La mina de azufre La Casualidad, cerrada el 22 de noviembre de 1979, por un decreto de José Alfredo Martínez de Hoz, en plena dictadura, es una referencia constante de ex trabajadores, ex habitantes y descendientes, que desde 2005 regresan a ese lugar a recordar y honrar a sus muertos.
El jueves próximo volverán a subir, a más de 5 mil metros sobre el nivel del mar, en el departamento Los Andes, casi en el límite con Chile, en una caravana que partirá de la ciudad de Salta y recorrerá más de 500 kilómetros para llegar al campamento de La Casualidad.
La subida será al día siguiente de la presentación del libro Seccional La Casualidad ATE Salta, del periodista y revisionista histórico Daniel Parcero. La presentación será hoy a las 18, en la sede de ATE en Salta (Esteco y Rioja), con la participación del autor y trabajadores sobrevivientes de la mina y también sus familias.
Convocado por la conducción de la Lista Verde de ATE, Parcero viene realizando una labor de rescate de la memoria histórica de los trabajadores estatales y ya lleva publicados 23 libros.
En el caso de La Casualidad, contó a Salta/12 que revisando documentos de este sindicato dió con actas que hablaban de la Seccional La Casualidad de ATE y le llamó la atención porque en ese tiempo las seccionales llevaban el nombre de la ciudad donde estaban, y en este caso no había una ciudad con ese nombre. Recién en la provincia de Salta, por una conversación casual supo que La Casualidad era hoy en día un campamento abandonado en la alta montaña.
Uno de los entrevistados destacados en esta obra es el último secretario general de esa Seccional, Dino Vázquez, quien cuenta la historia de la mina, que se inició en 1940, por "unos errabundos (que) habían encontrado un material" que resultó ser azufre.
En 1947 el 50% de la empresa fue adquirida por la Dirección General de Fabricaciones Militares y en 1952 el total del paquete accionario fue adquirido por el Estado nacional y la firma pasó a llamarse Establecimiento Azufrero Salta. Ese año comenzó la organización sindical de los trabajadores, y eso sirvió "para que se dejen de morir, porque morían muchos por la falta de protección, falta de uniformes, no tenían cascos, no tenían para protegerse del frío. Estamos hablando de 5.300 de altura. Muchos morían. Muchas mujeres morían, y estoy hablando de muchas, no de dos o tres, fallecían cuando estaban por tener familia, fallecían sus hijos, por el aire, por el frío, por lo inhóspito del lugar", contó Parcero.
Esa Seccional fue cerrada en 1955 con la caída del gobierno de Perón. "Muchos de esos obreros sindicalistas son perseguidos, son despedidos. Pero la Mina sigue funcionando y cuando se recupera la democracia en 1973, primero con el periodo de Cámpora, y después con el principio de Perón, vuelven a sindicalizarse los trabajadores, consiguen mejores condiciones de trabajo frente a la precariedad que había vuelto a instalarse en la mina, pero sorpresivamente, cuando cae el gobierno, casi tres años después aparece un decreto de Martínez de Hoz por el que se cierra la mina con aquel argumento que tenía la dictadura de que había que achicar el Estado para agrandar la nación".
Parcero destacó que "En aquel momento evidentemente lo que se quería entregar era la nación" y "en muchos aspectos del proceso de industrialización, se logró". El yacimiento de azufre, Mina Julia, se encuentra a 25 kilómetros del campamento, La Casualidad; el azufre extraído se mandaba por cable carril hasta La Casualidad y ahí se refinaba antes de ser distruibuido.
Parcero recordó que cuando se cerró la mina vivían entre 3 mil y 3.500 personas, y alrededor de 600 hombres eran azufreros. "El campamento es algo impactante", está todo abandonado ahora, describió. "No soy historiador, soy revisionista, así que fui a las fuentes fui a buscar los testimonios de quienes todavía viven, que nacieron en la mina, crecieron en la mina y que de la mañana a la noche, aquel 22 de noviembre, ya con la Gendarmería instalada en el campamento tuvieron que irse, de la Estación Caipe, que estaba ahí cerquita, que es por donde pasaba el tren que transportaba el azufre a la ciudad capital".
Esas personas alcanzaron el tren "como pudieron" porque "se tuvieron que ir" dado que la mina fue clausurada, y "los que no alcanzaron el tren se tuvieron que ir como pudieron, caminando". Parcero destacó que los azufreros y sus hijos "todavía recuerdan con mucha emoción y con mucho cariño el esfuerzo de sus padres y de como se vivía ahí" que "era prácticamente una ciudad. Había una iglesia evangélica, una iglesia católica donde estaba la Virgen de Fátima", había una escuela primaria, y hay un cementerio, donde quedaron los restos de 400 personas.
Parcero es crítico con la falta de acciones de parte de los gobiernos salteños para recuperar La Casualidad. Dijo que hay un "verso permanente de lo que yo llamo la plutocracia salteña" que siempre dice que se pondrá en valor el lugar para aprovechamiento turístico. "Dicen que poner en valor la mina, el trabajo para volver a explotar el azufre, no sería rentable", pero eso lo desmiente el hecho de que entre 1940 y 1979 la mina era rentable para el país "y de eso podían trabajar mil famililas. Pucha, si lo que queda es el 80%, ¿cuántos años se podría explotar el azufre que está ahí en la tierra? Esa es una pregunta que nadie responde", sostuvo.
Los olvidos permanentes
Los dos antiguos dirigentes de la Seccional La Casualidad de ATE, Dino Vásquez y Teofilo Nina, serán parte de la caravana que saldrá el jueves, también irán 46 hijos e hijas de azufreros y la viuda de uno de los errantes que encontraron por primera vez rastros de azufre.
En el campamento se hará un acto. Será, dijo Parcero, "Una reivindicación histórica importante en este momento en el que la plutocracia salteña sigue haciéndose la distraída de sus mejores tradiciones históricas".
Y mencionó otros dos olvidos importantes, además de La Casualidad: "El olvido y la negación permanente del primer gobernador obrero que fue Carlos Xamena, salteño". Recordó que su libro sobre este dirigente del peronismo salteño ya tiene cinco o seis años, con tres ediciones agotadas, "pero sigue todavía el cuadro original de Carlos Xamena sin estar expuesto en el Salón de los Gobernadores del Cabildo. Una verguenza".
Y "el olvido permanente al general (Jorge) Leal, un hombre que nació en Rosario de la Frontera, que fue el héroe del Polo Sur, el primer militar argentino en poner el pabellón nacional en el Polo Sur". "Nunca se hizo nigún reconocimiento hasta hoy", en Salta "todo lo que tiene que ver con reivindicaciones importantes son reiteradamente negadas", aseguró.