Qué va a pasar con el dólar, la inflación, el acuerdo con el FMI y cuáles serán los principales desafíos económicos post elecciones fueron los principales frentes que analistas económicos consultados por PáginaI12 coincidieron que ocuparán gran parte de la agenda pública a partir del día después de las elecciones.
A horas de conocer el resultado de las elecciones de medio término, el Gobierno comienza a pensar en el día después. En este planteo el rumbo económico toma un lugar protagónico.
Fantasma verde
Los analistas consultados coinciden en que el manejo del mercado de cambios debe ser prioridad para el día después de las elecciones. "Con
los dólares que pudo acumular el Banco Central este año gracias al superávit comercial, pudo controlar el tipo
de cambio oficial y sobre todo la brecha cambiaria. Si bien todavía
tiene margen para seguir haciéndolo, cualquiera sabe que una devaluación del 1 por ciento mensual con inflación del 3 por ciento mensual no se
puede sostener indefinidamente así que algo necesariamente tiene que cambiar", explica Nicolás Pertierra, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO).
"El tipo de cambio se encuentra perdiendo competitividad constantemente, se rezaga respecto al resto de los precios de la economía y eso le quita competitividad a nuestras exportaciones", agrega Joaquín Waldman, economista investigador del Centro de Estudio de Estado y Sociedad (Cedes).
"Puede tener cierta calma poselectoral ya que el evento mismo de las elecciones genera un clima de mucha presión, y una mayor demanda de dólares en un escenario de menor oferta por parte del sector agropecuario. De cualquier manera es posible que el Gobierno se decida acelerar un poco el ritmo de devaluación mensual, sin la necesidad de una abrupta, algo que sería negativo para la inflación y la situación social", asegura Florencia Gutierrez, analista económica del Centro de Economía Política (CEPA).
Nadia Schuffer, economista investigadora del Centro Cultural de la Cooperación (CCC), descarta la opción de una fuerte devaluación: "El calentamiento del dólar ilegal antes de las elecciones es un comportamiento habitual en este mercado, guiado por expectativas y especulación. El resultado de las elecciones marcará su tendencia a futuro. En cuanto al dólar oficial, el Gobierno no proyecta cambios en el esquema cambiario, es decir, no tiene en mente devaluar en forma brusca".
Sobre la depreciación gradual y controlada de la moneda, Pertierra alerta que es una herramienta muy delicada "por el impacto que puede tener en los precios con la dinámica y la inercia inflacionaria que hay. El margen de maniobra es bastante estrecho".
Precios
"De cómo manejen esa modificación del tipo de cambio actual va a depender qué pase con la inflación que viene", continúa Waldman: "Costó mucho controlar la inflación incluso con el tipo de cambio como ancla. La inercia inflacionaria, los cambios en los precios relativos y el ancla no se trasladaron a una baja sensible de la inflación. Ahora que ese esquema probablemente termine -por las buenas o por las malas-, impactará en los precios", concluye.
Sergio Chouza, economista investigador de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), resalta el impacto al corto plazo que tendrá el congelamiento de precios: "Se reflejará en el IPC de noviembre y diciembre. Es una situación que claramente no soluciona problemas estructurales, porque no se están atacando las causas base de la inflación que tienen que ver con desequilibrios macroeconómicos y con una puja distributiva que a la salida de la pandemia no se encuentra bien coordinada, pero es una medida indispensable para estos tiempos poselecciones".
Florencia Gutierrez y Nicolás Pertierra coinciden en ese diagnóstico, y abren un nuevo signo de pregunta una vez terminado el acuerdo en enero del 2022: "La incógnita es para el año que viene, si se va a seguir con el esquema de acuerdos sectoriales o se planteará un esquema más integral que involucre sectores como el textil, el de insumos difundidos, entre otros", indica Pertierra.
"Además del frente interno, complica el contexto internacional, donde muchos países evidencian la inflación más alta en décadas. Esto se debe a los cuellos de botella que trajo aparejada la reactivación pospandemia", completa Schuffer.
FMI
Estos analistas mencionaron que el acuerdo con el FMI debería firmarse antes de marzo del 2022. "La negociación con el organismo deberÍa acelerarse, los tiempos apremian y el 2022 viene cargado de vencimientos. Los puntos principales son los sobrecargos de intereses en préstamos de facilidades extendidas, los plazos de pago, la posibilidad de acceder a más DEG o canje de deuda por acción climática y lo más importante: la letra chica y las condiciones políticas-económicas que intenten imponer para cerrar el acuerdo", resume Schuffer.
"Las reservas que tiene hoy el Banco Central no son suficientes para hacer los pagos tal como están programados para el año que viene. En todo caso podrían pagar en diciembre y vencimientos menores en enero y febrero, pero ya en marzo la Argentina debería tener que dejar de pagar. Lo ideal sería llegar a un acuerdo antes de ese momento para tener un nuevo cronograma de pagos y no hacer un default abierto o postergar unilateralmente los vencimientos", explica Joaquín Waldman.
Florencia Gutierrez aporta otra mirada: "En caso de que el acuerdo se logre en marzo, se deben afrontar vencimientos con el organismo internacional por poco más de 1000 millones de dólares -731 millones en enero más 300 millones en febrero-. Ahora bien, teniendo en cuenta que en el primer trimestre del año el Banco Central está en posición compradora por mayor oferta de divisas del agro, se deberían poder afrontar los vencimientos de los primeros dos meses del año sin mayores complicaciones, aunque podría implicar los meses previos una fuerte salida de reservas por mayor especulación del sector financiero ante la falta de resolución".
Principales desafíos
"El FMI entra en un segundo orden en relación a los otros desafíos que tiene el Gobierno con la cuestión social, los ingresos -del sector informal en particular- y la inflación", reflexiona Pertierra, para concluir: "Hay que ocuparse de los últimos sectores rezagados de la pandemia, sobre todo el informal que no tuvo un buen desempeño de los ingresos. Los datos oficiales disponibles muestran que perdió 12 por ciento en términos de ingresos reales. Hay que apuntar en esa dirección".
Schuffer coincide en que, para pensar en un crecimiento sostenido, es crucial controlar el aumento de precios. Otro tema importante tiene que ver con tener "un horizonte claro en cuanto a la disponibilidad de dólares, necesarios para la importación de insumos y maquinaria para la industria, y por otro lado aumentar la capacidad exportadora".