De los siete espacios políticos que lograron pasar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, solo dos fueron partidos que decidieron no conformar frentes electorales y que tienen una incipiente historia en la vida política del Salta. Y si bien quedaron lejos de pelear una de las tres bancas en la Cámara de Diputado, evaluaron como positiva su performance por el crecimiento y el nivel de conocimiento obtenido.
Felicidad fue el partido que más creció luego de las PASO, alcanzando el 4,62% (unos 30.000 votos) en toda la provincia y superando en más de un punto lo obtenido en la primera vuelta. De hecho, en sus redes sociales reflejaron ese dato, al remarcar que, como el SI+PRS, habían obtenido un 30% más de acompañamiento, “somos el partido que más creció entre las PASO y las generales”.
Para su principal candidato, el vaquereño Tane da Souza Correa, la evaluación es sumamente positiva por cómo se consolidaron como partido político, y reconoció que para adelante tienen una gran responsabilidad que es “seguir construyendo en base a principios, valores, y manteniendo la coherencia que son las que al fin y al cabo también nos particularizan como fuerza”.
El referente del partido que en las elecciones provinciales integró el Frente de Todos pero en las Nacionales decidió ir por fuera al negarse a compartir lista con el PJ alineado con el oficialismo salteño, contó que el primer objetivo que se propusieron fue el de hacer piso, y una vez cumplido el mismo “aumentar nuestro caudal electoral” para quedar mejor posicionados de cara al futuro y manteniendo un buen desempeño en esos lugares donde hicieron una primera buena elección como en La Caldera, Rivadavia y Metán, “es un piso que avizora una muy interesante construcción hacia adelante”.
Para pegar el salto de cara al 2023, da Souza no descartó nuevas alianzas o seguir sumando fuerzas de otros sectores, aunque tampoco descarta volver a integrar el Frente de Todos: “siempre estamos abiertos al diálogo, y es lo que intentamos construir durante todo este tiempo”. Aunque aclaró que “siempre que nos permitan mantener principios y valores a los que adhieren nuestras bases”.
Da Souza Correa relató que vienen de un sector que intenta romper con las lógicas de la vieja política “que es fijarse cómo se reparten los cargos y no discutir en profundidad los temas que entendemos son importantes para la provincia y el país”.
Con respecto a los dichos de Juan Carlos Romero, que expresó que el 68% de los salteños “votó contra el kirchnerismo”, consideró que nunca se pueden tomar las elecciones de medio término como una medida para realizar análisis generales, “son 23 elecciones distintas, ¿cómo se cuentan los votos del Movimiento Popular Neuquino, o de Juntos Somos Río Negro?”, preguntó. “No se puede traducir directamente”, añadió, y recordó que al menos desde el 2009 a la fecha, este turno electoral “no predice ningún resultado de lo que va a pasar en las ejecutivas siguientes”.
Por último, se animó a inferir que el crecimiento en votos pudo haber provenido de algunos desencantados con la lista y la alianza que se conformó en el Frente de Todos local, pero también del sector radical que días antes de las elecciones comunicó que no acompañarían a Juntos por el Cambio debido a que no se sentían contenidos en ese espacio, “y de otros sectores independientes, hay de todo un poco”.
Se incluyó entre los ganadores de estas elecciones por el crecimiento a pesar de no contar con grandes aparatos: “algunos corren con el caballo del comisario y nosotros vamos con el poni del suboficial”. Pero también sumó al SI+PRS de Felipe Biella, al FdT, que se quedó con dos de las tres bancas y al sector de JxC que representa al olmedismo. Pero consideró que sin dudas el perdedor fue Guillermo Durand Cornejo y el oficialista Unidos por Salta, “tenía todo el apoyo provincial y las encuestas le daban que podía quedarse con una de las tres bancas y eso no sucedió”, explicó.
El desafío de la izquierda
De los tres sectores de la izquierda que se presentaron en estas elecciones, dos alcanzaron a pasar, aunque por escaso margen, el piso que estipulan las Primarias, y en estas generales no lograron crecer sustancialmente. Pero en el caso de Política Obrera, evaluaron como positiva la elección ya que era la primera vez, desde su escisión del tradicional Partido Obrero, que participaban como tal en una contienda nacional.
