Se eligen hoy la mitad de los diputados nacionales y un tercio de los senadores mediante sendas votaciones en las 24 provincias. El escenario está connotado por el rotundo veredicto de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Si se repitiera a grandes trazos sería un duro revés para el oficialismo nacional. Están en riesgo su quórum propio en la Cámara Alta y la condición de primera minoría en Diputados.
El Frente de Todos (FdT) brega por achicar diferencias o empardar, objetivos difíciles porque el horizonte más factible es un score parecido al de dos meses atrás. Para que varíe será esencial que aumente la concurrencia de votantes respecto de las PASO (67,5 por ciento). Condición acaso imprescindible pero no suficiente; también haría falta que que los “nuevos” electores provinieran del conjunto más notorio de ausentes: adherentes potenciales al Gobierno que no participaron por apatía, desencanto u otros motivos. Con un presentismo ampliado a niveles históricos, onda 10 puntos más, el FdT podrá imaginar un repunte. A menos variación, disminuyen las chances.
Juntos por el Cambio (JpC) logró el 41,5 por ciento de los votos emitidos en la suma nacional, cantidad que sorprendió hasta a su cúpula. El FdT quedó 10 puntos atrás. La polarización absorbió tres cuartos de los votos válidos emitidos, una marca inédita en comicios legislativos durante este siglo.
En otro nivel, debajo de los dos dígitos, otras fuerzas opositoras salieron airosas. El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) quedó con expectativas de sumar cuatro diputados, frente a dos que cumplen su mandato en diciembre. Es la tercera fuerza nacional, a distancia considerable de las coaliciones dominantes.
Los derechistas sin cosmética Javier Milei y José Luis Espert incidieron en la agenda de campaña y sostienen expectativas de entrar diputados por la Ciudad Autónoma (CABA) y Buenos Aires, respectivamente. Su visibilidad e influjo es, de momento, superior a los votos que acumulan si se mira todo el mapa nacional. La derecha no cuenta con paladines taquilleros fuera de la Zona Metropolitana. La Fuerza Republicana en Tucumán aguanta esos trapos pero hoy no llegará a dos dígitos ni luce viable que consiga un diputado.
De todos modos, los cambiemitas, la principal expresión nacional de la izquierda y dos referentes de la derecha explícita disfrutaron de estas Primarias, propicias para variantes opositoras.
En esta nota, “la previa”, se ahorran cifras para no embarullar la lectura. Están notablemente sistematizadas en el mapa interactivo preparado por Andy Tow accesible en la Web de Página/12.
**
El mensaje y las respuestas: El oficialismo fue batido en la mayoría de las provincias, abarcando varias que gobierna: Buenos Aires y Santa Fe, las más pobladas. No se impuso en ninguna “de visitante”. En espejo, la performance de JpC.
Solo dos partidos provinciales quedaron punteros en sus distritos, los que gobiernan Neuquén y Río Negro.
El presidente Alberto Fernández habló en la dura noche de las PASO. Expresó que había entendido el mensaje crítico de las urnas.
Tras una semana internista y traumática, se renovó el Gabinete nacional, una referencia para mediano plazo… no para el imaginario de los votantes de a pie. El oficialismo cerró filas luego de los primeros días de reproches y operaciones.
Se sucedieron medidas económicas pensadas para mejorar la condición de los estratos medios y bajos de la pirámide social.
Las campañas reperfilaron un poco, nunca son lo esencial para cualquier Gobierno que es juzgado por sus desempeños concretos más que discursos, actos o spots.
La economía repuntó en general. La vida cotidiana fue recobrando normalidad como consecuencia del avance de la vacunación. El crecimiento de la industria y de sectores productivos muy perjudicados por la pandemia es tan sensible cuan heterogéneo. Vuelven las actividades culturales, las deportivas, el turismo, se anticipa una buena temporada veraniega. La inflación no mermó.
En horas se develará si esas variables modifican el estado de ánimo colectivo expresado en las PASO. Militantes y dirigentes del oficialismo reconocieron cierta pasividad para “trabajar” el voto propio en septiembre. Se movieron para buscar a los ausentes, el dispositivo para asegurar traslados a los lugares de votación se reforzará. Cada provincia es un mundo, imposible diseñar un cuadro genérico… ni qué decir profetizarlo.
A título de opinión: recobrar apoyos masivos, cientos de miles en Buenos Aires, depende más de haberse acercado, escuchado, persuadido que de la cantidad de remises que se muevan este domingo.
El votante ganador, acá y en el mundo, en general persevera. El resultadismo vive en la micropolítica.
La duda es qué pasa con quienes no acompañaron a JxC en las PASO y avalaron a AF en 2019. ¿Les impresionará el retorno sin autocrítica ni muchos velos? ¿Los motivará a implicarse? Enigmas para esta jornada y los meses por venir. Los cánticos en los distendidos actos cambiemitas son reveladores. Los de PRO vaticinan su triunfo en 2023 pero no entonan el clásico “volveremo’ a ser gobierno/ como…”. La rima con “2015” se complica pero la dificultad es otra; no tienen nada que mostrar en materia económica, social, laboral… por no hablar de la deuda externa. Los radicales sí evocan “como en el 83”, remembranza remota que deja de lado las experiencias de Fernando de la Rúa y Mauricio Macri.
**
Las campañas de la derecha: Queda dicho que hay 24 campañas aunque roben cámara la CABA y Buenos Aires. En parte por gravitación real (se renuevan 48 diputados sobre el total de 127) en parte por unitarismo mediático. La Casa Rosada arma otra campaña que fue bastante desafortunada en promedio, de ahí que “los territorios” peronistas intentaran recobrar territorialidad, con lógica federal.
