El Río Paraná, el mito judeocristiano de Moisés, el esoterismo y las religiones afromamericanas confluyen en la obra teatral La Moisés, un acto de fe, una comedia dramática acerca de lo inexplicable, de lo que escapa a la razón, que desnuda en clave de humor las más profundas angustias existenciales. Maru Lorenzo y Vicky Olgado son las escritoras y directoras de este proyecto surgido durante la pandemia, en un momento en el que la actividad teatral estaba completamente paralizada. Después de un año entero de trabajo a distancia, en burbujas, con suspensiones y atrasos, hoy a las 20 estrenan su obra en el Teatro La Comedia. Las entradas se pueden adquirir en la boletería del teatro o por www.1000tickets.com.ar.
El nombre esta pieza teatral remite a una santa pagana nacida en Brasil y criada en la provincia de Corrientes que se instala en el barrio Refinería donde recibe diariamente a cientos de seguidores que llevan plegarias y ofrendas, anhelando dar fin a los conflictos que los aquejan. Durante una ceremonia grupal, que es el día en el que se desarrolla la obra, cada uno de los concurrentes pide a La Moisés que le produzca un milagro pero fuertes interferencias espirituales provenientes de Brasil impiden que el ritual se desarrolle de manera normal y hacen que el destino cambie para siempre el rumbo de las cosas.
En contacto con Rosario/12, Maru Lorenzo, co-autora de la obra, contó que la idea del proyecto surgió a partir de un encuentro fortuito con Vicky Olgado, con quien ya había trabajado en la serie web Quién pudiera. “Nos encontramos en la calle, las dos muy desesperanzadas por todo lo que estaba ocurriendo con la pandemia y en particular con los teatreros que no estábamos pudiendo encontrarnos ni trabajar. Ahí decidimos empezar a armar una especie de burbuja creativa a través de videollamadas entre nosotras en donde empezamos a compartir materiales y lo que tomamos fueron dos lecturas diferentes: una la del libro La virgen cabeza de Gabriela Cabezón Cámara y el cuento La niña santa de Luz Vitoli. Esos fueron los dos disparadores para empezar a armar el universo de La Moisés”, explicó la actriz, directora y docente rosarina.
A partir de esas dos fuentes literarias de inspiración, trazaron ejes temáticos que delinearon la investigación para poder orientar la historia y convocaron al elenco, conformado por actores y actrices que vienen de distintos sectores pero “con los que teníamos ganas de trabajar y creíamos que era una buena oportunidad para cruzarlos”. Esos ejes que fueron la columna vertebral de la primera etapa del trabajo fueron: esoterismo, el mito judeocristiano de Moisés, el río Paraná (su geografía, su biodiversidad, su cultura) y las religiones afroamericanas, específicamente el candomblé y el sincretismo. “Todo ese material que fuimos recolectando a través de distintos soportes fue el que nos ayudó a armar y complejizar el universo de La Moises. Luego de toda esa etapa en la que se iba dialogando entre el trabajo de mesa y el de construcción de personajes, de improvisación y demás, vino una segunda etapa propiamente de la escritura en la que Vicky y yo escribimos el texto”, detalló a este diario.
-¿El hecho de que la protagonista haya pasado por distintos lugares influye en la historia?
-Sí, claramente. De hecho, en la obra hay un paralelismo entre la historia de Moisés y este personaje que creamos. Hay muchos elementos de la cultura litoraleña y de la cultura brasilera que están plasmados, tanto en lo estético como en lo musical y coreográfico, para lo cual fuimos asesorados por Lali y Manuel Corvalán. Además, tomamos como eje importante el Río Paraná y hay un paralelismo con el Río Nilo del mito de Moisés.
-¿Qué temas buscan visibilizar en esta obra?
-Cada personaje plantea distintas preguntas que están relacionados con problemáticas humanas de todos los tiempos y lugares e instalan el debate sobre los dilemas universales que nos afligen, como el amor, el desamor, la soledad, la sexualidad, la maternidad, la identidad, el sentido de la vida y la muerte, la libertad y la felicidad. Cada uno de los personajes lleva alguna de esas temáticas. Pero lo principal es el tema de la fe: qué es, en qué creemos, qué necesitamos para creer y qué hacemos cuando ya no tenemos en qué creer y a quien o a que nos aferramos. Creemos que la obra es un tratado sobre la fe.
-¿Cómo fue trabajar de a dos en este proyecto?
-Era un gran desafío escribir y dirigir a dúo. Requirió de mucha escucha, de mucha paciencia, de complejizar aún más tareas que ya de por sí son complejas como lo son escribir y dirigir. Creo que el vínculo se fue fortaleciendo y fuimos aprendiendo la una de la otra y nos fuimos complementando muy bien porque las dos tenemos recorridos y búsquedas diferentes pero confluimos en este momento y en esta búsqueda conjunta. Fue como una conjunción muy interesante que dio como resultado algo muy particular que no hubiese sucedido si lo hubiésemos hecho por separado.
-¿Cómo ves la realidad teatral post pandemia?
-Creo que el público rosarino ha tenido una muy buena respuesta a todas las propuestas que fueron apareciendo y está apoyando y valorando los proyectos surgidos en la ciudad. Para los teatreros fue una crisis muy fuerte estar tanto tiempo sin trabajar y después también fue difícil retomar porque ya que de por sí la tarea es compleja y requiere un esfuerzo muy particular. A pesar de las restricciones y protocolos, se viene haciendo un trabajo por parte de la comunidad teatral de sostener y de seguir apostando y afrontar esta situación. Recién estos meses estamos sacando la cabeza para respirar y estamos todos como locos por volver pero por suerte hay muchas propuestas teatrales y artísticas.