La presentación no podría haber sido más maradoniana. Hubo muchas risas, rebalsó de anécdotas, no faltó algún que otro delirio, algunos de los presentes rompieron a los gritos el protocolo, cuestionando preguntas o respondiéndolas con frases eternizadas por el homenajeado. Hasta hubo cánticos. La solemnidad brilló por su ausencia. Se respiraba fútbol y se sudaba amor. También sobraba talento, claro. Al fin de cuentas había un tridente ofensivo tirando paredes alrededor de Diego: nacido para molestar (Editorial Planeta), la biografía ilustrada dibujada e imaginada por Miguel Rep. Junto al autor, Pedro Saborido ofició de indescifrable entrevistador improvisado y el periodista Daniel Arcucci, uno de los más cercanos a Diego, respondió al convite con vasto conocimiento de ídolo. “En cada cosa de lo que los argentinos hacemos hay un Maradona”, sintetizó el periodista, si esa composición literaria fuera posible aplicar a una vida tan intensa y agitada como la de Diego.
El Salón de Honor del Centro Cultural Kirchner fue el lugar en el que el jueves por la noche se presentó la extraordinaria biografía ilustrada sobre Maradona plasmada con inspiración divina por Rep. Diego: nacido para molestar era la obra que le faltaba a esa vida que viajó de Villa Fiorito a la cima del mundo arriba de un barrilete cósmico y que tantas veces y de tan distintas maneras se había contado. Pero nunca dibujado. Las inconfundibles voces de Alejandro Apo, Eduardo Aliverti y Lalo Mir narrando en off los textos escritos por Jorge Repiso, que en el libro sirven de arbitrarios separadores de cada una de las décadas en las que Maradona bendijo con su zurda esta tierra, amenizaron la espera de los presentes. La platea, colmada, acompañó con uno de esos silencios que solo logra la combinación de atención por lo que sucede y de expectación por lo que va a venir.
Fiel a su estilo, Saborido inauguró la presentación detallando las coincidencias que acercan a Maradona y a Rep, tal como lo describe en el prólogo que escribió el creador junto a Diego Capusotto de Peter Capusotto y sus videos. “Miguel y Maradona son dos nenes, con muchas coincidencias: los dos son hijos de padres correntinos que vinieron a Buenos Aires a sobrevivir, nacieron con pocos meses de diferencia, ambos fueron bautizados en la misma Iglesia, los dos debutaron (dibujando o jugando al fútbol) a los 16 años… Bueno, no hay más coincidencias: Miguel es horrible jugando al fútbol y a Maradona no se le conoce ningún dibujo…”, bromeó con tono agudo Saborido. “Miguel también nació para molestar, como Maradona, pero fundamentalmente los dos siguen siendo nenes, porque uno nunca dejó de jugar a la pelota y el otro nunca dejó de dibujar”, analizó el humorista.
En ese momento intervino Arcucci. “Doy por cierto que Rep juega muy mal al fútbol pero no que Diego no haya hecho nunca un dibujo”, aclaró, abriendo paso a la primera de las tantas anécdotas que animaron la velada. “Una mañana -contó- estaba en Dubai y bajó Diego de dormir con unos marcadores y unos papeles. Le pregunté qué estaba haciendo con eso. ‘Estoy haciendo un logo mío’, me respondió. Y me mostró distintos logos con la M de Maradona, con el 10, y dibujaba casi con el mismo talento con el que jugaba”.
La posibilidad de contar a través de más de un centenar de dibujos la vida y obra de Diego desde su nacimiento hasta la eternidad, pasando por alguno de sus hitos deportivos y sociales sin por eso dejar de hacer preguntas y disparar reflexiones, permite a los lectores acceder a una dimensión distinta del ídolo. “Lo interesante de la biografía de Rep sobre Maradona es que cuenta cosas conocidas vistas de una manera nueva”, detalló Arcucci. “Lo difícil siempre con Diego es no ser reiterativo, no caer en lo obvio, no caer en el endiosamiento lineal. No es justo recordar al Maradona que nos conviene, el que nos gusta. No es justo con él porque seríamos condescendientes con alguien que nunca lo fue. La maravilloso de Diego, justamente, fue su imperfección, que bien está representada en libro”, puntualizó el periodista.
Testigo privilegiado y agradecido de la charla sin interrupción que se daba entre Saborido y Arcucci, Rep no tuvo más remedio que tomar la palabra. “Yo no me quiero escuchar”, dijo el humorista gráfico, ante la insistencia de sus invitados. “En mi vida -reconoció- soy bastante superficial, pero cuando dibujo suelo serlo menos, porque tengo que estudiar al personaje, pensarlo y escucharlo. A Maradona lo entiendo mucho más ahora que lo dibujé. Me pasó lo mismo con Evita. Si no hubiese dibujado a Maradona, hubiera pasado por mi vida solo como el maravilloso jugador que fue. Ahora lo comprendo. Mi manera de comprender es siempre a través del humor”.
