La organización de los vecinos y vecinas de Villa Ortúzar contra el avance inmobiliario en su barrio comienza a dar frutos: el Gobierno de la Ciudad (GCBA) anunció que no se construirá el edificio que un privado iba a levantar dentro de la Plaza Malaver y que utilizará ese terreno para ampliar el espacio verde. "Es
una buena noticia pero seguimos en alerta porque hay una falta de
diálogo completa con los vecinos y vecinas", dijeron a Página/12 integrantes de "Somos la Malaver", la organización que surgió hace dos meses cuando se anunció la construcción. La agrupación vecinal, que realizó diversas jornadas de protesta contra el edificio, advirtió que, pese al anuncio oficial, hasta el momento nadie del GCBA les informó los detalles formales del nuevo proyecto.
"Este lunes se cumplieron justo dos meses desde que vimos la casa tapiada", recordó a este diario Paula Salischiker, una de las vecinas organizadas en defensa de la plaza. El 15 de septiembre, una tradicional vivienda ubicada en Heredia 380, dentro del perímetro de la plaza, amaneció con anuncio de demolición. La desarrolladora Ykonos promocionaba allí un nuevo edificio de ocho pisos que ofrecería "excelentes vistas panorámicas" dentro de la Malaver. Unas semanas después, con los vecinos ya organizados para defender la casa de la década del '30, la desarrolladora ejecutó la demolición. Sin respuestas del GCBA, a vecinos y vecinas les quedó luchar para impedir que se construyera el edificio.
"Queríamos más plaza y vamos a tener más plaza. Haberlo conseguido en solo dos meses de lucha y con un Estado con políticas de espacios verdes muy dudosas, es un gran logro", reflexionó Salischiker. La noticia, primero como un rumor, llegó a los oídos de vecinos y vecinas el viernes pasado. Cuando la Secretaría de Desarrollo Urbano porteña confirmó oficialmente la marcha atrás del desarrollo inmobiliario, dejó trascender poco y nada sobre la nueva iniciativa.
Como con casi todas las políticas urbanas de los últimos tiempos, en el medio están los famosos "Convenios Urbanísticos", en el marco de una especie de triangulación inmobiliaria. Una desarrolladora, cuyo nombre no trascendió, compraría el terreno a Ykonos y luego lo cedería a la Ciudad como parte de la contraprestación del convenio. A cambio, el GCBA, a través de su mayoría en la Legislatura, habilitaría una excepción al Código Urbanístico (CUR) para que la desarrolladora eleve la altura de una torre que proyecta en Avenida del Libertador, cuya dirección exacta tampoco fue informada.
"Sería buenísimo tener la propuesta formal del GCBA así los vecinos y vecinas, como colectivo, podemos responder algo", señaló en este sentido la integrante de "Somos la Malaver". Entre las ideas de la organización se encuentra la posibilidad de proponer la conformación de un Consejo vecinal que participe del planeamiento de lo que se hará en el terreno de unos 200 metros cuadrados. "Un espacio público no es tres macetas de cemento. Queremos saber qué se va a hacer y qué seguimiento se le va a dar a partir de ahora", indicó Salischiker
También les preocupan los plazos. Al estar atada a un Convenio Urbanístico, la nueva propuesta dependerá de los tiempos legislativos, que para leyes de este tipo requieren doble lectura, con audiencia pública de por medio, como la que este viernes iniciará por las once torres que la Legislatura ya aprobó en primera instancia. "Es una buena noticia pero no tenemos los detalles, por eso seguimos en alerta, porque hay una falta de diálogo completa con los vecinos y vecinas", sostuvo la vecina de Ortúzar, que recordó que en ese barrio "hay alrededor de 120 lugares en peligro. Tenemos que seguir con la causa general, que es contra el avance de las torres".
Hace unas semanas, la organización había enviado una carta al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, luego de que se expresara sobre el tema en declaraciones radiales. En el programa de Beto Casella en Radio Continental, Rodríguez Larreta había asegurado que el edificio se construiría “en un lote separado de la plaza”. "Esta obra se levantaría en un lote privado, pero excepcionalmente ubicado dentro del trazado de la plaza”, respondieron entonces los integrantes de "Somos la Malaver", y agregaron que "en lugar de generar allí un negocio inmobiliario que colisiona con nuestros derechos, es una gran oportunidad para paliar el déficit de espacios verdes".
Larreta también había asegurado que la modificación del CUR de 2018 evitó "que haya edificios descolgados en lugares de casas bajas". Sin embargo, vecinas y vecinos advirtieron que "el cambio de 2018 ha aparejado consecuencias sumamente negativas en nuestro barrio: lejos de 'homogeneizar', emparejando alturas, como usted ha manifestado, está permitiendo que en nuestro barrio aparezcan edificios de grandes alturas donde antes había solo casas bajas”. Frente a la Plaza 25 de agosto, por caso, se proyecta un edificio de diez pisos, en una zona que hasta el momento solo tiene edificaciones de hasta cuatro pisos.