Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México hallaron una construcción en el interior de la pirámide del dios Kukulkán –la serpiente emplumada-, en la ciudad arqueológica de Chichén Itzá, situada en la Península de Yucatán. La pirámide, de 10 metros de altura, podría datar de los años 550-800 y confirmaría que este ícono de la civilización maya se construyó al menos en tres etapas. “Es como las muñecas mamushkas, de la grande sacamos otra y luego otra”, dijo en una conferencia de prensa René Chávez Seguro, jefe del proyecto.
El investigador contó que tiene un adoratorio, de unos tres metros de altura, escalinatas, muros y columnas. También, un área hueca que posiblemente corresponde a una marquesina derrumbada. Chávez señaló que este descubrimiento permitirá tener más datos sobre la cultura prehispánica en América Latina porque “los mayas puros forman el grupo cultural original, sin apenas contacto con otras civilizaciones”.
En los años 30 se había encontrado una estructura intermedia y en 2014 se constató que toda la pirámide se alza sobre un cenote –pozos de agua cristalina, muchas veces de 25 metros de diámetro–. En esta segunda etapa de investigación, se utilizó un moderno proceso a partir de la iluminación tridimensional que no generó daños en la construcción y permitió observar los detalles de la nueva pirámide.
Al revés de lo que se podría suponer, la plataforma no está en el centro de la pirámide más grande sino desplazada hacia el cenote. “Esto podría confirmar que los mayas cuando construyeron esa primera estructura, sabían de su existencia y no lo pusieron ahí simplemente porque les gustó”, explicó el investigador. En la cultura maya, estos pozos de agua sagrados representaban la entrada al inframundo, y muchos de sus rituales se realizaban en ellos.
Esta primera construcción corresponde a la época de los “mayas puros”, que vivieron entre 550 y 800 después de Cristo. Los investigadores señalaron que este descubrimiento permitirá conocer más cómo era su cultura antes de la invasión de los toltecas, que generaron una fusión de culturas visible en el estilo arquitectónico actual de las pirámides y del resto de las construcciones que se encuentran a su alrededor y conforman el sitio arqueológico.
"No era una pirámide escalonada con nueve cuerpos como la de Kukulkán; de hecho, su pared es bastante lisa y desde ahí se nota un cambio en la decoración y el estilo, y asumimos que la más antigua, la que sería maya puro, es un estilo totalmente diferente", indicó la arqueóloga Denisse Lorenia Argote.
Toda la ciudad fue abandonada siglos antes de que llegaran los españoles. Cuando llegaron, éstos denominaron a su estructura principal “El Castillo”. Desde 2007 es una de las siete maravillas del mundo moderno.