El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, dijo que la manifestación convocada por la oposición fue una "operación fallida" y consideró que la jornada fue más bien "festiva" con el retorno del turismo internacional y de los niños a las escuelas. El gobierno cubano logró este lunes sofocar la protesta promovida por la disidencia con un fuerte dispositivo policial en las principales ciudades y bloqueos en las casas de activistas. Fuera de Cuba, sin embargo, se registraron alrededor de un centenar de actos vinculados con el llamado 15-N, entre los que se destacaron los de exiliados en ciudades como Miami, Santo Domingo, Madrid, Lisboa o Bruselas.
"Rotundo fracaso"
A lo largo del emblemático malecón costero de La Habana se apostaron casi en cada esquina grupos de tres oficiales, mientras agentes de la seguridad del Estado vestidos de civil también se desplegaron en plazas y parques. Pese a la prohibición de la protesta, el grupo de debate político Archipiélago, con 37 mil miembros dentro y fuera de Cuba, reiteró su llamado a manifestarse para exigir la liberación de los que consideran presos políticos, el respeto a los derechos humanos y un cambio de sistema político.
Durante la jornada, la oposición denunció la detención de tres activistas. La disidente Martha Beatriz Roque dijo en Twitter que la líder del movimiento Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, el exdetenido Ángel Moya, fueron arrestados. Otro disidente, Manuel Cuesta Morua, del grupo Consejo para la Transición Democrática, fue detenido después del mediodía cuando salía de su casa" en La Habana, dijo su esposa, Nairobi Scheri. En tanto el dramaturgo Yunior García, fundador de Archipiélago, quien el domingo fracasó en su intento de marchar solo con una rosa blanca en la mano, seguía bloqueado en su casa por agentes de seguridad.
La protesta convocada por la oposición fue una "operación fallida que se ha intentado articular" desde Estados Unidos y "ha sido un rotundo fracaso", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en una inusual transmisión en directo por Facebook desde los jardines de la cancillería. Rodríguez ironizó sobre los grupos anticastristas fuera de Cuba y las numerosas declaraciones de altos funcionarios de Estados Unidos que pidieron al gobierno respetar el derecho a la manifestación de este lunes. "Se quedaron vestidos para aquella fiesta, algunos de mis colegas en Washington se quedaron vestidos", indicó.
Para el Ejecutivo isleño, el día marcó la vuelta a la normalidad tras meses de cierre de las fronteras del país y de las escuelas debido a la pandemia de coronavirus. "Así amanece Cuba el 15 de noviembre, con más de 700 mil pioneros (alumnos) en las aulas, recibiendo amigos, familiares y turistas, reactivando el quehacer productivo, disminuyendo los casos de covid", escribió el presidente Miguel Díaz-Canel en Twitter. El mandatario asistió muy temprano a la reinauguración del ciclo lectivo en una escuela de Ciudad Libertad, un área del oeste de La Habana que en el pasado fue un cuartel militar, ahora convertida en zona escolar.
Reacciones dispares
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió el lunes a La Habana "que respete los derechos humanos de los cubanos y que les permita reunirse pacíficamente". En cambio el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó su admiración por la "arrogancia" de Cuba que, dijo, actúa como un país "libre e independiente". Además volvió a criticar el embargo de décadas de Estados Unidos a la isla.
"Después de dos siglos de predominio de una política, que un país tenga la arrogancia de sentirse libre e independiente, solo por ese hecho merece toda nuestra admiración y todo nuestro respeto", dijo el mandatario en su habitual conferencia matutina. López Obrador dijo que el embargo estadounidense es "inhumano".
"Nadie tiene derecho a aislar, a asfixiar a un pueblo, nadie tiene derecho a que mediante esas prácticas se lleve a un pueblo a rebelarse contra su gobierno, eso es vil, canallesco", manifestó el líder mexicano, quien esta semana se reunirá en Washington con su par estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Y en Bruselas, donde está como parte de una gira por Europa, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva también evitó hablar del llamado a manifestaciones, aunque aclaró que "protestar es un derecho de las personas" y por eso a él no le "incomodan" las protestas. "No he seguido hoy la actualidad en la prensa. De lo que dice usted de Cuba me enteraré cuando termine mis actividades en el Parlamento Europeo", respondió el exmandatario a la consulta de un periodista.