La Iglesia Universal, uno de los principales cultos evangelistas de Brasil, fue acusada de retirar ilegalmente de Angola 120 millones de dólares en efectivo por año, muchas veces en aviones privados, para lavar el dinero en Israel. Los principales testigos del proceso judicial que comienza este jueves en Luanda son un grupo de pastores que, según se investiga, eran obligados a sacar la plata del país por vía terrestre.

La iglesia, fundada por Edir Macedo, magnate dueño de la tv Record y uno de los principales aliados del presidente Jair Bolsonaro, fue expulsada de Angola por irregularidades financieras. De acuerdo al sitio de noticias UOL, los pastores eran obligados a llevar el efectivo en automóviles, desde Luanda hasta Johannesburgo, Sudáfrica, pasando por el desierto de Namibia, a responsables de la Iglesia Universal, que los esperaban en un hotel.

El principal acusado es el pastor Fernando Henriques Teixeira, responsable por la tv Record en África, quien está imputado junto con otras cinco personas de haber sacado 120 millones de dólares por año de donaciones de fieles durante casi una década. "Todo lo que entraba a la caja de Angola salía del país", aseguró el pastor angoleño Armando Tavares, testigo de la causa.

Además, según consta en el expediente, el brasileño fundador de la iglesia, Edir Macedo, llevaba dinero en efectivo desde Johannesburgo hacia Lisboa, Portugal, en su avión privado.

Otra forma de lavado de dinero mencionada en la causa era la organización de caravanas de fieles hacia otros países, en especial a Israel, Estado que es reivindicado habitualmente por los líderes neopentecostales brasileños: se armaban viajes en vuelos chárter desde Luanda y cada fiel era obligado a llevar dólares que le daban los pastores para depositarlos en una cuenta israelí de la Iglesia Universal. De esta forma, el dinero depositado en Israel terminaba figurando como donación permitida.

La Iglesia Universal publicó un comunicado en el que desmintió las acusaciones y aseguró que declara todas las donaciones que recibe. "La libertad religiosa está en riesgo en Angola", advirtió la institución.