El volcán de la isla española de La Palma parece retomar su tendencia descendente, pese a una subida de la emisión de dióxido de azufre y tras el repunte del miércoles en sismicidad y tremor, en vísperas de que se cumplan dos meses del inicio de la erupción.
Los científicos se mantienen a la espera de comprobar si se consolida ese patrón de las últimas semanas de menor actividad observable en la erupción, que comenzó el 19 de septiembre pasado y cuyo final nadie se atreve a predecir por los altibajos que el volcán ha presentado en este tiempo.
Son esas fluctuaciones a corto plazo en las mediciones observables las que motivan la cautela de los expertos, que abogan por no valorar los cambios de un día para otro, sino la tendencia a largo plazo.
Lo que no deja lugar a dudas son los daños sufridos desde entonces: más de mil hectáreas y casi 1.500 edificaciones arrasadas y miles de personas desalojadas.
Sismicidad a la baja y emisiones al alza
Después de que el miércoles se registrara un incremento del tremor y la sismicidad (más de 300 terremotos, el número más alto en un solo día desde que comenzó la crisis sísmica y posterior erupción del volcán), así como una mayor emisión de piroclastos y un avance de la lava por la colada 4, hoy varios parámetros presentan descensos.
La sismicidad --intensa a niveles intermedios ayer y más sentida por la población que en las últimas semanas-- sigue siendo alta este jueves, pero bajando, por lo que por ahora se mantiene la tendencia de estabilidad de largo plazo. Lo mismo ocurre con la señal de tremor, que se intensificó para descender en las últimas horas.
Pero en el caso de las emisiones de dióxido de azufre (SO2) ha sido al contrario: había descendido el miércoles y ha repuntado hoy a un rango de entre 16.000 y 32.000 toneladas diarias, en todo caso inferior a las 50.000 toneladas máximas registradas el 23 de septiembre.
Además, según el Plan Especial de Protección ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), la colada 4 se está ensanchando y avanza lentamente hasta la costa, de donde dista unos 300 metros, pero no se sabe si finalmente el magma caerá al mar. Sería la tercera vez en que la lava llega al Atlántico, tras la colada que formó el delta lávico sobre el océano (la llamada "fajana ") y la que ha cubierto la playa de Los Guirres.
La superficie cubierta por la lava alcanza ya las 1.040 hectáreas, la "fajana" ocupa 43 hectáreas y la anchura máxima entre coladas es de 3.200 metros.
Ahora los expertos centran su atención en la posible incidencia de las lluvias que se esperan para las próximas horas y que sitúan a La Palma en aviso amarillo.
No obstante, es posible que las precipitaciones afecten sobre todo al norte y al este de la isla, mientras que el volcán está en la vertiente oeste.
También se sigue de cerca la dirección del viento que sopla del norte y ha permitido mejorar la calidad del aire en el valle de Aridane, pero que se prevé role al oeste, lo que podría comprometer no solo la operatividad del aeropuerto de La Palma, sino también de los aeropuertos de las islas canarias de Tenerife y La Gomera.
Elevadas cifras de emisión de gases
En dos meses de actividad, el volcán ha liberado a la atmósfera tanta cantidad de dióxido de azufre como el que emitió la actividad humana en los países de la Unión Europea durante todo 2019, según el cálculo que han realizado dos de las instituciones científicas que vigilan los gases que expulsa la erupción, el Instituto Volcanológico de Canarias y la Universidad de Manchester (Reino Unido), con especial seguimiento del SO2.
Si la emisión se compara con igual periodo de tiempo, 59 días, las cantidades liberadas de dióxido de azufre por el volcán de La Palma multiplican por siete las emitidas por toda la Unión Europea en dos meses.
En cuanto a los daños económicos producidos por el volcán, los primeros cálculos los sitúan entre los 550 y los 700 millones de euros (unos 620-800 millones de dólares al cambio actual), una cifra superior al 1 % del PIB del archipiélago (unos 430 millones de euros, cerca de 490 millones de dólares), lo que permitiría acceder a los fondos de solidaridad de la Unión Europea para la reconstrucción de la isla.
El viernes visitará La Palma el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, quien se encontrará allí con el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, y el presidente regional de Canarias, Ángel Víctor Torres.