A horas de que se entregaran los policías implicados en el asesinato de Lucas González, apareció el testimonio clave de una persona que dice haber visto al detalle la persecución de los efectivos de la Ciudad de Buenos Aires al auto en el que viajaban los tres chicos. Se trata de un joven que paseaba su perro por el parque Pereyra de Barracas cuando los policías sin identificar abrieron fuego sobre el vehículo que venían hostigando.
"Yo no soy militar, ni policía ni nada. Mi papá era militar, fui a polígonos, tengo un conocimiento básico y por lo que vi y escuché una sola arma disparó, no tengo ningún tipo de dudas. Fueron de 5 a 7 tiros", precisó el joven en declaraciones radiales sobre el ataque policial del miércoles que dejó a Lucas con una bala en la cabeza, agonizando durante más de 24 horas antes de morir en el Hospital del Cruce.
Esta persona también confirmó además cómo fueron los momentos previos a la balacera que desataron los policías, quienes habían intentado instalar en un primer momento la falsa versión de un enfrentamiento para diluir su responsabilidad en el crimen.
"Se le atravesó el auto que estaba completamente de civil a estos chicos, se cruzó abruptamente, se bajaron los policías armados y los chicos la reacción que tuvieron fue de huir o acelerar. En ese accionar se llevaron puesto el carro del policía. Lo rozó al punto que le rompió la puerta", comenzó su relato Nicolás, que es extranjero y vive en el país hace cuatro años.
El testigo, que aún no fue llamado a declarar pero adelantó que si lo citan aportará todo lo que vio, insistió en que los policías no dieron ninguna voz de alto ni se identificaron al cruzarle el auto a Lucas y sus amigos. Dijo, en cambio, que actuaron como un "grupo comando".
“Se le atravesaron y de ahí se bajaron, del resto no escuché ninguna sirena, o cuando te hablan por el parlante, no escuché ningún tipo de voz de alto. Se le atravesaron y se bajaron tipo comando, con las pistolas así y los niños aceleraron", amplió.
Además, confirmó que fue un agente de civil solo el que emitió los disparos con su arma reglamentaria. "El policía que venía de copiloto se bajó y disparó contra el vehículo impactando contra el joven Lucas. Los chicos estaban en shock, en pánico, corriendo por la calle Luzuriaga, pidiendo por ayuda que su amigo estaba muerto, que le habían disparado", concluyó su relato en la radio AM 1420.
El hecho ocurrió el miércoles a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, Lucas y dos amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran y al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de la brigada de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.
La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados y embistieron con el vehículo a dos efectivos. Tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido.
Esta tarde los tres agentes que intervinieron en la violenta persecución fueron detenidos y acusados del delito de "homicidio agravado por haber sido perpetrado por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones", que se castiga con la pena de prisión perpetua. Unas horas antes, el informe preliminar de la autopsia que se realizó al cuerpo verificó que Lucas fue asesinado con una bala que le perforó el cráneo.