“Realmente es un lugar mágico. Estar sobre la margen del río con todo ese fondo inspira a cualquier persona, a cualquier artista” comenta Claudio Pizzicati a Rosario/12; y es así de cierto, quien no lo crea que vaya y compruebe lo extraordinario de escuchar música en el Anfiteatro Parque de España (Mitre y el río). Concretamente, mañana a las 21 Rubén Goldín & Pizzicati Tango presentarán Esta noche estoy de tangos, en el marco de una programación que continúa el sábado a las 20 con el show de Asilo 51 y bandas invitadas (Juls Pez y Los Julepes e Hypnosis).
“Hace unos años, antes de la pandemia, entre café que va y viene conversamos con Rubén (Goldín) y quedamos con muchas ganas de llevar a cabo este proyecto. Empezamos a ensayar los arreglos que habíamos convenido, pero después surgió la pandemia y el concierto se pospuso. Igualmente, seguimos trabajando desde otro lugar, con otras actividades, y ahora con la apertura lo pudimos finalmente concretar”, continúa el músico, cuyo contrabajo integra la formación que lleva su nombre junto con Joaquín Vivo en violín, Diego Saavedra en bandoneón, y Leonel Lúqez en piano.
Entre los años clásicos del tango y la modernidad piazzolliana –el grupo se prepara, de hecho, para un 2022 con presencia en festivales y teatros europeos–, Pizzicati Tango suma con Rubén Goldín una faceta de relieve, en donde la voz distintiva del músico se revela siempre sorprendente. Basta oír el video donde se lo escucha interpretar “Desencuentro”. Goldín canta de manera diferente y personal una letra que parece propia. A la vez y como anticipo, Pizzicati Tango hizo circular su versión de “Libertango”. “Con Rubén nos sentamos a pensar el repertorio, para que a la gente le llegara lo que el tango ha sido durante los ’40, los ’50 y principios de los ’60. Luego llegó el mercado del rock, bienvenido, desde ya, pero en Argentina y Uruguay el tango quedó un poco rezagado. Por eso, quisimos un repertorio con el que la gente experimente esos recuerdos, que son entre clásicos y modernos, con tangos como ‘Malena’ o ‘Niebla del riachuelo’, tangos conocidos, no queríamos venir con ningún bodrio raro (risas)”, prosigue.
En cuanto a Goldín –cuyo último disco, Girasoles, fue nominado a los premios Gardel 2020–, Pizzicati lo define como “una de las voces más importantes de Argentina; pone una impronta que lo vuelve un tanguero de toda la vida. Es un gran cantante, y nosotros aportamos nuestro granito de arena con arreglos un poco modernos y clásicos. Se armó una mixtura muy interesante”.
-Lo que confirma, otra vez, la cercanía entre el tango y el rock, con Goldín como uno de sus exponentes así como integrante de la Trova local.
-Realmente. En los ‘80 la Trova fue un movimiento muy importante, que estuvo volcado al cambio social que el país necesitaba. Rosario forjó un movimiento que a través de los años, ya décadas, continúa teniendo vigencia. El tango también es el pueblo, es como un puente que se establece con lo popular; el tango maneja ese código, tan importante. Eso es algo que la Trova siguió respetando. Al cantar tango, Rubén tuvo que estudiar, como lo hacemos todos, pero te puedo decir que es una música muy acomodada a su forma de ser. Le nace hacerlo.
-También sos músico de jazz.
-Toco en una de las Orquestas Estables de Rosario, hacemos jazz, vivimos de la música y tenemos que buscar lo mejorcito y lo más cómodo que nos sintamos con los estilos. El tango es una pasión, por lo lindo, por cómo trasciende. En el caso de Astor Piazzolla, el músico más influyente del siglo XX, el tango y el jazz van de la mano. El tango tiene mucho de jazz, pero posee un condimento que es la poesía, y eso es impresionante. Hay una fusión entre la orquestación, lo que se dice y cómo; eso es tremendo. Eso lo tiene el tango. Y se le suma el baile, la danza. Es todo un combo que, con todo respeto, no creo suceda con varios estilos populares. Nosotros nacimos con el rock, pero la música nuestra es el tango, que no tendría que haber perdido el protagonismo que tuvo en décadas anteriores. Ahora bien, de unos 15 años a esta parte, hay mucha gente joven en el tango, músicas y músicos impresionantes, y es realmente hermoso.
Entre lo que la noche de mañana depara, Claudio Pizzicati revela “una perlita”: “Mientras ensayábamos, Rubén nos pidió hacer un bolero, ‘Vete de mí’, de los hermanos Expósito; uno de ellos un musicazo (Virgilio), el otro de una pluma exquisita (Homero). ¡Cuánta riqueza! Y a ello se le suma lo interpretativo, porque el tango es muy difícil, es un trabajo camarístico, donde cada uno tiene su momento, aparece y desaparece. En este tema florece la melancolía, y con unas armonías tan ricas como hermosas. Eso es el tango, es impresionante”.