La premisa era mantener baja la expectativa. Después de la desilusión por la inesperada derrota en la elección primaria, los dirigentes del Frente de Todos eligieron, en general, la cautela como bandera. La difusión de encuestas a boca de urna fue ostensiblemente menor respecto de la PASO. Pero los números de la elección general de este domingo, fríos e ineluctables, empezaron a llegar de manera informal cerca de las 20:30 al Complejo Cultural "C". "Se veían caras menos lúgubres que el 12 de septiembre", dijo a PáginaI12 alguien que tuvo acceso a la llegada de todos los funcionarios al búnker. La satisfacción por la remontada en la provincia de Buenos Aires, el enojo con el exgobernador de La Pampa Carlos Verna porque "jugó en contra" en la provincia; las interpretaciones sobre la ausencia de Cristina Fernández de Kirchner y el regreso de la militancia y sus bombos fueron algunas de las escenas salientes de un día cuyos ánimos fueron en aumento, a la inversa de lo que ocurrió el 12 de septiembre.
A las 20:50, minutos antes de que el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro; saliera a hablar con las primeras mesas ya escrutadas; se empezaron a oír bombos en las afueras del complejo. A esa hora, ya se sabía que por motivos vinculados al reposo que le impone su postoperatorio, Cristina Fernández de Kirchner iba a estar ausente. Esa ausencia fue interpretada de diferentes modos dentro de la coalición. Algunos dirigentes consideraron que más allá de su convalecencia, quiso que esta vez el Presidente se hiciera cargo solo del resultado; otros afirmaron que su presencia hubiera generado una centralidad que no iba a sumar en un momento en el que el Presidente tiene que decidir cómo seguir a partir de este lunes sin que se hagan las interpretaciones sobre lo que sucede entre ellos a las que son tan afectas los medios hegemónicos.
El llamado de Cristina Kirchner
Lo cierto es que Cristina Kirchner se comunicó con Alberto Fernández para felicitarlo por el primer discurso grabado en Olivos, que no estaba atado al resultado electoral. En ese discurso, el Presidente anunció el envío al Congreso de un proyecto de Ley para ser tratado en diciembre que explicite "el programa económico prurianual para el desarrollo sustentable. Ese programa contemplará los mejores entendimientos que nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del F.M.I en las negociaciones que lidera nuestro ministro de Economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de crecimiento económico e inclusión social". Obviamente, pidió el acompañamiento de la oposición.
A las 22 habló desde Olivos Alberto Fernández y cinco minutos antes, lo bombos redoblaron su estruendo. "Hoy empieza la segunda parte de nuestro Gobierno y los argentinos tenemos derecho a la esperanza. Cada día, cada mes, estaremos un poco mejor y podremos reorganizar nuestras vidas", dijo antes de emprender rumbo a Chacarita.
"La verdad es que es una gran remontada", dijo a este diario un ministro que durante el día se negó no sólo a arriesgar un pronóstico, sino a opinar sobre una versión, cerca de las 16, que indicaba que en la provincia de Buenos Aires se estaba dando un empate técnico. "Yo ya hasta que no veo los números no digo nada", dijo. Razones no le faltaban: el 12 de septiembre, la curva del clima en los ánimos del búnker fue exactamente inversa a la de este domingo: una alegría por un presunto triunfo que auguraban encuestas erradas que viró en depresión cuando aparecieron los primeros datos oficiales. Ésta vez, en cambio, la solemnidad y cierto pesimismo protectivo dominó los ánimos hasta que la difusión de las primeras cifras atrajo a los primeros militantes con bombos y se supo, por ejemplo, que en la provincia de Buenos Aires se había dado el ansiado empate técnico. Empezó a sonar música en el gazebo donde trabajaba la prensa y sirvieron la cena.
Claro que tampoco fue una elección para descorchar champagne: la derrota se mantuvo en muchas provincias y el Frente de Todos perdió la mayoría en el Senado. Había especial bronca con el ex gobernador de La Pampa."Hay calentura con Verna, creen que jugó en contra en la provincia", dijo a este diario alguien que escuchó las conversaciones de los dirigentes de más peso de la coalición cuando ya se sabía que el Frente de Todos había perdido la elección a senadores en La Pampa.
"Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo la puta madre que lo parió" y "Somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de Perón y Evita", coreaba la militancia dentro y fuera del complejo.
Los periodistas trabajaron, igual que en la PASO, en un gazebo frente búnker, Cada tanto y de a tres, bajaban funcionarios a contar lo que podían contar sin violar la veda electoral. La diferencia con la cobertura del 12 de septiembre fue el calor y un menor rigor respecto de los cuidados para prevenir el contagio de la covid: muchos no usaban ya el barbijo, por la temperatura y por el avance en los dos meses que pasaron en la vacunación.
"Alivio". Así definió un funcionario de la provincia de Buenos Aires la remontada respecto del resultado anterior. Es que llegar al empate técnico después de haber perdido por cuatro puntos el distrito más grande de la Argentina fue un golpe muy duro. Cambio de gabinete y asunción de que había demandas insatisfechas, se logró lo que parecía imposible. Y a nivel nacional, dijeron desde el Gobierno que este domingo se festejó porque la oposición buscó salir a instalar que desde este lunes empezaba una transición.
"Estoy festejando con la militancia, es una bocanada de aire fresco esto, Reafirmamos que es éste es el camino y además la gente lo valoró. Hubo 400 mil votos más para el Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires y si nos daban un mes más hubiésemos ampliado más aún la diferencia. La oposición, en cambio, no logró crecer", dijo a PáginaI12 la candidata a diputada bonaerense Victoria Tolosa Paz al filo de la medianoche.