Los candidatos cambiemitas van por más, haciendo gala de unidad tras las internas. Con guarismos amigables, es relativamente sencillo.
Los medios concentrados se aceleraron más que los dirigentes políticos. Coparon parte de la campaña, potenciando temas dolorosos, preocupantes para la gente común como la inseguridad. Haciendo bandera del espantoso asesinato del quiosquero Roberto Sabo en Ramos Mejía. O inventando una ofensiva mapuche en la Patagonia. Un repertorio de derecha sin fisuras con buena acogida en sectores amplios de opinión pública.
El establishment económico comenzó una ofensiva furibunda en septiembre, por lo pronto remarcó precios de modo impiadoso. En yunta con legisladores radicales sinceró proyectos futuros, como la flexibilización laboral, derogando la indemnización por despido. Una movida extraña, apresurada, que en otro contexto podría resultar búmeran. El descontento con el Gobierno, piensan los cambiemitas, da plafón al desparpajo clasista.
Confiéselo o no, el retorno de Mauricio Macri es mala nueva para la oposición. Piantavotos el expresidente, por algo el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta lo desplazó de las listas y de su armado. “Mauricio” desfila por tribunales, emite barbaridades respecto de la deuda, no insinúa un miligramo de autocrítica. El peso de tanto protagonismo en el resultado se ignora, remachamos por si hace falta. Pero el revival será relevante para más adelante.
**
El tamaño y el Congreso importan: Dirigentes de JxC se animaron a prometer que irán por la presidencia de la Cámara de Diputados si consiguen la primera minoría. Praxis desaconsejable con contados y malos precedentes que no arredran a los cambiemitas.
Admiten que perderán bancas en la CABA más allá de su segura victoria. Pero calculan que sumarán una a las cinco que ya tienen en Córdoba, un territorio fiel. El gobernador Juan Schiaretti redobla esfuerzos para reducir la ventaja de JxC. El FdT queda afuera en ese distrito, antes y ahora,
Veinticuatro territorios con cantidades variadas de diputados complican los vaticinios, siempre desaconsejables en la previa.
El Senado ofrece un cuadro de situación más simple en apariencia. El FdT perderá en las tres provincias de otro signo partidario: Córdoba. Corrientes y Mendoza. En Santa Fe quedó muy lejos como para imaginar dar vuelta en resultado. En paralelo, es favorito en Catamarca, La Rioja y Tucumán. Para conservar el quórum propio necesita ganar en La Pampa y Chubut, en ambas llegó segundo en las PASO.
En Chubut podría haber tentado una maniobra común: convencer al gobernador Mariano Arcioni, peronista díscolo, para que retirara sus candidatos, que quedaron terceros. Y congregar esos votos justicialistas en origen. La operación no se concretó.
El peronismo pampeano es fuerte, domina la provincia desde siempre. Dar vuelta el resultado de las PASO daba la impresión de ser accesible, buscando a los votantes fieles que desertaron. La dimensión provincial, incomparable con la bonaerense, podía facilitar la táctica. El PJ pampeano lo procuró pero --a diferencia del nacional, el bonaerense o el tucumano— no concretó unidad en la acción. Las divergencias entre el gobernador Sergio Ziliotto y su predecesor, el gran referente provincial Carlos Verna, impidieron una tarea conjunta. Habrá que ver si, aún así, el esfuerzo del oficialismo local concreta la proeza de recobrar la mayoría,
**
Apuntes para ir pispeando: Se votará entre las 8 y las 18. A las 21 podrían conocerse tendencias. Están inscriptas para ejercer su derecho-deber 34.385.460 personas. En las PASO participaron 22.765.590.
En Santiago del Estero y solo ahí se renueva el Ejecutivo local. El gobernador Gerardo Zamora tiene todas las fichas para ganar, con más de la mitad de los votos y con altas posibilidades de quedarse con las tres bancas de diputados en disputa.
A nivel general, se repite, la coalición opositora es favorita para prevalecer en la suma de votos y mejorar posiciones en las dos Cámaras. Los datos certeros, la composición del futuro Congreso, se conocerán cuando se escrute el último voto, como siempre.
Militantes y protagonistas de los principales competidores, consultados informalmente, concuerdan en prever un escenario general “parecido a las PASO”. También en añadir que ven posible que el FdT acorte distancia en Buenos Aires. La nota de Raúl Kollmann en esta misma edición recopila voces de especialistas analizando el punto.
Sea cual fuere el resultado mañana habrá presión de “los mercados” para devaluar el peso y al Gobierno. Proponer ministros de Economía. Y varios etcéteras que están por venir.
En sentido inverso, el miércoles 17 la CGT y organizaciones sociales se movilizarán para defender sus conquistas y derechos. Hacen bien en levantar la guardia. La agenda de estos meses viró a derecha en consonancia con el clima político. Jaque a derechos laborales, racismo anti pueblos originarios. Punitivismo rústico, sin ideas nuevas, a puro slogan. Hasta la pena de muerte resurge como ítem. Referencias para sopesar el futuro y retomar posiciones el famoso 15 de noviembre.
Ojalá hoy se repita una jornada cívica ejemplar, sin denuncias serias, con alta participación. El sufragio universal obligatorio es uno de los pilares del sistema democrático, cuya persistencia debe celebrarse.
Las lecturas sobre el veredicto popular, el que cuenta y vale, se dejan para el inminente diario del lunes.