Dieciocho allanamientos y ningun detenido. Suena raro, pero fue el resultado de un megoperativo conjunto de federales y provinciales llevado a cabo en pleno corazón de barrio Gráfico, detrás del Mercado de productores de Wilde y Mendoza. La Gendarmeria y la policía provincial buscaban a dos bandos, que en verdad son caras de una misma moneada: víctimas y victimarios en distintos hechos, nucleados en torno de un clan que pisa fuerte en el oeste: Los Villalba. Pero nadie estaba en la docena y media de domicilios allanados, que sin embargo tenían heladeras y frezzers repletos de alimentos. El colmo del operativo fue que la información -diametralmente opuesta- llegó hasta el ministro de Seguridad nacional quien llegó a tuitear a las 14.25 sobre el resultado del operativo rosarino, anunciando "detenciones y elementos pertinentes para continuar las investigaciones" acompañadas de fotografías donde se ven a gendarmes y policías de la AIC con detenidos .
Los operativos tenían una finalidad: ir contra una organización que está bajo la mira por varios episodios violentos en la zona de Magaldi al 8700, donde se registraron dos asesinatos, usurpaciones y varias balaceras el pasado mes. Los procedimientos fueron hechos por fuerzas provinciales y federales por orden de dos fiscales que buscaban avanzar en los delitos violentos. Sin embargo, en los lugares que irrumpieron no lograron encontrar a ninguna de las personas sospechosas. En los inmuebles había indicios de que allí vive gente, tal como se había determinado a través de medidas investigativas previas.
El inicio de esta historia se remonta al 9 de setiembre de este año con el llamado Operativo Viento Blanco de la Policía Bonaerense en Rosario, que culminó con secuestro de 12 kilos de cocaína al clan Villalba. El nombre de la causa se debía a la distribución y venta de drogas en San Nicolás, por los que hubo allanamientos en el oeste de la ciudad, encabezados por el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, que capitalizó el operativo en época electoral. No solo se llevaron cocaína sino también marihuana. Hubo cinco detenidos. Según un comunicado, cuatro de éstos eran los proveedores de unos transeros que operaban en San Nicolás, distrito donde tramita la causa.
El secuestro hizo que el clan Villalba quedara en deuda por la cocaína incautada. Eso se lo hicieron saber a las mujeres que quedaron en sus respectivos domicilios, al estilo que las bandas narco suelen hacerlo: plomo y fuego. Una de las mujeres reunió cinco millones de pesos - de los seis reclamados- y los entregó en la estación de servicio de 27 de Febrero y Corrientes. El despliegue de un Ford Focus y una camioneta Amarok, más la complicidad de otros vehículos y cuidados para el transporte del dinero, hizo sospechar a las fiscales Valeria Haurigot y Marisol Fabbro que estaban frente a una banda con manejo del territorio y logística.
Haurigot investigaba las amenazas a las dos mujeres casadas con los Villalba que estaban presos por Viento Blanco, mientras Fabbro investigaba dos homicidios: es que en barrio Gráfico, principalmente desde junio en adelante, hubo una seguidilla de hechos violentos, enmarcados en una disputa territorial entre bandas. La organización más conocida allí es el clan Villalba, protagonista de varios de últimos episodios que ocurrieron en esa zona. Entre los casos más resonantes de los últimos tiempos en esa zona, el 24 de octubre pasado mataron a tiros a David Quiroz de 27 años en Magaldi al 8700. En ese mismo ataque sufrieron heridas de bala otras dos personas. En esa misma cuadra, pero un día después, asesinaron a un chico de 17 años identificado como Alexis Rubén Manuel Fernández.
Las fuerzas que ayer intervinieron son la BOD que es la brigada policial de Tribunales, la Agencia de Investigación Criminal, concretamente Homicidios, y a las 19 horas del miércoles se convocó a la Gendarmería para concretar la irrupción a los domicilios. Esos grupos tuvieron las 24 órdenes de allanamiento en sus manos.
Por eso las fiscales pidieron el avocamiento del fiscal José Caterina, que trabaja en la Agencia de Criminalidad Organizada, en el área de corrupción policial para que investigue la filtración, que en rigor llegó hasta las más altas esferas: ayer varias horas después del fallido operativo el propio ministro de Seguridad de nación Aníbal Fernández tuiteó: "Siguiendo las investigaciones contra el narcotráfico en la ciudad se llevaron a cabo 18 allanamientos en diferentes lugares de la ciudad de Rosario, en relación a causas de homicidios y armas". "El personal de la Agencia de Investigación Criminal fue la encargada de marcar los lugares, confección de la documentación, secuestro de los elementos relacionados y detención de personas". "Se realizaron detenciones y se secuestraron elementos pertinentes para continuar las investigaciones". Tal vez en el señalamiento del tuit esté la picardía del ministro, quien apuntó hacia la Agencia de Investigación Criminal por el señalamiento de los domicilios. Seguramente esta historia continuará.