Todo indica que Marcelo Sebastián D’Alessio va a tener posibilidad de viajar a Dolores para intentar convertirse en arrepentido, como pide desde principios de mes. La cita será la semana próxima con el fiscal Juan Pablo Curi, según pudo saber PáginaI12. El fiscal había fijado una audiencia para el 11 de noviembre pasado, justo tres días antes de las elecciones. Pero todo quedó en la nada porque el fiscal quería hacerla telemática y D’Alessio sostenía que no podía hablar desde la cárcel. Finalmente, la audiencia se suspendió y arrancaron los preparativos para que viaje hacia Dolores en los próximos días.
D’Alessio reaparece siempre en momentos claves. En diciembre de 2019, hizo su intento de convertirse en arrepentido cuando finalmente se presentó a indagatoria el fiscal Carlos Stornelli, después de nueve meses de esquivar la citación del juez federal Alejo Ramos Padilla. Ahora, hace un nuevo intento cuando Dolores es un hervidero porque el expresidente Mauricio Macri fue indagado por el espionaje a los familiares de los 44 submarinistas del ARA San Juan.
La audiencia será presencial, como reclamaba D’Alessio, que deberá ser trasladado desde el penal de Ezeiza. Allí quedó detenido por la causa de espionaje de Dolores porque el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 le dictó la excarcelación en la causa por la extorsión al despachante Gabriel Traficante. En esa causa, D’Alessio recibió su primera condena a cuatro años de prisión, pero ya pasó más de dos tercios de la pena detenido.
Según pudo saber este diario de fuentes judiciales, la audiencia será la semana próxima, aunque hay recelo en revelar la fecha exacta. Podría frustrarse la declaración y, además, es un trámite reservado hasta el momento en que el fiscal dice si la información que aporta el imputado alcanza para ser tenido como arrepentido.
En diciembre de 2019, D’Alessio había logrado ser aceptado por el fiscal Curi como arrepentido. Sin embargo, Ramos Padilla entendió que no estaba aportando información sustancial a la causa, más allá de algunos detalles de color, y lo rechazó. En junio pasado, la Cámara Federal de Mar del Plata denegó la pretensión de D’Alessio de ser incorporado al Programa de Protección de Testigos y recordó que el falso abogado no había aportado información cuando quiso arrepentirse.
D’Alessio es el eje probatorio central de la causa que se inició a finales de enero de 2019 en Dolores, cuando el empresario Pedro Etchebest lo denunció por intentar extorsionarlo junto con el fiscal Stornelli para no involucrarlo en la causa de los cuadernos, construida básicamente en base a la figura del arrepentido a la que ahora quiere ceñirse D’Alessio. Con los allanamientos que Ramos Padilla realizó en el country Saint Thomas --donde vivía D’Alessio-- recolectó prueba suficiente como para dar cuenta de que D’Alessio estuvo involucrado en unas 70 operaciones ilegales.
D’Alessio está ahora en una situación más complicada que la anterior para que Curi lo acepte como arrepentido y para que el juez Martín Bava homologue ese acuerdo --si se diera--. ¿Por qué? Lleva casi tres años detenido y cuando se presentó antes para arrepentirse le dijo que ya le había comentado todo lo que sabía. Algo de esa lealtad procesal está dañada.
Las especulaciones acerca de por qué D’Alessio quiere hablar ahora son muchas, especialmente porque pidió hacerlo antes de las elecciones. En sus últimas palabras ante los jueces del TOF2 porteño, D’Alessio dejó entrever cierto rencor hacia quienes le soltaron la mano cuando fue detenido. “Me dolió la canallada de quienes salieron corriendo en estado de pánico a usar los medios diciendo que era un loquito o fabulador y hasta llegaron a sostener que dialogaba sobre narcotráfico o la homologación de tal o cual calibre de proyectiles sónicos con un nietito”, dijo en alusión a Stornelli y a la exministra de Seguridad Patricia Bullrich.
D’Alessio no era el jefe de la asociación ilícita, pero fue parte en más de medio centenar de operaciones. Para arrepentirse debería proveer información que le permita a la investigación ir para arriba o tener un panorama más amplio en la causa. Para Ramos Padilla, D’Alessio era un nodo que conectaba con el Ministerio de Seguridad, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), el Ministerio Público, el Poder Judicial y los medios de comunicación. La gran pregunta es si alguno de esos lazos se rompió estando detenido y está dispuesto a contar algo que no haya podido reconstruirse con toda la documentación que se halló en su casa.
En el D’Alessiogate, hubo tres personas que quisieron arrepentirse, las tres fueron condenadas por el TOF2 de la Ciudad de Buenos Aires: D’Alessio, su compinche Rolando Barreiro y el fiscal de Mercedes (suspendido) Juan Ignacio Bidone. Curi únicamente aceptó a D’Alessio. Habrá que ver si logra repetir la hazaña justo cuando Bava está en pleno trámite para elevarlo a juicio.