Su principal candidato, Julio Quintana, analizó que a nivel nacional la crisis generalizada que provocó el empobrecimiento masivo de la población trabajadora “agudizó la crisis del régimen político”, tanto del FdT como de JxC. Porque si bien en lo general se dio una derrota del oficialismo, “Juntos por el Cambio tiene toda una serie de contradicciones internas que se manifestaron en plenas elecciones”, y enumeró varias como la de Mauricio Macri coqueteando con el libertario Milei y en Salta el Comité Capital de la UCR “sacando los pies del plato y boicoteando la candidatura de Zapata”. Pero concluyó en que en definitiva, ambos frentes “se van a terminar alineando a las exigencias del FMI”.
Pero en cuanto al análisis de su propio rendimiento, Quintana reconoció que si bien fueron los últimos en la contienda, alcanzando el 3,17% de los sufragios emitidos, para ellos fue positivo “porque sigue reafirmando una tendencia creciente”, en el marco de un proceso de reconstrucción encarado luego de la crisis que vivió el PO en el 2019. “Hemos tenido un crecimiento del 20% (3.300 más) en relación a las PASO”, y a su vez añadió que venían de sumar un 15% con respecto al resultado obtenido en las elecciones provinciales, “y en esas duplicamos lo que habíamos conseguido en las primarias 2019”.
“Es una tendencia sin zigzagueos de características ascendentes”, esgrimió, aunque aceptó que por ahora muy magra. Pero resaltó que el Frente de Izquierda Unidad (FITU), en contraposición a su espacio, viene retrocediendo, “perdieron 2.500 votos, casi un punto con respecto a las PASO”. Y que ese declive se corresponde con la caída general que vienen teniendo desde la ruptura del Partido Obrero “y que nosotros veníamos criticando”.
Quintana, sin querer hacer grandes apreciaciones, consideró que esa pérdida de votos, sumados los del Nuevo Mas, que no pasó las Primarias, pudo haber recaído en el partido que él representa e incluso en el FdT o en Felicidad, “porque la propia campaña del FITU no establecía una posición clara de clase, sino que coqueteaba con sectores progresistas y de las clases medias”, que decidieron “ayudar en las PASO”, pero que en las generales, habida cuenta del resultado, se volcaron a otros frentes.
En cuanto al lugar que deberá ocupar el gobernador Gustavo Sáenz luego de estos resultados, Quintana reflexionó que no salió fortalecido a pesar de la victoria del frente que gobierna a nivel Nacional, “porque su candidato, Guillermo Durand Cornejo, terminó derrumbándose, por lo que es más tributario que nunca de la grieta, en función del entrelazamiento que va a tener con el gobierno nacional justo cuando este último se derrumba”.
El desafío para Quintana es cómo, "de cara a la agenda social” que denunciaron, como el salario, jubilaciones y otros puntos, “nos colocamos a la cabeza de una movilización a la par de que se pueda ir desarrollando una comprensión política de la necesidad de una alternativa de poder, y luchar por un gobierno de trabajadores”.
Pero para la ganadora de la interna del Frente de Izquierda, en representación del MST, Andrea Villegas, no todas son pálidas, ya que a nivel nacional obtuvieron cuatro bancas en Diputados logrando casi un millón y medio de votos en todo el país, “lo que demuestra que estamos en crecimiento”. Aunque en lo provincial reconoció que cayeron con respecto a las PASO quedando sextos con el 4,26%, pero lo relacionó al “fenomenal aparato desplegado por el oficialismo y el Frente de Todos en donde como izquierda damos una pelea desigual en medio de esa polarización que se da”, entre los dos frentes que se disputaron el poder a nivel nacional.
Aunque para Villegas, los más de 26.000 votos que consiguieron “han sido votos de los trabajadores, de las mujeres, que están viendo a la izquierda como una alternativa”, y el principal reto será “consolidar esa base para encarar nuevas luchas electorales”.
Pero por sobre todas las cosas, insistió con la necesidad de volver a unificar toda la izquierda “y hacer la convocatoria a quienes decidieron ir por fuera”. “Tenemos que avanzar como partido político y entender que podemos convivir en el mismo frente con nuestros matices y diferencias", concluyó. Y recordó que antes de las elecciones, desde su espacio ya le habían hecho una invitación a Política Obrera y al Nuevo Más de sumarse en una misma alianza y ser “una alternativa política que busca ser fuerte y que respetando un programa socialista y anticapitalista le puede dar pelea a los partidos patronales”.