-¿Y como Diego se “caía” cada tanto lo querés más? Convengamos que Maradona no es (Enzo) Francescoli, que fue un gran jugador pero cuya vida tomando mate en Uruguay no parece ser muy entusiasta de retratar… -preguntó Saborido.
-Justo había firmado con Planeta para hacer una biografía sobre Francescoli -bromeó Rep.
-Lo que pasa es que muchas veces ser feliz no es entretenido para la gente. Uno puede decir “¡mirá la vida que tuvo Kafka!”. A lo que Kafka nos podría sacar cagando: “¡mirá la vida de mierda que tuve para que vos te puedas entretener!”. La felicidad del ídolo no siempre es entretenida para el resto de los mortales. Nadie se pone a ver un auto estacionado. Lo que nos gusta es un auto que se estroló de frente contra un rinoceronte.
En Diego: nacido para molestar, los distintos Maradona según pasan los goles conviven desde la inconfundible melena ensortijada del Diez. “Maradona nació con rulos, como Evita con rodete”, revela su truco Rep. Son muchos pero siempre es el mismo Maradona, reconocido y reconocible, intervenido por el artista con más emocionalidad evocativa que raciocinio. “El dibujo del segundo gol a los ingleses, sobre el momento exacto en el que Diego impacta la pelota cayendo, donde reemplazo sus botines con las Islas Malvinas, no fue pensado. Simplemente surgió, fue una imagen que se impactó. No me puse a dibujar con la idea de asociarlo a la Guerra de Malvinas. Salió así. Los dibujos surgen de muy distinta manera”, explicó Rep sobre la manera con la que construyó cada una de las páginas dibujadas del libro.
Entre anécdotas, reflexiones y bromas, la charla derivó en el juego sobre el Maradona con el que cada uno se quedaba. “A mí el Maradona que me gustaba era el que siempre resucitaba, porque Diego tuvo infinidad de muertes y resurrecciones, tanto metafóricas como literales. Tenía una gran capacidad para reponerse a todo”, confesó Arcucci. “El mejor Maradona, en mi caso, no es el de la cancha sino el que maneja un Scania con una sonrisa gigante y a todo lo que da por Barrio Parque. Ese Diego disruptivo y rockandrollero es único. Como Charly. Aunque se quedó corto: le faltó tirarse a la pileta como Charly, pero manejando el Scania”, se emocionó Saborido con su fantasía delirante -aunque probable, teniendo en cuenta al protagonista- a flor de piel.
La cercanía del aniversario de muerte de Diego, su partida reciente, marcó la charla, que nunca resolvió si se debía conjugar a Diego en presente o en pasado. A fin de cuentas, Maradona está más presente que nunca. Como coincidieron los tres, en este último año se habló más de Diego que en su último año con vida. El mito Maradona, de cualquier manera, es mucho más longevo.
“El mito no nació el 25 de noviembre del año pasado, cuando Diego murió. El mito nació el 22 de junio de 1986, cuando le hizo los dos goles a los ingleses”, analizó Arcucci. “Diego tuvo que cargar con eso toda su vida y desde entonces siempre necesitó repetir aquello. Maradona vivió con la necesidad de volver a hacer esos dos goles toda su vida. Salvar del descenso a Gimnasia era meterle un gol a los ingleses. Vivió por eso y contra eso. Tal vez por eso Maradona siempre tenía que jugar contra algo, siempre tenía que tener un enemigo. Y si estaba todo bien, tenía que buscarse un enemigo para salir a la cancha, para vivir”, arriesgó el periodista.
El cierre de la presentación del libro que continúa la serie inaugurada por el humorista gráfico de Página/12 con Evita: nacida para molestar, fue para Rep. “Nunca hubiera propuesto hacer Diego: nacido para molestar. Pensé que la serie se había muerto con Evita. Fue Nacho (Iraola, director de Planeta) el que me lo propuso, el que lo vio enseguida al libro. A mí me costó tenerlo, se fue dando a medida que lo dibujaba. Creo que lo pude encontrar porque Diego se murió, porque pensarlo o hacerlo en vida era imposible. Así que le agradezco a Diego por permitirme hacer este libro, aunque él no pueda verlo”, concluyó el autor. Los aplausos y el espontáneo “Olé, olé, olé, oleeee, Diegooooo, Diegoooo…” marcaron el final de la noche, que terminó con una certeza: siempre habrá un nuevo Maradona para ser contado. O dibujado.