PáginaI12 En Gran Bretaña
Desde Londres
Jeremy Corbyn anunció una inversión fiscal de casi 50 mil millones de libras, la nacionalización de los trenes, el suministro de agua y el sistema energético, y la construcción de 100 mil hogares por año en la plataforma electoral laborista de cara a las elecciones del 8 de junio. El líder laborista viró el eje de la campaña del Brexit a la agenda doméstica con la propuesta de cambio más importante del Reino Unido desde que el Thatcherismo privatizó la industria y los servicios y abrió las puertas a la hegemonía del sector financiero en los 80.
El financiamiento del ambicioso programa laborista vendrá de una fuerte reforma impositiva que incluirá un aumento del Income Tax (impuesto a las ganancias en Argentina) de las corporaciones y de los ingresos personales que superen las 80 mil y las 123 mil libras anuales, el impuesto “Robin Hood” a la City y una lucha frontal contra la elusión y evasión fiscal.
Los 48,7 mil millones de Libras que el laborismo calcula que recaudará con estas medidas permitirán un fuerte incremento en la inversión en el Servicio Nacional de Salud, la educación, la eliminación de las matrículas universitarias y el fin al techo del 1% sobre la remuneración de los empleados estatales. “Gente de todas las edades están en dificultades para llegar a final de mes. Este es un manifiesto para todos ustedes. Para los padres que temen por el futuro de sus hijos y por el cuidado de sus propios padres, para los jóvenes que luchan por tener un trabajo seguro y que no pueden acceder a su propia vivienda, para los niños que crecieron en pobreza, para los estudiantes sobrecargados de deuda, para los trabajadores que hace años no tienen un aumento salarial real. La misión del laborismo en los próximos cinco años es cambiar todo esto”, dijo Corbyn en el lanzamiento de la plataforma política laborista en Bradford, norte del país.
El manifiesto fue tan preciso en el dinero que iba a destinar a cada sector (7,7 mil millones de libras en Salud y servicios sociales, 5 mil millones en guarderías infantiles) como en la manera de recaudarlo (6,4 mil millones de los ingresos más altos, 5,6 mil millones con el impuesto Robin Hood a la City). Entre las medidas que llevará adelante el laborismo de ser electo figura un plan de 20 puntos para el mercado laboral que incluye un incremento de los derechos laborales, la prohibición de los contratos de cero horas, una relación de 20-1 a la diferencia salarial interna de compañías que tengan contratos con el estado y un impuesto especial para las compañías que quieran pagar fortunas desorbitantes a sus CEO.
El gran interrogante es si a menos de cuatro semanas de las elecciones, esta plataforma política puede cambiar el curso de una elección que los sondeos vienen presentando como un hecho consumado con una victoria arrolladora de los conservadores. En las últimas dos semanas el líder laborista achicó la diferencia que lo separa de la primer ministro Theresa May de 16 a 14 puntos. Corbyn mostró su fe a que esta tendencia se profundice. “La opinión está cambiando a favor del laborismo. Y no es extraño. En los últimos siete años los británicos han sido gobernados por la élite, los ricos y los intereses creados. Para una minoría, no para las grandes mayorías”, dijo Corbyn.
No sorprende que sus rivales no coincidan con este optimismo. El gobierno señaló que los números laboristas no cierran y que sus políticas conducirán el país a la ruina. Por izquierda lo corrió el número dos del SNP (Scottish National Party), Angus Robertson, quien señaló con ironía que hacía tiempo que los nacionalistas habían implementado la mayoría de estas medidas en Escocia. Los Liberal demócratas, que apuestan a un nuevo referendo sobre el Brexit, criticaron la posición laborista sobre el mercado único europeo.
En los medios hubo unanimidad de que el plan traza una clara línea divisoria entre laboristas y conservadores. El Evening Standard lo pintó con los colores de la guerra fría en un titular de declarado sabor macartista: “Comrade Corbyn flies the Red Flag” (el camarada Corbyn hace flamear la bandera roja). La jefe de comentaristas políticos de la BBC, Laura Kunsberg, subrayó que diferenciará claramente a esta elección de otras. “Lo dije antes y lo repito ahora. Esta elección no será como otras en los que la gente pudo decir con justificación que son todos lo mismo. Este manifesto muestra claramente que no lo son. El Laborismo está aumentando los impuestos y el gasto. Se discutirán los detalles, pero la dirección está clara”, señaló Kunsberg.
En el The Guardian, el autor del The establishment, Owen Jones, señaló que esta plataforma es un modelo para la alicaída socialdemocracia europea. “El manifesto es una respuesta a la sociedad partida y en bancarrota que es el Reino Unido. La riqueza está cada vez más concentrada en menos manos que cada vez se llevan más: los 1000 más ricos del país tuvieron un aumento del 14% en su fortuna el año pasado mientras que los asalariados sufrieron la peor caída del salario real en generaciones. Hasta la joya de la corona, el Servicio Nacional de Salud, se encuentra en un estado de “crisis humanitaria” según la definición de la Cruz Roja Británica. Es un sistema que deja a mucha gente en la pobreza y permite que las multinacionales evadan impuestos que luego tiene que pagar la pequeña empresa y los asalariados. La social democracia europea está en crisis y esta es una posible salida”, dice Jones.
El enigma es si este programa será suficiente para persuadir a los británicos a votar por un líder en el que, según los sondeos, la mayoría no confía. Es una paradoja: muchos respaldan las medidas, pero no pueden votar a Corbyn. A lo que se agrega un problema etario. Los mayores de 50 años concurren a las urnas y votan a los conservadores mientras que los menores de 30 años tienen una mayor inclinación hacia los laboristas, pero un abstencionismo mucho mayor. Según Yougov, el laborismo aumentó en cuatro puntos su porción del voto entre los menores de 50 años respecto a las elecciones de 2015.
La columna vertebral del Corbynismo, Momentum, ha lanzado una campaña para asegurarse que los jóvenes se apunten a tiempo en el Registro electoral. Se calcula que en las elecciones de 2015 unos 800 mil jóvenes no votaron porque no habían completado los trámites necesarios para hacerlo. En una semana, el 24 de mayo, se cierra el registro de votantes. De los números que salgan en esa fecha y el impacto en los próximos días de este manifiesto dependerá la suerte del Laborismo corbynista.