Los familiares y amigos de Lucas González, el adolescente de 17 años que murió baleado por policías en Barracas, velan desde esta tarde los restos del joven en una casa mortuoria de la localidad bonaerense de Florencio Varela, en un contexto desgarrador y de mucho dolor.
Decenas de personas, entre las que abundaban jóvenes, se congregaron en la Cochería Colonial, situada en Ruta 36 al 1200, adonde el cuerpo del chico baleado fue llevado cerca de las 18:00. La madre de Lucas sufrió un episodio de baja presión y ataque de nervios por lo cuál tuvo que ser asistida por médicos.
Antes de jugar en Barracas Central, Lucas se había desempeñado en Defensa Justicia, por lo que en las afueras de la casa velatoria se encontraban futbolistas juveniles de ambos clubes, además de parientes y amigos de los padres del muchacho, que no ocultaban su dolor e incredulidad.
El velatorio se iba a desarrollar hasta la medianoche, para reanudarse en forma más íntima por la mañana del domingo, mientras que está previsto que cerca de las 11:00 parta el cortejo que llevará los restos del menor hacia un cementerio privado de la zona de Hudson, en el partido de Berazategui, donde serán inhumados.
La detención de los tres policías involucrados en el hecho dio algo de alivio a tanto dolor. "Dentro de lo mal que estamos, algo de alivio nos trajo esto. Estamos un poco mejor", explicó un tío de Lucas, quien fue contundente: "Quedó claro que no somos delincuentes, somos trabajadores y a Lucas lo mataron".
El hombre aseguró que una vez que se termine la despedida de Lucas, toda la familia se va a abocar "a lo judicial". "Vamos a pedir justicia por Lucas y por todos los Lucas que no aparecen en los medios. Los asesinos son dos, pero a los que los acompañaron tiene que también caerle todo el peso de la ley", expresó.