Las autoridades de Nueva Delhi, en India, decidieron prolongar "hasta nuevo aviso" el cierre de escuelas decretado días atrás ante la asfixiante nube de contaminación que invade la ciudad. Mientras tanto, en Lahore, Pakistán, donde se vive una situación similar, los ciudadanos y ciudadanas denuncian inacción por parte del gobierno.
Tanto en el norte de India como en las zonas adyacentes de Pakistán, la calidad del aire ha empeorado hasta niveles muy peligrosos para la salud debido a la contaminación industrial y el humo de las quemas agrícolas.
Con las temperaturas invernales, esta contaminación se convierte en nubes tóxicas que envuelven ciudades, dificultan la visibilidad y vuelven el aire irrespirable. Por eso, este martes, las autoridades de Nueva Delhi, con 20 millones de habitantes, decretaron la prolongación del cierre de las escuelas, que originalmente duraría una semana.
La concentración de partículas contaminantes en el aire de la capital llegó a multiplicar por 30 el nivel máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Para combatir esta niebla tóxica, las autoridades instalaron cañones de agua en los puntos más críticos que deben ponerse en funcionamiento tres veces al día.
La Comisión de Gestión de Calidad de Aire de India también prohibió la entrada de camiones con mercancía no esencial a la ciudad, paralizó las tareas de construcción y suspendió las operaciones en seis de las 11 plantas térmicas ubicadas a un ratio de 300 kilómetros. Además, impuso el teletrabajo para la mitad de las plantillas públicas y pidió a las firmas privadas que sigan el ejemplo.
Las ciudades más contaminantes del mundo
Un informe de la organización suiza IQAir colocó a 22 ciudades indias entre las 30 más contaminadas del mundo en 2020. Según esta empresa, Lahore, urbe paquistaní de 11 millones de habitantes en la frontera con India, era la ciudad con peor calidad del aire del mundo el miércoles por la mañana. Por la noche, la situación había mejorado levemente.
Los residentes de Lahore se exasperan ante la falta de medidas de la administración, que atribuye este fenómeno al país vecino o asegura que las cifras son exageradas. En los últimos años, según los medios locales, los habitantes de esta ciudad paquistaní han querellado para tratar de mejorar la situación e incluso han construido sus propios purificadores de aire.