Los tres adolescentes que fueron detenidos ayer luego de una persecución policial en el barrio porteño de Barracas fueron liberados esta mañana, confirmó la abogada que los representa. En el marco de la persecución, los efectivos porteños abrieron fuego contra los jóvenes e hirieron de dos balazos en la cabeza a un cuarto, al que le diagnosticaron muerte cerebral y finalmente murió este jueves a la tarde. La madre de la víctima denunció “gatillo fácil” y dijo que la policía “tiró a matar”.
La abogada de los jóvenes, Lorena Blanco, dijo que ahora no hay ningún detenido en el marco de la causa, ni policía ni civil. También confirmó que el expediente está por el momento caratulado como "averiguación de ilícito” y que los tres adolescentes serán llamados a declarar en las próximas horas.
"Es un caso de ‘gatillo fácil’ porque no pueden sacar un arma y dispararle a unos pibes. Tiraron a matármelo. Esa gente (por los policías) no está capacitada para andar con un arma", había dicho Cintia, la madre del chico internado, entre lágrimas, cuando Lucas aún seguía luchando por su vida. Los dos disparos que había recibido en la cabeza le produjeron muerte cerebral.
El adolescente, futbolista de las inferiores del club Barracas Central, había sido trasladado cerca de las 2 de la mañana desde el Hospital Penna, de Parque Patricios, al Hospital El Cruce, ubicado en la avenida Calchaquí 5401, de la localidad bonaerense de Florencio Varela, ya que es de mayor complejidad. Fue allí donde murió.
Una supuesta arma de juguete, la versión de la policía
El hecho ocurrió ayer a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran y al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de la brigada de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.
La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos. El tercero se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido. La versión de los policías enseguida fue desmentida por los padres de los chicos.
Esta mañana, Javier, padre del chico que manejaba la Suran, dijo que según le adelantaron en el juzgado de menores que tiene la causa, su hijo y los otros dos jóvenes "declararán como testigos en la causa en la que se investiga el accionar policial".
En el auto de los chicos fue hallada una réplica de plástico de un arma, pero según la mamá del herido nunca pudo haber sido vista por la policía porque la hallaron en el baúl.
"La encontraron recién a la noche, una réplica y en el baúl", dijo Cintia, al considerar que el arma fue "plantada".
Al igual que Cintia, los demás familiares de los chicos detenidos rechazaron la versión policial y aseguraron que no habían cometido ningún delito y que acababan de salir de un entrenamiento, ya que se habían ido a probar a las divisiones inferiores de Barracas Central.
Ante esta situación, el Juzgado de Menores 4, a cargo del juez Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA). El juez ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermotest para determinar cuál de ellos efectuó disparos.
En tanto, desde la Coordinadora contra la Represión Policial Institucional (Correpi) denunciaron que se trata de un nuevo caso de "gatillo fácil". "Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unxs chicxs que volvían de jugar al fútbol en Barracas. No es un confuso episodio, es gatillo fácil", publicó el organismo en sus redes sociales.