El independentista puertorriqueño, Óscar López Rivera (foto), quedó ayer en libertad tras más de 30 años encarcelado, de los que purgó algo más de tres meses bajo arresto domiciliario en San Juan y lo primero que declaró al salir es su deseo de luchar y trabajar.
“Mi espíritu, dignidad y mi honor están mucho más incólumes hoy que el día que entré a prisión”, fueron sus primeras palabras a los medios de comunicación. López, de 74 años, acudió al Tribunal Federal de la capital puertorriqueña donde se le retiró un aparato electrónico con el que controlaban sus movimientos y firmó la documentación precisa.
En enero recibió el perdón del entonces presidente estadounidense Barack Obama, tras más de 30 años en la cárcel en Estados Unidos, y se le permitió regresar a Puerto Rico para cumplir la última parte bajo confinamiento domiciliario. Fuentes cercanas a la familia indicaron que tras su paso por el Tribunal, llevarán a López a ver el mar.
En sus declaraciones realizadas a la prensa en la residencia de su hija, dijo que sale de prisión dispuesto a luchar y trabajar. El líder nacionalista fue agasajado a su salida de la casa por un coro del recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en huelga desde hace seis semanas por los recortes impuestos por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) a la institución, y coreado a los gritos de “Libre, Oscar libre”.
López animó a los estudiantes a continuar la lucha y hacer todo lo posible para protegerla. “Necesitamos querer para poder salir adelante de la crisis. Hay que defender la patria”, sentenció. Además, expresó que el de Puerto Rico es “un pueblo con amor en los corazones” y añadió que descree del “sectarismo”.
“La felicidad que siento quiero compartirla con todos los boricuas. Esta ha sido la lucha de ustedes, amantes de la libertad, que han hecho posible que hoy esté aquí”, agregó.
El independentista, nacido el 6 de enero de 1943, fue acusado de conspiración por la justicia estadounidense tras ser vinculado con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), una organización que luchaba por la independencia de la isla, territorio convertido en colonia del gobierno de Estados Unidos desde 1898. López Rivera permaneció 12 años en prisión solitaria y sin contacto con el exterior ni con sus familiares.