El Banco Central subió la tasa de las Lebacs del 24,25 al 25,50 por ciento, un aumento de 1,25 puntos porcentuales. La entidad emitió nuevas letras por 448 mil millones de pesos y pudo renovar una gran parte de los vencimientos. La licitación de ayer fue una prueba de fuego para el organismo. Consiguió convencer al mercado de continuar apostando por el negocio de la tasa de interés en pesos y, por el momento, pone un freno a la dolarización de las inversiones financieras. La maniobra de la entidad de volver a subir el rendimiento de las Lebacs implica un nuevo impulso para el negocio de la bicicleta financiera y promociona el ingreso de capitales especulativos del exterior. La contracara es el avance del endeudamiento del Central con el mercado y una fuerte disminución de su patrimonio neto, el cual en los primeros cuatro meses de este año ya registró un retroceso del 58 por ciento.
La tasa de interés de las Lebacs se convirtió en una referencia para la mayoría de los inversores. Los grandes y los pequeños. Los locales y los extranjeros. La tasa ya venía en alza en el mercado secundario y el Central convalidó ayer esta suba en la suscripción primaria que realiza una vez al mes. Del vencimiento de 476 mil millones de pesos, el organismo renovó unos 448 mil millones, monto que representa la mitad de la base monetaria. La mayor parte de las nuevas letras que compró por el mercado vencen en 35 y 63 días, lo que implica que en los próximos dos meses el Central volverá a poner a prueba su capacidad para mantener el atractivo de los pesos.
El dólar planchado y tasas de interés en pesos 8,5 puntos por encima de la meta de inflación mantienen por ahora conforme al mercado apostando por el negocio de las Lebacs. Pero las distorsiones son cada vez mayores para el Central en la medida que crece la bicicleta financiera. Este diario accedió a la evolución de los activos y pasivos de la autoridad monetaria en las primeras 19 semanas del año. El patrimonio neto del organismo sumaba 8 mil millones de dólares el 7 de enero, monto que se redujo a 3 mil millones el 7 de mayo. Es decir, se redujo a menos de la mitad.
El desequilibrio del balance de la autoridad moentaria se explicó principalmente por la emisión de Lebacs. Las deudas del Central por la emisión de estas letras subió en el equivalente a 16 mil millones de dólares a partir de enero, es decir que el organismo se endeudó a un ritmo de 4 mil millones de dólares por mes este año. La entidad ya acumuló en 2017 nuevos pasivos en Lebacs por 3 puntos del PBI.
La suba de los activos del Central por el incremento de las reservas internacionales gracias a la llegada de dólares financieros no consiguió compensar el avance del pasivo y, por tanto, el patrimonio neto del organismo marcó una fuerte baja. Sturzenegger afirmó cuando asumió su gestión que recibía una autoridad monetaria quebrada. Pero los datos duros indican que el patrimonio del Central era de 14 mil millones de dólares a finales de 2015, cifra que bajo a 3 mil millones este mes.
La autoridad monetaria también muestra importantes contradicciones cuando pretende convencer a la población que en la Argentina no se privilegia la especulación ni existe un proceso de bicicleta financiera. El organismo hizo público a principio de mayo dos trabajos en los que intentó demostrar que los inversores de Lebacs no embolsaron ganancias extraordinarios en el último año y medio. “Desde la unificación cambiaria hubo momentos de ganancias y otros de pérdidas, en igual magnitud hacia un lado y hacia otro. No puede concluirse que el resultado del carry trade (vender dólares para comprar Lebacs y tras cobrar los intereses en pesos volver a comprar dólares) haya sido únicamente positivo”, planteó la entidad.
Los argumentos del Central resultan insólitos cuando se revisa el ingreso de dólares del exterior destinados a la especulación financiera con las Lebacs. En abril se registró una entrada record de 1262 millones de dólares por inversiones de portafolio, cifra que había sido de 222 millones de dólares en igual mes de 2016 y de 1 millón de dólares en 2015. Por cada dólar que ingresó al país el mes pasado para inversiones productivas llegaron otros 5 dólares para especular en el sistema financiero. Los gestores de fondos que operan en el mercado local comentan en sus reuniones con clientes premium que los inversores de afuera sienten un optimismo con la Argentina difícil de explicar y que no se condice con los resultados de las cuentas macroeconomías. La rentabilidad del 40 por ciento en dólares que ofrecieron las Lebacs el año pasado y el 10 por ciento que dieron en lo que va de 2017 es una explicación. Pero así como los capitales entran, puede salir, y ya no quedan regulaciones para limitar la fuga de corto plazo.