Desde Santiago
A tres días de las elecciones presidenciales más inciertas de la historia reciente chilena, sin favoritos claros, en medio de un proceso constituyente y una alta desconfianza ciudadana a las encuestas, debido a las sucesivas fallas e irregularidades metodológicas, los candidatos hicieron cierres de campaña, marcados por la distancia social que ha ido relajándose en el país a pesar del leve aumento de contagios de Covid-19 en su variante Delta.
Sin embargo, hay un candidato que ha dado la sorpresa, sobre todo considerando que hace menos de un año declaraba en entrevista no estar preparado aún para la responsabilidad: Gabriel Boric (35 años, Convergencia Social) del conglomerado Apruebo Dignidad, que agrupa a los partidos del Frente Amplio, surgido tras las grandes protestas estudiantiles de 2011 y al Partido Comunista. Boric triunfó en las primarias de junio por sobre Daniel Jadue, el gran favorito incluso desde antes de que decidiera ser candidato, por nada menos que 1.058.027 votos frente a los 692.000 de su rival.
Es que Boric, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, diputado desde 2014 representando al extremo sur del país de donde llegaron sus ancestros croatas, se ha formado desde el movimiento estudiantil. Pertenece a una generación que cuestionó en las calles el país construido por la Concertación —que incluía a los entonces poderosos Democracia Cristiana, Partido Socialista y Partido por la Democracia— y que gobernó por más de 20 años seguidos tras el retorno a la democracia, ya que para estos jóvenes, en su tendencia hacia la centroderecha, la Concertación negoció más de lo esperable con la derecha heredera de la Dictadura.
“Somos una generación que salió a la calle para decir que no queríamos que siguieran lucrando con nuestros derechos”, señaló en un breve discurso en la Plaza de Armas de Casablanca en la región de Valparaíso. Un gesto de descentralización que se entronca con un programa donde las regiones, el cuidado por el medio ambiente y el feminismo tienen un espacio central, aunque sin descuidar el flanco económico, algo que sus rivales le habían cuestionado en un principio, pero que en el último debate televisado salió victorioso. “Vamos a hacer política desde la calle, desde los territorios”, agregó en un encuentro donde estuvieron invitadas figuras como las constituyentes Constanza Schonhaut y Beatriz Sanchez, candidata del Frente Amplio que en las elecciones de 2017 obtuvo el tercer lugar (20,27 por ciento), sólo superada por Alejandro Guillier y Sebastián Piñera. También participaron números musicales como Inti Illimani, Isabel Parra (hija de Violeta Parra), el cantautor Nano Stern y la banda de cumbia y pop Moral Distraída.
Pero la verdadera prueba de fuego de Boric fueron las denuncias de la web Ciper sobre la candidata a senadora de su sector Karina Oliva (Comunes) quien en su fracasada campaña como gobernadora por Santiago siete asesores y militantes de su partido presentaron boletas por sus servicios de casi 165 mil dólares de devolución al Servicio Electoral, una cifra inusitada. “Denuncia de Ciper sobre campaña de Karina Oliva es grave y debe ser aclarada en todas las instancias que corresponda. Nuestro proyecto de cambios se funda precisamente en no repetir las prácticas que desprestigiaron y vaciaron de sentido la política y jamás en defensas corporativas”, señaló en sus redes sociales.
El chico de las flores
Por el oficialismo va Sebastián Sichel, abogado y ex ministro de Sebastián Piñera quien a pesar de presentarse como “independiente” es apoyado por la mayoría de las figuras de la UDI, Renovación nacional y Evópoli, es decir, el oficialismo en pleno. Aunque su campaña ha sido amenazada por la figura de José Antonio Kast, un ultraderechista que ha ido acomodando su discurso donde reinvidica tanto al dictador Augusto Pinochet como el neoliberalismo y que según las encuestas sería el favorito de las elecciones, cerró su campaña casi en secreto, “sembrando” casi de madrugada flores de papel en Plaza Baquedano, rebautizada como Plaza de la Dignidad al convertirse en epicentro de las protestas del Estallido Social de octubre de 2019.
“Nuestro acto de cierre de campaña empieza llenando de remolinos amarillos, que son el símbolo de la esperanza para Chile, esta es la plaza de todos los chilenos, es la plaza del encuentro y queremos celebrar que una campaña se trate de esperanza, donde podemos estar juntos”, dijo Sichel tras la intervención en la zona más afectada por el estallido social.
SIchel triunfó en las primarias de derecha de la misma forma que Boric, derrocando al favorito y eterno candidato a la presidencia, Joaquín Lavín, economista y pinochetista histórico quien actualmente se encuentra “retirado” en España. Sin embargo, cuantitativamente su éxito no puede comparse a Boric: ganó por apenas 659.570 votos frente a los 420.691 del expatriado Lavín y los otros ex ministros de Sebastián Piñera que compitieron en la jornada: el Evópoli Ignacio Briones (131.957) y el RN Mario Desbordes (131.674)
El mismo presidente chileno, quien está semana zafó de una acusación constitucional en el Senado trasandino por irregularidades en la venta de la minera Dominga, negocio hecho en 2010 y dado a conocer en los Pandora Papers señaló hace cuatro meses “Hay tres cosas que se necesitan para ser Presidente: venir del centro, llamarse Sebastián y ser independiente”.
Make America Great Again
Yasna Provoste (DC), quien encarna la tradición centrista del país y quien ha calificado a Boric de “extrema izquierda” hizo su cierra ante unas mil personas en la Plaza de Armas de Concepción. Aunque no figura como favorita, cuenta con la espalda política de representar a Unidad Constituyente, conglomerado de partidos de la antigua Concertacion que incluyen al PPD, PS y Partido Radical.
Otro candidato centroprogresista, Marco Enriquez Ominami (PRO) estuvo conectado a internet respondiendo a sus seguidores y luego hizo un evento privado
Eduardo Artés de Unión Patrótica —situado en la auténtica extrema izquierda— cerró en Plaza de Armas del Centro de Santiago atacando a Boric: “El Frente Amplio no es una alternativa a la vieja política, es parte de la vieja política corrupta que hay en el país.
Y José Antonio Kast (Partido Republicano), el favorito, quien iba a disputarle el puesto a Boric y que en el debate no podía recordar su propio programa, hojeándolo desesperadamente para responder, cerró en el sector alto de Santiago, aunque en un principio no se auguraba un gran despliegue: 500 personas que llevan gorros con “Make America Great Again” para un evento llamado “La fiesta de los atrevidos” (en relación a su eslogan “Atrévete”) con grupos de cumbia y humoristas en el Parque Araucano de Las Condes.
Una curiosidad: el economista Franco Parisi, un libertario en la línea de Javier Milei ni siquiera hizo campaña en Chile ya que se encuentra con orden de arraigo por el no pago de pensión alimenticia (que él desmiente) y cuya candidatura es quizá la más testimonial de la historia reciente chilena.