Un quinteto de 48 horas para para tocar casi dos años de música. Un encuentro tan intenso cuanto breve, que en dos días, entre ensayo, concierto y grabación, concentra un pedazo de vida resuelto en música, sublima una experiencia personal entre brotes y conclusiones. De ahí surge Silencio Ensordecedor, el disco que el contrabajista y compositor Juan Bayón presentará con su quinteto el sábado a las 20 en Nempla (Jorge Newbery 3907). “La música de este disco fue escrita entre el nacimiento de mi hijo, en septiembre de 2019, y la muerte de mi padre, en enero de este año. Mi vida se vio completamente transformada por esos acontecimientos y creo que esta música, atravesada por las emociones desgarradoras y aparentemente contradictorias de esa experiencia, refleja eso”, asegura Bayón al comenzar la charla con Página/12.
Silencio ensordecedor es un disco de jazz, por su forma y su contenido, pero también porque surge del vértigo de instantes audazmente encadenados. En febrero pasado, el pianista Leo Genovese, argentino radicado en Estados Unidos y uno de los músicos más personales de la escena internacional, se sumó al cuarteto de Bayón para tocar la música que el contrabajista había compuesto en los últimos meses. Juan Cruz de Urquiza en trompeta, Lucas Goicoechea en saxos alto y tenor, Fran Cossavella en batería completaban lo que resultó un quinteto sólido y versátil, arraigado en la mejor tradición del jazz que se hace en estas pampas.
“Ensayamos un miércoles a la mañana, tocamos dos conciertos esa noche y grabamos al día siguiente”, recuerda el contrabajista. El resultado es un disco en el que frescura y gramática jazzística se conjugan en momentos de gran generosidad musical. “El nivel de compromiso y honestidad intelectual de todos fue total y eso se escucha en el disco”, dice Bayón. “Más allá de las individualidades logramos un sonido de grupo. La integración de Leo (Genovese) al grupo fue sin esfuerzo: todo lo que venía desde el piano calzaba como un guante en mi propuesta y no hacía falta revisar nada”, agrega el contrabajista.
Como fondo a la charla suena “Tres fresnos dorados”, uno de los temas del disco. Bayón cuenta que había empezado a componer la música de lo que sería Silencio ensordecedor para el modelo de cuarteto con el que venía trabajando en los últimos cuatro años, con trompeta, saxo, contrabajo y batería. “Más cerca de Ornette Coleman que de Gerry Mulligan”, se apura a aclarar.
“Tenía la idea de alguna vez poder hacer algo con el enorme pianista Leo Genovese, con quien hemos grabado, tocado y girado, pero siempre con música de otros. Por la cuarentena y el invierno norteamericano Leo se quedó en Argentina, de pronto pudimos arreglar para grabar. Tenía que ser a mitad de febrero, antes de su retorno a Estados Unidos. Los tiempos se habían precipitado y me puse enseguida a arreglar la música para quinteto y componer otras músicas, una situación de vértigo para un compositor lento como yo. Durante dos meses puse todas mis fuerzas en esa dirección. En el medio del proceso murió mi viejo. Eso resignificó todo y por supuesto la música, que se volvió una forma de atravesar el dolor y el vacío”, asegura.
Silencio Ensordecedor es el quinto disco solista de Bayón y el segundo para el sello norteamericano ears&eyes, después del notable y muy elogiado Vidas simples de 2018. “A mi entender este es mi mejor disco, simplemente porque creo que los temas son más concretos y van al hueso”, asegura el contrabajista. “Naturalmente quiero a todos mis discos, pero no tengo dudas que en este logré conceptualizar todo mejor y se nota que hay una evolución en lo que trato de hacer”.
“Siento que el quinteto es el formato perfecto para mi música. Me da suficiente variedad de solistas, me permite que las melodías sean claras al estar duplicadas o armonizadas, me da muchas posibilidades de reforzar la línea de bajo entre el piano y el contrabajo, y me da el fuego del baterista para cohesionarlo todo. En este caso conté con músicos de gran personalidad, por lo que no escribí para quinteto, sino para Juan Cruz, Lucas, Leo y Fran”, analiza Bayón.
Entre el impulso inicial de “Alicates y alambrados” -con el primero de una serie de solos notables de Genovese-, y el final con la segunda versión de “23 de agosto”, un epigramático solo de contrabajo, la interpretación del quinteto completa y exalta la música de Bayón. En el medio, con temas como “Poetas menores”, “Gigantes indestructibles” y “Primavera”, acaso lo mejor de un gran disco, se despliega un paisaje de contornos atractivos que sin repeticiones ni estampidas propone lo que en el fondo podría escucharse como variaciones sobre sonoras formas de quietud.
Para la presentación en Nempla, el quinteto tendrá un cambio respecto a los músicos que grabaron en el disco: en lugar de Genovese estará el guitarrista Lucio Balduini. “Lucio lleva la música del disco en otra dirección, tanto por el cambio de instrumento como por su presencia y personalidad musical fuera de serie. Escuchar su enfoque en los temas que ya escuché por otro gigante como Leo, es algo que me motiva muchísimo, y creo que como improvisadores nos deja en un mejor lugar para disfrutar del concierto y encontrar nuevas cosas para decir”, concluye el compositor.