necesitaba. Y lo que hasta hoy me molesta es que te digan qué podes hacer y qué no, que quieran tener más precaución de la que yo tengo.

Valentina Kogan en pleno festejo.

-¿Cómo influyó la diabetes en tu personalidad?

-La diabetes me construyó. Me dio el auto conocimiento, la seguridad personal y el aprender muchísimas cosas desde una edad temprana que me dieron un grado de madurez muy importante. Me permitió tomar elecciones sobre mi estilo de vida, el deporte y la alimentación. De alguna forma me ayudó a superarme, me sacó el miedo y aprendí a no escuchar los comentarios externos.

En 2011 la ex arquera del Seleccionado Nacional de handball creó Team D junto a su pareja Carolina Rieger. Team D nació como un grupo de entrenamiento para personas con diabetes que luego se transformó en una asociación civil para ayudar al tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles orientado a personas con diabetes, en la que el deporte es el pilar principal junto con la alimentación y la medicación.

En 2019 Kogan presentó un proyecto a un programa del Comité Olímpico Internacional y fue seleccionada para recibir una beca para desarrollar una aplicación que ayuda a que personas con esta patología comiencen a realizar actividad física. La app Team D saldrá en las próximas semanas. “Va a ser una solución para romper con barreras e impedimentos que alejan a personas con diabetes de la actividad deportiva. Son herramientas tecnológicas para que la gente pueda hacerla sin miedo. La aplicación consiste en seguimiento de mediciones, registro antes y después del ejercicio y también tendrá una comunidad por si te vas de viaje y necesitás contactarte por ejemplo para intercambio de medicamentos”, afirmó la olímpica en Río 2016.


 ¿Cómo funcionará la App Team D? (Prensa @Somos.teamd)

Los usuarios deben registrarse y brindar algunos datos relevantes sobre su diabetes.

Pueden anotar a una persona de confianza para que se les notifique, con un mensaje y geolocalización, cada vez que inicien y terminen su entrenamiento. Esto último, con el objetivo de que hagan ejercicio sintiéndose más seguros y sin preocupaciones.

Previo al ejercicio, el usuario apuntará su ingesta de hidratos de carbono, así como la cantidad de insulina aplicada. A pesar de haber iniciado el entrenamiento, se podrá pausar el reloj en caso de necesitar medirse o bien, comer algo; mismo que también se puede anotar en este receso.

Después de haber finalizado, observará una curva con la información registrada antes, durante y después de la sesión, datos a los que podrá acceder fácilmente.

Toda la información se puede descargar para compartir con el médico, entrenador y/o nutricionista, y juntos ver posibles cambios en el tratamiento de la diabetes.

Además, se puede recurrir a filtros para descargar las sesiones según la información que más le interese al usuario: tipo de actividad, periodo de tiempo, hipoglucemias o hiperglucemias. Con cada una de estas funciones, lo que TeamD busca es ayudar a que la persona con diabetes conozca y comprenda cómo se comporta su glucemia según la actividad física que realice.